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Hard Beat

Capitulo 1: Monotonía y Decisión

Lo recuerdo bien...

Fue una cálida noche de verano, era mi último día de clases antes de comenzar las vacaciones y mi jornada de medio tiempo en el minisúper había acabado, pero no quiero embellecer las cosas.

Era extremadamente caluroso, estaba cansado y estresado, tratar con gente no es mi fuerte... pero, de alguna manera, agradezco que haya algo recordándome que estoy vivo.

Aunque, a veces me cuestiono si realmente lo estoy. Vivir en una ciudad pequeña donde todos te conocen y nunca pasa nada, puede ser el sueño de algunos, pero de alguna manera, logro encontrar la manera de verle el lado negativo a eso.

No me malentiendas, me gusta este lugar.

Es solo que... Bueno, mientras más pasa el tiempo y menos avanzo con mi vida, viendo los días ir y venir, pierdo más y más de vista las metas que alguna vez pude haber tenido de joven.

¿Qué? No, no, no, no hablo como viejo, mírame, apenas estoy entrando en mis dulces veinte, pero... ¿Sabes? De alguna manera, me pregunto, ¿Es esto todo lo que haré?

Es decir, no soy alguien que se sienta cómodo con el status quo, pero tampoco soy de esos que toman riesgos a la ligera.

Bueno, al menos solía creer que no lo era, pero entonces... ¿Qué es exactamente lo que busco en mi vida?

Es algo en lo que he estado dando vueltas todo este tiempo, supongo que simplemente no quiero irme de este mundo sin haber dejado un impacto en este. Pero el problema está en que es más fácil decirlo que hacerlo, y tampoco es algo que todo el mundo pueda llegar a lograr.

"Si todo el mundo fuera capaz de hacerlo nadie sería recordado".

Y mientras tanto, solamente estoy aquí.

Desperdiciando mis días en una ciudad donde nada nunca pasa, ahogando mis penas en plena banqueta afuera de mi hogar, desahogando mis penurias con una belleza que no me hace caso.

¡Bah! Qué sentido tiene.

-Balbucea un joven ebrio a una linda chica a la luz de la luna, desplomándose en el suelo-

La chica más confundida que nada.

Viendo a su alrededor escombros, pedazos de carne y máquina por doquier, un joven que se desploma encima de una cabeza de algo que solo podría describirse como una quimera de bestia y máquina.

Y viendo su reflejo en los vidrios rotos, su esbelta pero desnuda figura cubierta por las vísceras y fluidos de lo que en otro contexto puede haber sido un escalofriante monstruo, con todo esto, la chica solo se puede hacer una simple pregunta.

–¿Qué?… —Remarcó la chica confundida.

...----------------...

10 horas antes.

Corriendo como el diablo, un joven balbucea para sí mismo mientras exhausto y sudado, salta y corre sin importar los semáforos en rojo que cruza sin fijar.

—¡No, no, no! Vamos Zack, es el último día de clases ¡No puedes llegar tarde!

Solo es cuestión de tiempo hasta que termina siendo golpeado por una motoneta.

Zack sale disparado contra el suelo, pero se levanta como si nada.

Una vida llena de descuidos lo ha hecho propenso a los accidentes, pero igualmente lo han hecho resistente como solo él puede.

La conductora se quita el casco con un rostro de preocupación tras haber impactado a alguien.

—Ay, no, no de nuevo. —Exclama la joven, preocupada más por sí misma que por el peatón que casi mata.

Se acerca para ver al peatón y exclama un suspiro de alivio —Oh, solo eras tú Zack, por un segundo me tenías preocupada.

—Maldición, eres tú. ¡Ten más cuidado, Verónica! —Exclamó Zack con una mirada de fastidio.

—Mira quién habla —Exclama Verónica con una sonrisa burlona hacia Zack

—¿Vas a algún lado muchacho? —Dijo Verónica.

—Sí. De hecho, te encuentro en un buen momento, ocupo un ride hacia mi universidad. ¿Puedes hacerme ese favor? —Exclamó Zack mientras se sacude el polvo de la ropa.

—Oye, oye ¿Me viste cara de taxista? Además, eso está para el otro lado de la ciudad, no quiero gastar tanta gasolina… —Verónica reclamó.

—Es lo menos que podrías hacer luego de pasarme por encima ¿sabes?, A menos que quieras que le diga a tu madre que otra vez volviste a golpear a alguien. —Dijo Zack con una mirada y sonrisa engreída en su rostro.

—¡Agh! Está bien, lo que sea, súbete, no tengo todo el día. —Exclama Verónica mientras se pone su casco y arranca el motor.

Verónica y yo nos conocemos desde que éramos niños.

Ella es un par de años mayor que yo, pero no diría que tenemos una mala relación, claro, fuera del hecho de que esta es la tercera vez este mes que casi me mata con su motoneta.

No sabría cómo catalogar nuestra relación, no diría que tenemos mala comunicación, pero jamás he visto a Verónica de esa manera, bueno, realmente jamás me he visto en una relación... No es como si no quisiera saber que se siente tener una novia.

Digo, si me lo propusiera, seguro que sería todo un casanova, es solo que estoy ocupado con muchas cosas, pero si quisiera salir con alguien, no sería con Verónica.

Después de conocernos tanto tiempo, no puedo verla de otra forma que no sea familia.

Al llegar a la entrada de la universidad, Zack es detenido por Verónica. —Hey, antes de que te vayas, ¿Haz pensado en mi propuesta de hace unos días?

Verónica es alguien de metas ambiciosas, ha estado arreglando cosas para irse al extranjero.

Ella dice que quiere ampliar sus horizontes, pero conversando con ella siento que solo quiere salir de esta ciudad, se le nota motivada y decidida a ello, pero siento como si sus acciones detrás del por qué son más bien confusas.

Es como si ella sintiera que hay algo que la retiene en este lugar, hasta que no salga de aquí no será libre de verdad, honestamente, no la culpo, creo que es algo que más de uno ha llegado a sentir.

Es decir, ¿Cómo lidias con el hecho de que ves el mismo paisaje, las mismas personas y el mismo cielo todos los días de tu vida desde el segundo que naciste?

Es como si nacieras en una prisión de la que jamás saldrás, quizás sea lo que ella piensa, o quizás es lo que yo me estoy forzando a suponer que ella piensa… Una situación que entre más le doy vueltas, más complica para mí el tomar una decisión…

—Ahh... No lo sé, no le he dado muchas vueltas realmente, me siento halagado, pero no es algo que pueda decidir de la noche a la mañana. —Dice Zack con una leve sonrisa apática y encorvado de hombros. —¿No?…

—Hey, no es como que seas la única persona en el planeta a quien puedo preguntarle —Respondió Verónica con una leve cara de enfado.

Verónica entonces recargo sus brazos y mentón sobre el manubrio de su motoneta —Sólo quiero tener algo a lo que estoy acostumbrada a mi lado cuando deje todo atrás.

—¿Hmm? —Exclamó Zack, debido a la posición en la que estaba, no logró escuchar bien a Verónica.

Es entonces que Verónica se levanta y se pone el casco de vuelta —Descuida, no te estoy obligando a nada, sé que una decisión así es mucho para un miedoso como tú.

Verónica sonrió como si no hubiera dicho nada y me sacó la lengua de forma alegre.

Nos despedimos como si nadie tuviera nada en la cabeza y ambos tomamos nuestros rumbos. Mientras caminaba, voltee la cabeza para ver cómo ella se alejaba hasta perderla de vista, con un poco de melancolía, empezó a recorrer mi cabeza, pensando en como un día muy pronto veré a alguien que estimo mucho alejarse de esa forma y será la última vez que la vea.

"No era un pensamiento agradable…"

Al llegar, sin pena ni gloria, en el salón veo al grupo de gente que podría considerar amigos.

No quiero ser malo, pero desde que Verónica me habló de su propuesta, los he estado evitando un poco. La razón para ello es muy tonta y simple…

—¡Zack! —Grita una chica alegre y optimista desde el otro lado del salón mientras se acerca rápidamente saludando.

—Oh cielos... —Pensó Zack.

Annie, el polo opuesto de Verónica.

Mientras Verónica es más masculina con su estilo rockero y de complexión más tonificada, Annie es una chica en todo el sentido de la palabra, afeminada como solo ella puede, y una figura esbelta.

La conozco desde hace 5 años, solíamos ir juntos a preparatoria, aunque ella solía ir un año detrás de mí. Ella es básicamente la razón del por qué actualmente estudio una carrera.

Durante mis años más joviales, no tenía ganas de hacer nada, no fue hasta que ella llegó y me convenció de darle una oportunidad a la vida universitaria.

—No creí que te vería en el último día de clases, je, je, je. Creí que lo tomarías de sabático y me harías darte los apuntes de hoy como de costumbre dormilón. — Dijo Annie en un tono juguetón.

—Hasta yo soy capaz de presentarme en el último día Ann, ya no estoy en preparatoria. —Respondió Zack mientras se sentaba en su lugar.

—Bueno, eso me alivia un poco al menos. —Respondió Annie mientras se sentaba a un lado de él para seguir hablando.

—¿Planeas ir a la fiesta después de clases a tomar algo? Ha pasado un tiempo desde la última vez…

Es verdad, creo que fue exactamente luego de que Veronica me contara sus planes, no le he hablado de ello aun.

Ann siempre ha sido un poco posesiva, fuera de su apariencia jovial y extrovertida, creo que en el fondo es solo una chica solitaria que no quiere perder a nadie cercano.

No es como si este escrito en piedra que me iré de la ciudad, pero no puedo encontrar las palabras ni el coraje para decirle que esta podria ser la ultima vez que nos veamos.

Ann y Verónica nunca han estado en los mejores términos. Ann se enojo mucho con ella cuando no impidio que yo dejara de estudiar por tanto tiempo sólo por caprichos mios.

Y creo que una decision como esta le haría sentir que pongo a Veronica por sobre ella. Si Veronica es como una hermana mayor para mí, Ann sería mi hermanita menor.

Sé que no puedo poner una sobre la otra, pero si tardo demasiado en tomar una decision, terminaré lastimandolas a las dos.

—Nah, lo siento Ann, quiero bajarle a la bebida. —Respodio Zack con la suficiente autoestima como para creerse él mismo su propia mentira.

—Bueno. No es como que tengamos que tomar forzosamente, podriamos ir a mi casa y comer algo. —Respondio Annie.

—"Carajo, eso solo complicaria mas las cosas". —Pensó Zack cuando de repente sus ojos se abren como si hubiera tenido una revelación.

—Lo siento Ann, recordé que tengo el turno nocturno hoy. —Dijo zack procediendo a poner una mano sobre el hombro de Annie

—Iremos a comer juntos despues, ¿de acuerdo? —Dijo Zack con una leve sonrisa en su rostro.

—Ouuu~ De acuerdo, es una promesa eh~. —Respondió Annie, procediendo a ponerse de pie y regresando a su asiento.

El día pasó sin pena ni gloria.

Me despedí de Ann y le prometí que la llamaría más tarde, no puedo dejarla en la oscuridad más tiempo, no sería justo para ella.

Mi trabajo en el minisuper es común, nada del otro mundo, pero la cotidianidad y tranquilidad de trabajar en la noche con pocas personas entrando y saliendo me da un sentimiento de comodidad durante la noche.

Solamente somos yo y la tercera molestia en mi vida.

De repente, una chica de corta estatura sale del área de empleados y le hace un leve gesto de saludo a Zack.

—Oh, sí llegaste. —Respondió mirando hacia arriba a Zack. —Ya comenzaron las vaciones, así que habrá más alcohólicos que de costumbre durante las noches, así que me servirá mucho la ayuda extra estos días.

—Seguro Alexis, no tengo nada que a estas horas de todas formas. —Respondió Zack.

—Sólo será este mes. Es casi seguro que seré promovida a finales de verano, el supervisor en jefe será tranferido a otra sucursal. —Dijo Alexis mirando a Zack a los ojos —Así que puedes dar por hecho que si sigues con el buen trabajo, tú tendrás mi puesto.

Genial, más decisiones, más problemas que resolver.

Alex siempre ha sido de gran ayuda para mí cuando era un desastre y no hacia nada de mi vida. Es alguien que ha dado la cara muchas veces por mí cuando apenas empecé a trabajar aquí, es más, si no fuera por ella, estoy seguro que ni trabajo tendría en estos momentos.

Me sentía halagado de que reconociera mi esfuerzo por poner mi vida en orden, pero... Si me voy con Verónica, tendría que dejar estre trabajo y a Alexis atrás.

Igual, si continúo estudiando con Ann en posgrado, claro que podría aceptar la promocion, continuar subiendo peldaños y acabar siendo el encargado de este lugar en un par de años. Pero sería decirle adios a Verónica y a Ann... Carajo, estos ultimatums están acabando con mi sanidad mental.

—Hey Alexis, ¿Puedes guardarme un six-pack? Descuida, lo pagaré al final de mi jornada —Dijo Zack intentando desviar la conversación del tema principal —¿Puedo?

—Claro, si puedes pagarlo no hay problema, dejaré un paquete en el almacén —Dijo Alexis, quien le sonrió a Zack —Hey, ¿Que te parece esto? Te doy la mitad para las cervezas, vamos a mi apartamento y seguimos hablando en paz.

—Ahh, lo siento Alexis. Quedé con unos amigos al final de mi turno, además, no me sentiría cómodo quedándome en tu casa hasta tarde... —Respondió Zack, buscando excusas creíbles para no hablar de trabajo más tiempo.

—Jajaja, descuida, confío en ti. Sé que no vas a aprovecharte y hacer nada que no me gustaría. —Dijo alexis en un tono juguetón.

—Ja ja ja... Sí... Entonces podemos dejarlo para después, hoy realmente no puedo. —Dijo Zack con un tono optimista haciendo un gesto con la mano disculpándose.

La jornada procedió como si nada y ambos se fueron a sus respectivos hogares.

—¡CARAJO! ¿QUÉ SUCEDE CON EL DÍA DE HOY? Decisiones, decisiones y más decisiones... ¿No hay una forma de salir de esta situación sin decepcionar a nadie? —Dice Zack, abriendo una de las latas en medio de la calle y bebiendo lo más rapido posible. —No es justo, ni siquiera salgo con alguna de ellas... ¿Por qué dan un carajo por mi?...

La idea de tener que tomar una decisión tan importante en tan poco tiempo me vuelve loco. Lata tras lata, mis quejas sin sentido aumentan más y más, sintiendome más y más como un ingrato por no agradecer todo lo que hacen por mí. Pero estoy en un punto en el que mi vida podria cambiar por completo.

Es mucho para mí, ¿Cómo podré conciliar el sueño sabiendo que sea lo que sea que escoja sólo haré miserable a alguien al final?...

Mientras se tambaleaba por la calle con el plástico que envolvía las cervezas en mano, Zack a duras penas podía caminar derecho hasta que llegó a su casa.

En la entrada de mi casa se veía una silueta, estaba muy cansado y mareado, así que apenas podía distinguir las formas.

Forcé un poco la vista y distinguía que era una chica sentada en la acera, abrazando lo que parecia un peluche de animal.

Aunque no sé si era el alcohol o el estrés que me estaba haciendo perder la cordura, pero era casi como si la mascota estuviera respirando y jadeando como perro.

Al principio me pregunté quién era, una mujer... ¿Acaso Verónica o Ann estaban esperándome en la entrada de mi casa?

Nah... Verónica tiene un duplicado para emergencias y los padres de Ann la matarían si estuviera conmigo tan tarde en mi casa.

¿Podría ser Alexis? Nah, la ví irse a su casa. Y aunque esté tomado, es imposible que llegara antes que yo.

Poco a poco me fui acercando, las nubes despejaron el cielo para que la luz de la luna iluminara la calle.

Ahí, en medio de la calle, mientras estaba ebrio y a punto de vomitar, se encontraba una preciosa chica de cabello largo que pareciera que imponia su precencia.

Sus ojos tenían un color peculiar, era como si vieran dentro de mí, me sentía desnudo por su mirada tan profunda.

Ahí me di cuenta que ella estaba desnuda, mi cerebro estaba pasando por cientos de cosas a decir verdad, pero la única cosa que salio de mi boca fue...

—¿Qué?....

Capitulo 2: Arrepentimiento y Decisión

¿Qué se supone que haga alguien en este tipo de situaciones?

Salí de mi trance idiota y me puse un poco sobrio ante la situación. No mucho qué hacer realmente, pero bueno, ¿Qué es lo peor que podría pasar en una situación en la que un borracho habla con una chica desnuda afuera de su casa?...

—Hey... —Dijo Zack con un tono y cara de desorientación que intenta mantenerse lo más lucido posible.

—Vas a morir… —Dijo La chica misteriosa sin un ápice de tacto en su voz carente de emoción.

—¿EH? —Dijo Zack sorprendido al escuchar a la chica hablar por primera vez.

—Si no te vas ahora, vas a morir… —Dijo la chica con un tono frío y calmado.

En ese momento, me quedé paralizado por la extrañez de la situación, lo que dijo era una amenaza... pero la mirada en sus ojos me decía que era una advertencia. Es ahí cuando sentí el alcohol abandonando mi cuerpo por completo, ya estaba completamente sobrio, al menos eso quería creer.

—¿Qué estás diciendo? Oye, ¿Te encuentras bien? —Dijo Zack, acercándose poco a poco a la chica para revisar si se encontraba bien.

Al momento de acercarse, lo que al principio parecía un peluche extraño, saltó de los brazos de la chica y se abalanzó sobre Zack, como un perro buscando proteger a su amo en peligro.

—¡WOAH! ¡¿QUE CARAJOS ES ESO?! —Dijo Zack siendo tumbado al suelo por la extraña criatura.

Aunque la creatura era fiera, era más débil que un perro chihuahua, pero Zack pudo fácilmente sacárselo de encima.

Zack, si bien aliviado, no pudo evitar poner una cara de decepción, aunque era la primera vez que veía una cosa como esa en su vida.

Zack se aproxima a la creatura, mientras que la chica pone una cara de inquietud sobre lo que el desconocido frente a él planea hacer con su pequeño compañero.

Pero para la sorpresa de la chica y la creatura, Zack solo lo levanta del suelo, procediendo a sacudirle un poco el polvo y acariciarlo en la cabeza, acercándose a la chica y regresándolo a sus brazos.

—Perdón por eso... —Dijo Zack, mientras se quita su chaqueta. —Pero para que quede constancia, él empezó…

Zack entonces le dio su chaqueta a la chica para que cubriera sus vergüenzas, la chica toma la chaqueta mientras mira completamente confundida a Zack.

—Vamos, póntela. No sé cómo a ti no se te congela el culo en medio de este frío, lo cual es increíble, tomando en cuenta que estamos en verano. —Dijo Zack mientras se abría la puerta de su casa para sentarse en la entrada. —Así que... ¿Tu amiguito y tú tienen nombre?

La chica, mientras mira atentamente a su compañero, se percata que el pequeñín parece asentir con ella. Como si él le diera permiso para confiar en el desconocido frente a él con poco sentido común.

—Soy… Jay... —Dijo la chica mientras la chica se ponía la chaqueta y mientras su compañero se sentó como una mascota obediente a su lado. —Y él es Beat…

Curiosos nombres, fue la primera cosa que pasó por mi mente. Sin embargo, mi nombre tampoco es muy glamoroso que digamos...

Bajo la luz de la luna, comencé a parlotear sin cesar mientras Jay hacía un comentario entre cada rant.

Había pasado un tiempo desde la última vez que pude disfrutar una plática casual mientras disfrutaba de su compañía, aunque no podía dejar de pensar en como tenía tantas decisiones por tomar y personas por decepcionar.

Aunque intentaba averiguar más sobre Jay, ella no decía mucho del por qué estaba desnuda en medio de la noche con una creatura extraña como la que Beat era, pero se notaba como a ella le incomodaba que ahondara en ello, se notaba que tenía cosas que no quería contar.

Molestarme con ella por no decirme lo que pasaba en su cabeza sería muy hipócrita viniendo de mi parte, así que no lo hice.

—Así que, no es muy prudente de mi parte, pero…— Dijo Zack mientras se levantaba del suelo. —¿Tienes algún lugar donde pasar la noche?

Jay pareció entender a donde se dirigía la conversación, así que sonrió discretamente mientras se levantaba del suelo y mientras se quitaba la chaqueta.

—¡WOW, WOW, WOW! ¡TRANQUILA, PUEDES QUEDÁRTELA! —Dijo un Zack avergonzado mientras desviaba la mirada.

—Agradezco el gesto... A Beat realmente le agradas, pero no puedo quedarme… —Dijo Jay con una cara llena de melancolía en su rostro. — Es peligroso para ti…

—¿Eh? ¿De que estás hablando? —Dijo Zack molesto y confundido. —Mira, no quiero obligarte a nada, pero no me siento cómoda dejando ir sola a una chica con su mascota sola en la noche. No podría perdonarme a mí mismo si algo te pasa y hubiera sido capaz de evitarlo…

El rostro de Jay se llenó de optimismo cuando escucho eso, un ligero sonrojo que intento ocultar con su mano.

Pero el lindo momento se vió interrumpido cuando Jay pone una terrible cara de dolor, poniendo sus manos en su cabeza como si de la peor migraña en el mundo se tratase.

Mientras Zack intenta ver si Jay se encuentra bien, electricidad comienza a formarse afuera de su casa, como si de un portal comenzara a abrirse.

Y de él inmediatamente sale un brazo enorme, como el de un gorila en esteroides, tomando a Jay con fuerza.

El portal se abre más y más y de él sale una extraña creatura enorme, casi el doble del tamaño de Zack. Quien ya de por sí, era de unos generosos 1.75 metros de alto.

Era algo que jamás había visto en su vida, parecía una fusión entre algo vivo con algo mecánico, como los villanos de la semana que Zack solía ver en los Súper Sentai que le encantaban de niño.

Mientras Zack estaba congelado por el shock de la situación y Jay gritaba de dolor, Beat se lanza contra el monstruo que hace peligrar la vida de Jay, siendo lanzado contra la pared sin ningún esfuerzo justo al lado de Zack.

Mientras todo eso pasaba, Zack solo recordaba cosas en su vida que parecían ser solo al azar a primera vista. Una niña llorando en un barranco, una chica semidesnuda en un callejón y llena de heridas, y una mujer extendiéndole la mano en medio de un basurero.

Zack sale de su trance y armándose de valor procede a intentar derribar al abductor de Jay.

La creatura, cabreada con la molestia que Zack ocasionaba, de un solo golpe le vuela el pecho y lo estrella contra la misma pared en la que Beat fue lanzado.

Zack estaba completamente destruido, sus pulmones estaban completamente reventados y su corazón no latía más, si es que estaba ahí todavía.

Zack se posaba contra el muro, apenas podía pensar y el daño fue tanto que ni siquiera sentía dolor. Mientras todo eso pasaba, Zack solo pensaba en toda esa gente a la que no podría cumplir sus promesas.

Zack solo tenía remordimiento en su mente, ahora que su final sé acercaba... No podía evitar soñar en las salidas con amigos que podría haber tenido, las citas que pudo haber tenido, las comidas caseras de su madre que podría haber disfrutado, las chicas a las que pudo haber hecho feliz si fuera menos indeciso.

Pero sobre todo, no podía dejar de pensar en la chica que estaba frente a él, a la que podría haber salvado de haber sido tan solo más fuerte…

Mientras su conciencia parecía desvanecerse poco a poco, una pequeña voz dentro de él comenzó a llamarlo.

—Sí que lo arruinamos, ¿verdad? —Dijo Beat dentro del subconsciente de Zack.

—¿BEAT? ¿PUEDES HABLAR? —Dijo Zack flotando dentro de ese espacio en negro en el que solo se encontraban Zack y Beat. —Bueno, con todo lo que ha pasado en esta última hora ya no sé ni para qué me sorprendo jajaja.

Zack Y beat Compartieron una pequeña risa mientras ambos tomaban una mirada melancólica.

—Lo siento, quise proteger a Jay, pero solo soy un inútil incapaz de ayudar a alguien… —Dijo Zack intentando calmar sus ganas de llorar.

—Pues… Ambos fallamos en nuestro cometido... —Dijo Beat, igualmente intentando aguantar las ganas de llorar. —Pero… Al menos tú aún tienes la oportunidad de hacerlo je…

Era curioso, es como si las emociones de Zack y Beat se sincronizaran para actuar igual al mismo tiempo.

—¿De qué hablas? —Dijo Zack Confundido y consternado por ese comentario.

—Hablo de cambiar mi vida por la tuya. —Dice Beat mientras se acerca a Zack.

Beat Ser acerca más y más hasta colocar su cabeza sobre el pecho de Zack.

—Jay ha sido muy buena conmigo, intentó protegerme tanto como ella podía. Ahora es mi turno de devolverle el favor…—Dijo Beat, mientras comenzaba a llorar sobre Zack. —Por favor Zack, prométeme que la salvaras…

De pronto, todas las memorias amargas de las que Zack se arrepentía por no haber podido hacer nada, cargaban sobre su conciencia.

—Está bien… lo intentaré. —Dijo Zack con una mirada de arrepentimiento en su rostro.

Beat Mira hacia arriba cubierto en lágrimas y con un ceño fruncido hacia Zack.

—¡NO ME PROMETAS QUE LO INTENTARÁS! ¡PROMÉTEME QUE LO HARÁS!

Zack solo veía a Beat completamente serio en su comentario.

Zack pensaba en lo ridículo que era prometer algo así por una persona que apenas conoció hace solo una hora, pero la mirada de Beat era como mirarse en un espejo lleno de remordimiento, ésta vez tenía la oportunidad de hacer las cosas bien.

—¡CARAJO! ESTÁ BIEN. ¡TE LO PROMETO, QUE MIENTRAS MI CORAZÓN SIGA LATIENDO, PROTEGERÉ A JAY CON TODO MI SER! —Dijo Zack a un aliviado Beat.

—Bueno, supongo que es hora de poner de mi parte para que ese corazón comience a latir… —Dijo Beat mientras comenzaba a fusionarse con Zack a través de su pecho.

—Ahora, debes despertar, hay una chica que necesita tu ayuda. —Dijo Beat

Esas fueron las últimas palabras que Beat me dijo, mientras que la oscuridad a mi alrededor comenzaba a desaparecer y un ritmo comenzaba a retumbar dentro de mí.

Mi mente se sentía ligera, de pronto era como si todo a mi alrededor no importara, era como si fuera capaz de hacer cualquier cosa...

Me sentía intocable, entonces mis ojos, por fin, se abrieron…

Capitulo 3: Conejos, Ritmos Y Libertad

De pronto, una explosión sucede que hace que el Monstruo y Jay volteen a ver al muro donde se supone Beat y Zack habían quedado estampados.

De donde sólo hay humo poco a poco despejándose, sólo para mostrar que ninguno de los dos se encuentran ahí ya.

—¡YEEEHAAAWWW! —Se escucha en el cielo.

El monstruo voltea a ver y ve una silueta sobre la luna, parecido a él, él se extraña.

Siente una extraña conexión con el misterioso sujeto que está cayendo rápidamente en picada hacia él, pero antes de que el monstruo pueda reaccionar, el sujeto extraño hace una pose en pleno aire y da un golpe al brazo del monstruo, como si de un karateca rompiendo tablas se tratara.

Inmediatamente, y sin perder tiempo con solo toque del suelo, da un salto y recoge a Jay antes de que caiga al suelo.

Jay, una vez que entro en sí misma, logró ver al extraño misterioso que acababa de rescatarla.

Era como un robot en spandex y una chamarra bombacha bastante larga, del mismo largo que un saco sería.

No podía ver su rostro, pues estaba detrás de un curioso casco que parecía mostrar una sonrisa con dientes, con unos audífonos en donde deberían ir sus oídos y largas antenas sobresaliendo de ellos.

Como si de orejas de conejo se tratasen.

El primer pensamiento que tuvo Jay en mente, fue que se trataba de Beat, pero dicha idea no tenía sentido. Mientras más lo pensaba, sólo decidió afrontarlo de frente.

—¿Q-quién eres? —Preguntó Jay temerosa de la respuesta.

—¡SOY EL HÉROE NACIDO DEL REMORDIMIENTO Y LA IMPOTENCIA! —Gritó el extraño sujeto mientras apuntaba al suelo donde el monstruo se encontraba. —¡TRAÍDO AQUÍ PARA PATEAR SU DESAGRADABLE CULO! —Dijo el sujeto con un tono optimista.

Tras ese osado comentario, el sujeto aterriza en el suelo gentilmente, como si las leyes de la gravedad sirvieran a su favor.

Bajando a Jay de sus brazos de forma cuidadosa y delicada.

Jay consternada por la situación, voltea al muro una vez más solo para cerciorarse de que Beat o Zack de verdad habían desaparecido.

Inmediatamente, el sujeto camina hacia el monstruo lentamente, como si subestimara al monstruo en frente de él.

—Descuida, yo me encargo. —Dijo el sujeto mientras miraba sobre su hombro a Jay.

—Eres... ¿Zack? —Preguntó Jay aún consternada con la situación.

—Todo a su tiempo. —Dijo el sujeto volteando a ver a Jay.

De repente el monstruo se lanza contra el sujeto aprovechando su descuido, pero como este si se lo esperara, da un salto ligero quedando por encima del monstruo. Y de una sola patada, azota su cabeza contra el suelo dejando ver el concreto volando.

Entonces, como si la humillación del monstruo pegado contra el pavimento no fuera suficiente, el sujeto solo se sienta encima de la espalda del humillado y derrotado monstruo.

—Supongo que ahora es el momento, jeje.— Dijo el sujeto mientras golpea de manera burlona la nuca del monstruo con su pie. —Sí... podría decirse que soy Zack, pero no soy solo yo. Ambos prometimos que te protegeríamos, y es nuestra convicción la que me dio el poder de estar aquí en este momento y protegerte.

—Espera, ¿Ambos? —Dijo Jay consternada por la situación. —¿Donde está Beat?

El sujeto que ahora no cabe ninguna duda, se trata de Zack se levanta y acerca hacia Jay.

El aire alrededor del que hace unos momentos era uno frenético y extravagante, se torna serio.

—Él dio su vida para que yo esté aquí en estos momentos para ti... —Dijo Zack mientras se toca el pecho. —Pero él aún vive como una parte de mí, podría decirse que ahora ambos somos solo uno, pero la conciencia de Beat no resuena más dentro de mí. Aunque de alguna forma... el ritmo que mi corazón ahora tiene, puede ser su forma de hacerme saber que es parte de mí.

Esa descarga de información para Jay fue demasiado, ella no sabía como contemplar todo lo que Zack le había dicho, no podía ni siquiera llorar por la perdida de su amigo.

Pues de cierta forma, él aún se encontraba con ellos. Y aunque Zack no lo sabía, no era la primera vez que beat salvaba a Jay, pero las explicaciones tendrían que esperar.

De pronto el suelo se estremece y el monstruo se levanta rompiendo y dejando volando pedazos de concreto a su alrededor, dejando salir un rugido que desgarrarían los tímpanos de cualquiera que estuviera cerca.

—¡Wow! Escandaloso sujeto, ¿no lo crees? JAJAJAJA. —Dijo Zack cambiando el aire alrededor de él nuevamente, como si su sola presencia fuera capaz de convertir el ambiente más pesado en uno de alegría y optimismo.

De pronto, a los ojos del monstruo y de Jay.

Zack se desvanece de donde estaba, como si se hubiera teletransportado. Justo hacia el frente del monstruo, se encontraba parado, solo con una estela de polvo a su alrededor, dando a prueba de que se movió.

La rapidez y shock del momento apenas pudieron mantener a ambos concentrados, en el hecho de que ahora el puño de Zack se encontraba enterrado en el estómago del monstruo.

Es ahí cuando el monstruo por fin entra en sí, vomitando por el fuerte y rápido impacto.

Zack, sin perder ni un milisegundo, ya no se encontraba frente al monstruo, esquivando la porquería que salía de la boca del monstruo.

—¡VAYA VIEJO, ESTO ES GENIAL! —Dijo Zack hacia sí mismo.

Esa sensación de libertad era embriagadora.

De pronto sentí que nada en el mundo importaba, era como si yo estuviera por encima de todos los problemas que tan solo hace un par de horas me carcomían por dentro, esta sensación de absoluto e inalterado poder es indescriptible.

Entre más y más late mi corazón a este peculiar ritmo pegadizo... Más siento que soy el rey del mundo, como si nada en esta vida pudiera pararme ahora.

Lo que antes parecían pocas escalas de opciones en mi futuro, ahora es como un horizonte lleno de caminos a tomar y el sol saliendo a lo lejos de él.

—Bueno, suficiente introspección. ¡Creo que es hora de acabar con esto! —Dijo Zack en el aire.

De pronto, como si de un nadador olímpico se tratara. Da varias volteretas en el aire preparándose para la patada final, cayendo en picada en una velocidad impresionante y el aire a su alrededor pareciera prenderse en llamas.

Zack siempre deseó poder copiar una de las maniobras que solían hacer los personajes de sus series favoritas de la infancia, sintiéndose aún más eufórico con el hecho de que estaba haciendo una en esos momentos.

Todo eso transcurriendo en tan solo unos segundos.

Apenas el monstruo habiendo terminado de vomitar y subiendo la mirada hacia arriba, lo que sólo podría describirse como un cometa humano, estaba a punto de estrellarse contra él.

—¡MALDICIÓN! —Para sorpresa de el monstruo, lanzó su primer y última palabra mientras miraba con pavor y rabia hacia Jay. Antes de desaparecer en una explosión lleno de fuego y entrañas.

De pronto Jay se ve bañada en sangre del monstruo. Zack levantándose del cráter que acababa de crear, de pronto sacando un brillo como si de una granada cegadora se tratase.

Jay se cubre los ojos, y cuando el brillo desaparece, ahí estaba Zack, de vuelta a la normalidad. ¿Y dónde se había ido su extraña apariencia?... Era un misterio para ambos.

Pero peor que eso, de pronto era como si Zack parecía solo balbucear cosas sin sentido a Jay, hasta que no pudo más y terminó desmayándose.

Todo lo que acababa de pasar en los últimos 5 minutos, dejaron a Jay tan confundida, consternada y preocupada... Que solo una cosa pudo salir de ella.

—¿Qué acaba de pasar?... —Dijo Jay, con un rostro que solo se podría describir de estupefacción.

Y de esa forma, el destino de Zack y Jay habían quedado entrelazados, de una forma que ni uno de los dos podría haber previsto.

Y dicho destino les tenía preparado un verano que ninguno de los dos podría estar preparados para confrontar, pero algo era seguro... La vida de Zack se volvería la más caótica que nadie podría tener.

Pero por ahora, la noche más larga para Zack y Jay apenas había terminado y el prospecto de un nuevo día se cernía sobre ellos.

Pues al menos el día de hoy se habían merecido un descanso más que nunca, y el cuerpo yacido de Zack en el suelo lo sabía muy bien.

En otro lado de la ciudad, Verónica se encontraba tranquila bebiendo una cerveza mientras miraba por su veranda, pensativa por sus planes que pronto se cumplirían.

Ann estaba viendo su celular mientras está recostada en su cama, viendo aquellas fotos de sus días en preparatoria, optimista y alegre.

Mientras pasa de foto en foto añorando sus lindos recuerdos.

Y Alexis se escontraba preparando sus cosas para el día siguiente, responsable y productiva, incluso antes de dormir.

Cada una en sus asuntos, como todos en la ciudad. Ignorantes de la tormenta en la que Zack y Jay acababan de confrontar, sin saber lo que el futuro tenía preparado para todos.

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