Capítulo Nº12

Están en el aeropuerto y él nuevamente se hace cargo de la situación al bajar del auto. Abril pensaba que el viaje en el coche fue largo y sus nervios estaban por colapsar, pero estaba muy equivocada, lo que le espera es mucho peor ya que este hombre pone sus nervios y cada poro de su piel a un punto que ya no lo puede controlar. No está acostumbrada a la muestras de cariño o que alguien se ocupe de sus cosas y es a lo único que se dedicó Facundo desde que bajaron del coche. La tiene de la mano, le lleva las maletas y para colmo en el embarque se dedicó a despachar las valijas de ambos, presentó la documentación y los pasajes como si fueran una pareja. Es demasiado, tiene que ponerle un freno.

Se sentaron en una confitería, él pide un café para los dos como si fuera lo más normal del mundo. Ya la paciencia de Abril llegó a su fin, le entregan las bebidas y ella comienza a hablar algo irritada.

⎯ Facundo no me malinterpretes pero no preciso que hagas todo por mí. No es la primera vez que viajo y me gusta arreglar mis asuntos por mi cuenta.⎯ él la mira con cara de que hice a lo que le aclara.⎯ Soy capaz de presentar mi documentación o despachar mis cosas.

⎯ Disculpa no quise ofenderte, pero me gusta atenderte y siento que me hace feliz hacer cosas por ti.⎯ con eso, su enojo se esfumo tan rápido como vino.

⎯ Está bien, no tienes la culpa, yo siempre fui muy independiente y no estoy acostumbrada a que me atiendan. Lo siento.

Él toma su mano sobre la mesa y acaricia su mejilla, ella se estremece con ese gesto y lo mira directamente a sus ojos, no sabe si es cariño lo que ve en sus ojos pero le dice

⎯ Déjame cuidarte bella donna.

Ella está  por contestar pero se queda con las palabras en sus labios porque una voz anuncia el vuelo y él la ayuda a levantarse.

⎯ Es hora amore, vamos.

 No sabe si se dio o no cuenta de lo que provoca en ella, pero si no fuera urgente hablar con su madre no se sube a ese avión, está aterrada, siente que Facu va muy rápido y eso que ella lo veía como padre de su bebé, pero ahora el temor a lo desconocido es mayor y está arrepintiéndose de su elección. Si con ella es así de protector no se quiere imaginar cómo va a ser con un hijo.

Van caminando de la mano y ella ve las miradas que les dirigen los otros pasajeros. Él parece absorto en sus pensamientos y no le presta atención ni se da cuenta de los susurros a su alrededor. La inseguridad de Abril se está apoderando de ella y se siente triste. Lo ve y él es tan guapo que la hace dudar de sus sentimientos. Piensa si sería justo condenarlo a pasar por esto cada vez que salga a la calle con ella. Suspira y aunque le duela el alma toma una decisión que tal vez sea apresurada pero será lo mejor y es cumplir su deber como abogada y dejarlo ir. Su destino en esta vida es estar sola.

Luego de casi dos horas de vuelo donde se mantuvo en silencio y sumergida en sus pensamientos llegan a Italia. Él no repara en demostrar lo emocionado que está por que pase unos días en su país.

Salen del aeropuerto y en la puerta le informa que prefiere ir a un hotel.

 ⎯ Lo siento Facundo pero prefiero ir a un hotel para poder concentrarme en el caso.

 ⎯ Pero en mi casa hay lugar y nadie te va a molestar.⎯ dice triste e ignorando sus pensamientos.

 ⎯ Por favor no insistas.

 ⎯ Está bien, pero prométeme que cualquier cosa que necesites me lo harás saber.

 ⎯ De acuerdo. Pero recuerda que soy adulta, soy tu abogada y se cuidarme sola.

 ⎯ Lo sé pero no puedo evitar estas ganas de protegerte que siento.

Él intenta acercarse pero ella se aparta con los ojos cristalizados, todo el viaje sus emociones estuvieron desbordada y ahora ya no se puede controlar.

 ⎯ Esto está mal. Por favor entrégame mi maleta. Me voy en taxi.

 ⎯ Sabes que puedo llevarte.

 ⎯ Lo sé, pero prefiero ir sola.

Él está dudando de entregarle la maleta y ella se la arrebata, sale a la entrada y se toma el primer taxi que pasa, y  se aleja viendo por la ventanilla como él se pasa la mano por la cabeza sin entender nada.

Ella le indica al chofer que la lleve a cualquier hotel menos al Hilton. Sabe muy bien que si él insiste en localizarla será el primer lugar al que va a ir a buscar y por ahora no puede verlo. Tiene que recuperar su compostura y tratarlo como una profesional.

Llegan a un hotel pequeño pero muy bonito de menos estrellas que a lo que está acostumbrada desde que es abogada, pero eso no le interesa mientras tenga agua caliente y una cama cómoda todo le parece perfecto. Se registró y pidió la mejor habitación y que le sirvan el almuerzo. Sube por el ascensor y el cuarto es luminoso, tiene un agradable aroma a rosas y flores silvestres. Todo está muy limpio y prolijo. En el centro de la habitación hay una mesa con dos sillas. También posee sillón de dos cuerpos a la derecha de un gran ventanal. El cuarto está cálido, ella se saca su abrigo y un rastro de la colonia de Facundo quedó impregnado en él, lo olfatea como una tonta y luego lo deposita sobre la cama.

⎯ Abril pareces una adolescente oliendo tu ropa.⎯ se recrimina.⎯ ¡Pero que rico huele!

En el centro de la habitación hay una chimenea con un fuego tenue que da una sensación de hogar, se sienta enfrente a observar el movimiento de las llamas cuando golpean la puerta y es un mozo con su almuerzo. Lo deja sobre la mesa y ella le entrega una generosa propina para que se retire. Levanta la charola y una lasaña de espinaca con salsa, se presenta ante sus ojos, con solo el aroma se hacía agua en su boca, se sienta a almorzar y termina el plato acompañado con una limonada. Tenía hambre. Con todo lo que pasó en la confitería del aeropuerto apenas probó un bocado. Se da una ducha y se acuesta a descansar ya que todo su cuerpo le pesa y la noche anterior no durmió nada preparando este viaje que al parecer fue una equivocación. Luego de una larga siesta, sale a recorrer la ciudad, hay lugares preciosos y la gente está muy animada así que le contagian la alegría y está mucho mejor, se tomó todo el día libre para pensar. Al fin su mente tiene en claro lo que va a hacer. Vuelve tarde a su cuarto y no tiene ganas de cenar, saca la carpeta de la investigación y comienza a leer mientras se toma un vino.

 ⎯ Muy bien señora, mañana veremos cuál es su excusa. No creo que no sepa qué pasó en realidad.

Ella habla en voz alta mientras marca algunas cosas que llamaron su atención.

Mañana será un día largo así que se acuesta a descansar, el alcohol ya le está causando sueño y sonríe pensando en su primer beso. Se despierta con mucho mejor ánimo y toma una ducha rápida para salir a desayunar, el día anterior vio una confitería que está frente al hotel que tiene una vista muy linda al parque y necesita recargarse de buenas energías para llamar a Facundo, su chofer asignado.

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