Capítulo Nº8

Abril por la mañana no estaba de ánimo, otra vez fue rechazada y ya no quería contar las veces que sentía esa humillación y para colmo por beber hizo algo terrible y destruyó su amuleto de la buena suerte. Agarró los pedazos del papel y con mucho cuidado intentó rearmar su más preciado tesoro y lo pegó con cinta adhesiva.

 ⎯ Perdóname Facu. No sabía lo que hacía.

Dejó sobre la mesa el pobre y maltrecho dibujo y salió rumbo al trabajo. Al llegar a su firma tiene puesto sus lentes oscuros no quiere que nadie note sus ojos hinchados pero ve que todo era un caos.

 ⎯ Buenos días Sabrina me traes un café negro, sin azúcar y consigue dos aspirinas, por favor. Se me parte la cabeza.

 ⎯ Sí señora.

 ⎯ Dime que sucede porque todos están en la sala de juntas.

 ⎯ La testigo llamó y no se va a presentar.

 ⎯ Maldición yo me encargo. Tráeme lo que te pedí y que nadie me moleste.

 ⎯ Está bien jefa.

Sabrina entró a entregarle el café con las aspirinas y se retiró. No podía ser, solo eso le faltaba, se supone que tenían un caso que dedujo que era sencillo pero se equivocó, tenían todo para ganar pero a último momento la coartada de su cliente o mejor dicho el testigo principal se arrepintió y no va a testificar. Tenían hasta los videos de la entrada de un hotel, donde se veía a la pareja pero ella a último momento se arrepintió y no la puede obligar a testificar. Hay que comenzar con un plan de defensa todo de nuevo y encarar todo con otra perspectiva. Por fin encontró una solución pero le llevó horas organizar este lío. Pasaba sus horas entre documentos y viendo videos. Su cabeza ya no aguantaba más. Estaba súper concentrada. No quería perder el caso. Sería su primer fracaso y era injusto ya que sabía que su cliente era inocente.

No se acordó de Rinalde hasta los siguientes dos días, entonces le pidió a su secretaria que la comunique con él. Estaba esperando que conteste mientras jugaba con el cable del teléfono.

 ⎯ Pronto.⎯ saluda como siempre.

  ⎯ Buenas tarde señor Rinalde, le habla Abril Castro su abogada.

 ⎯ Si. Bella señorita ¿en qué puedo servirle?

  ⎯ Tengo novedades, el detective me entregó un informe algo confuso. Voy a ser sincera con usted, la verdad necesito hablar directamente con la fuente o sea su madre.

  ⎯ Señorita...tengo que confesar algo.⎯ luego de una pausa respira profundo y continúa.⎯ Yo no he sido del todo sincero con usted. Mi madre no sabe que estoy buscando a mi hermano y la verdad no quiero causarle más angustia.

 ⎯ Comprendo, pero debe entender que así es más difícil tener un dato certero. Esto podría llevar más tiempo sin su colaboración. Y no llegaríamos a tiempo para la lectura del testamento. El tiempo corre y pueden perder todos sus bienes.

 ⎯ En unos días tengo que viajar a España por asuntos de negocios. ¿Qué le parece si tenemos una reunión y veo si mientras tanto recaudó algo de información?

  ⎯ De acuerdo. Concrete la cita con mi secretaria y lo espero.

En Italia, Facundo cuelga la llamada. El fondo de pantalla de su celular se ilumina, él sonríe y pasa sus dedos sobre ese retrato. Es lo único que tiene de su antigua amiga y desea con el alma cumplir su promesa.

Gira en su enorme sillón y recuerda ese día como si fuera ayer.

… Era el mes donde el instituto comenzaba a hacer los anuarios y contrataba a un fotógrafo profesional que pasaba por los cursos y les tomaban las fotos para que cada alumno tenga un recuerdo de su paso por el colegio.

Abril nunca aparecía en ningún recuerdo escolar por obvias razones. Primero porqué odiaba las fotos y segundo porque sus compañeros le dejaban en claro que arruinaba la imagen. Pero Facundo quería llevarla siempre con él. Así que le pidió al fotógrafo que les tomara una foto solo de ellos dos y ella aceptó.

Llegó el día que el fotógrafo pasaba por su curso, todos posaron y ella estaba alejada del grupo. Como siempre  la maestra respetaba su decisión y no le dijo nada ya sabía que no iba a participar como cada año.

Cuando salieron al patio Facundo agarró todos sus ahorros que guardaba en un sobre y le pagó al señor para que les tome una foto de ellos dos alejada del grupo, bajo su árbol preferido y luego le pidió que haga dos copias.

 ⎯ Bueno niños, ahora quiero una gran sonrisa de ambos. Esta será la mejor foto que tomé en el instituto.

 ⎯ Señor¿ puede arreglar la foto para que no salga mi mancha?

 ⎯ Princesa con tu sonrisa nadie va a mirar tu mancha te lo prometo.

 ⎯ Abril solo nosotros tendremos la foto así que mira la cámara y sonríe.

 ⎯ Lo prometes.

 ⎯ Lo prometo y te prometo que siempre la llevaré conmigo, será mi amuleto de la suerte.

 ⎯ Señor ya nos puede tomar la foto. ⎯ dice la niña feliz.

 ⎯ Muy bien, listos, ya. puff:- el ruido y el flash de la cámara los sorprendió.

Los niños salieron abrazados con una enorme sonrisa en sus labios. Fue la mejor foto del mundo como les dijo ese buen hombre.

 Pasaron los días y Abril se fue del colegio, la expulsaron por culpa de Flor que hizo un gran escándalo. Cuando llegó el fotógrafo el niño no sabía dónde llevar su copia y la guardó hasta la actualidad en su caja fuerte.

En su celular Facundo lleva una copia de la fotografía, aún cumple la promesa de llevarla siempre con él.

No es casualidad que ella esté llevando la investigación.

Con el tiempo ella cobró fama mundial por ser excelente en su trabajo. Inmediatamente la reconoció y quiso acercarse a ella pero no sabia como y tenía miedo que ella lo hubiera olvidado. Los diarios hablaban siempre de su tenacidad pero nunca había fotos, pero la descripción física era sin dudas la de su amiga.

Cuando su padre murió y dejó esa carta su sorpresa fue inmensa, tiene un hermano,

 que ni su propia madre sabe a dónde está. Pero lo que más le sorprende es saber que si no están los tres para la lectura del testamento le dejara todo al orfanato donde se crío Abril.

Su madre no le dice nada, está absorta en sus pensamientos y en depresión hace unos años. La muerte de su padre solo sirvió para agravarla. Ya no sabe cómo sacar el tema sin que llore a mares o se desmaye de la impresión.

Necesita encontrar a su hermano lo antes posible y no confiaría algo tan personal a cualquier abogado. Por eso decidió contactar a Abril. Si sigue con los valores como cuando era niña sabe que es fiel, sincera, discreta y pondrá todo su empeño en su trabajo. Solo espera que aún lo recuerde. Aunque cuando hablan por teléfono ella parece no saber quién es y eso le preocupa y lo entristece. En unos días la tendrá frente a frente y tiene planeado entregarle la foto que atesoro por años.

Llama a su secretaria y la cita quedó para el viernes a última hora. Perfecto quizás podrían salir a tomar algo y ponerse al día.

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