Capítulo 17

Sabrina llegó a la casa de Ieda, tomó aire profundamente y entró al salón con el corazón latiendo fuertemente y los ojos llenos de lágrimas. Soraia, Ieda y Camila estaban sentadas en el sofá y notaron su expresión de preocupación acercándose a ella inmediatamente.

- Querida\, ¿qué te ha sucedido? Pareces perturbada\, hemos intentado comunicarnos contigo toda la tarde - expresó Soraia.

- Chicas\, no van a creer lo que me pasó hoy. Recibí una llamada de la maestra de Mavie diciendo que se sentía mal\, corrí al colegio y al llegar había una ambulancia que llevó a Mavie al hospital\, después de sufrir una severa crisis respiratoria. El doctor explicó que sus problemas respiratorios han empeorado y que necesita una operación... en realidad un trasplante de pulmón - contó Sabrina con voz temblorosa.

- Dios mío\, Sabrina\, esto es grave. ¿Qué vamos a hacer? - inquirió Camila\, preocupada.

- No lo sé\, Camila. La situación es complicada. El médico explicó que el trasplante es la única esperanza para Mavi\, pero es una cirugía muy costosa. Don Mauricio se ha ofrecido a pagar todo... pero con una condición - dijo Sabrina\, dudando si debía compartirlo pero necesitando desahogarse con las únicas personas en las que confiaba.

- ¿Don Mauricio? ¿Pero cómo se involucró él en esto? - preguntó Camila\, alarmada.

- ¿Es él el dueño del Resort? - Soraia quiso asegurarse\, recordando haber escuchado ese nombre.

- Sí\, él mismo. Me encontraba en la parada de autobús esperando cuando él me ofreció llevarme a la escuela y se quedó en el hospital de la familia Menecucci\, fue sumamente atento - explicó Sabrina.

- ¿Cuál es la condición? ¿Qué quiere a cambio? - Ieda preguntó frunciendo el ceño.

- Me propuso matrimonio\, Ieda. Me dijo que pagaría la cirugía si me casaba con él - Sabrina dijo mirando hacia el suelo.

- ¿Casarse? Hija\, pero tú ni siquiera conoces a este hombre - expresó Soraia\, sorprendida.

- No puedes ni considerar esa opción\, Sabrina\, ¿cuánto cuesta la operación? - preguntó Camila\, asustada.

- Son $500\,000 (quinientos mil dólares)\, el procedimiento debe realizarse en Estados Unidos y no sé qué hacer. La vida de Mavie depende de esa operación y no tengo de dónde sacar tanto dinero; no tenemos mucho tiempo - Sabrina dijo\, sentándose en el sofá con desesperación en su voz.

- Independientemente del dinero\, no puedes aceptar Sabrina\, no conoces a ese hombre\, ¿quién se cree que es para ofrecerte dinero de esa manera? Usando a Mavie porque estás en un momento de vulnerabilidad - expresó Ieda\, alterada.

- Ieda tiene razón\, no puedes aceptar Sabrina\, yo tengo la mitad de esa cantidad y podré conseguir el resto en un mes - dijo Camila\, preocupada.

- El problema es que no tengo ese plazo\, Camila. Mavie está grave\, intubada\, respirando solo por aparatos en la U.T.I. No tengo otra alternativa\, sé que ustedes me ocultan algo\, así que es el momento de decirlo - Sabrina dijo mientras secaba sus lágrimas.

Ieda y Camila se miraron como si se comunicaran y tomaron aire.

- ¿Qué es lo que ocultan? Sabrina tiene razón\, es hora de hablar - dijo Soraia levantándose.

- Sabrina\, no hay una manera sencilla de comunicar esto\, así que seré directa. Don Mauricio\, a parte de ser un multimillonario\, es líder de Cosa Nostra\, la mafia siciliana - Camila lanzó las palabras.

- ¿Qué? - Sabrina preguntó incrédula.

- Ieda\, ¿es cierto eso? - Soraia cuestionó.

- Lamentablemente sí\, por eso le llaman Don\, él es un mafioso despiadado - confirmó Ieda.

- ¿Y cómo permitiste que mi hija trabajara allí? - exclamó Soraia.

- Yo intenté advertirle que no fuera\, Soraia - gritó Ieda en respuesta.

- Yo... No puedo creerlo. ¿Cómo fui tan ingenua? - Sabrina manifestó con lágrimas en los ojos.

Sabrina se quedó pensativa en ese momento, relacionando todos los hechos; cómo Don Mauricio era tratado con respeto, su porte, los tatuajes con frases y diseños significativos, los guardias armados que le rodeaban a él y al resort, los envíos que llegaban casi a diario que no podían ser todos de comida, las áreas restringidas a las que ni Sabrina ni ningún otro empleado podían acceder, todo empezaba a tener sentido.

- Voy a encender un porro - dijo Camila\, sintiendo la tensión ambiental\, sacando el porro de su bolsillo y encendiéndolo en el salón.

- Yo también quiero\, Camila - dijo Ieda acercándose a ella.

- Sabrina\, hija\, intenta calmarte\, encontraremos una manera - comentó Soraia sentándose al lado de su hija y tomando su mano.

- Pero\, ¿cómo mamá? - Sabrina lloró copiosamente en ese momento\, pensando que no podría salvar la vida de su hija sin ponerla en riesgo.

- Encontraremos la forma\, hija - Soraia dijo\, abrazando a su hija con afecto.

- La mitad del dinero lo tengo\, es todo tuyo\, Sabrina - dijo Camila.

- Camila\, ese dinero lo estabas ahorrando para mudarte a Estados Unidos\, no puedo aceptarlo - Sabrina expresó pensativa.

- Puedo ahorrar de nuevo\, no hay problema\, pero encontraremos una solución - dijo Camila\, fumando y pasándolo a Ieda.

- No puedo hipotecar esta casa y pedir un préstamo porque tomé una cantidad el año pasado para remodelar la fábrica\, pero tengo algunas joyas que puedo vender - comentó Ieda tomando el porro y fumando cerca de la ventana.

- No estás sola\, hija\, no te dejaré cometer el mayor error de tu vida - afirmó Soraia\, abrazando a Sabrina con cariño.

- Gracias\, chicas\, significa mucho para mí y para Mavi\, voy a subir a tomar un baño - Sabrina dijo\, desanimada.

- Ve\, querida\, prepararé algo para que comas - dijo Soraia\, aún preocupada.

- Descansa un poco\, Sabrina - indicó Ieda\, aún fumando.

Sabrina asintió y subió al cuarto que compartía con Mavi. Al ver algunos juguetes de su hija, su corazón se encogió aún más. Tomó su toalla y fue directamente a ducharse.

Sabrina cerró la puerta del baño y dejó que el agua caliente de la ducha cayera sobre su cuerpo, intentando relajarse y aclarar sus pensamientos. Mientras el agua se deslizaba por su cuerpo, reflexionaba sobre todo lo que había sucedido en los últimos días.

Por un lado, sentía una atracción inexplicable por Dom Mauricio. Él siempre la había tratado con respeto y amabilidad, y su apoyo en el hospital fue reconfortante. Pero había otra parte de ella llena de miedos y traumas del pasado. El abuso que había sufrido dejó cicatrices profundas en su alma, y la simple idea de ser abusada de nuevo por otro hombre la aterraba.

Aun así, Sabrina sabía que debía anteponer los intereses de Mavi. Su hija luchaba por su vida y ella haría lo que fuera necesario para garantizar que la operación se realizara y que Mavi tuviera una segunda oportunidad. La idea de aceptar la propuesta de matrimonio de Dom Mauricio le parecía aterradora, pero al mismo tiempo, no podía negar que la ayuda económica que ofrecía era esencial.

Mientras el agua caliente aliviaba sus pensamientos, Sabrina se prometió a sí misma que tomaría una decisión con cautela. No permitiría que el miedo la dominara, pero tampoco se expondría a riesgos innecesarios. Su prioridad era la seguridad y el bienestar de Mavi, y haría todo lo posible por protegerla.

Después de la ducha, Sabrina se envolvió en una toalla suave y salió del baño. Sabía que había mucho en lo que reflexionar y que necesitaba hablar con su madre e Ieda sobre las opciones disponibles. No tomaría una decisión apresurada, pero tampoco dejaría que el tiempo pasara sin actuar.

Dedicada a hallar una solución que garantizara la salud de Mavi sin comprometer su propia seguridad y tranquilidad, Sabrina se secó el pelo, se vistió y bajó a cenar con las chicas.

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Helena Ramirez Vargas

Helena Ramirez Vargas

Hay Sabrina todo lo que haces es por tu hija

2024-01-30

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