Capítulo 6

Ya hoy es sábado, ya casi todo esta terminado para sorprender a James, sólo deseo que sienta que me esfuerzo por demostrarle mi amor.

Llamada*

—¿Pradera? ¡Feliz aniversario! ¿Cómo amaneces? —me dice de forma efusiva.

—Cielo, estaba a punto de llamarte, pero creo que está vez te adelantaste para ganarme — le digo un poco molesta — ¡Feliz aniversario! ¿Sabes? Te Amo.

—Sí, esta vez quise sorprenderte. ¿Sabes? Ya lo sabía, lo he sabido siempre, sé que no puedes contenerte a este bombo. — y estallo en risa, por sus ocurrencias.

—Sí, claro... Mmm sigue creyéndote esos cuentos fantasiosos creados por tu mente.

—Cariño tendremos todo el día para discutir. Vamos hoy a disfrutar nuestro día, nos vemos a las 10:00 am

—Finaliza la discusión de quien amas más a quien, aunque yo lo amo mucho más.

—Bien, nos vemos. — terminó la llamada, miró mi celular como una boba.

Fin de la llamada*

Me preparo para salir, sin saber que haremos hoy.

Solo sé que en la noche cerraré con broche de Oro con la sorpresa de James.

Comienzo a aplicarme un maquillaje sencillo, sólo para realzar mis facciones.

Llevo puesto un vestido veraniego de flores silvestres, con unas sandalias de unas rosas rojas.

Me miró  al espejo emocionada por estos días, las clases han ido de maravillas, me va muy bien en el trabajo, y con James todo va en popa.

Escuchó sonar el timbre de la puerta, y creo saber quién es.

Bajo y le abro la puerta a un muy elegante James con una preciosa sonrisa, su mirada se desliza por todo mi cuerpo, al ver que no pierde la sonrisa se que voy bien vestida.

—Wuaoooo, Pradera estas... estas... Me quedo sin palabras. —me dice intentando ordenar su mente y sólo me da un cálido beso.

Sonrió ante su letargo.

—Tu estas muy guapo, creo que hice una excelente elección al elegirte como mi Novio. —dramátizo un poco solo para hacerlo sonreír.

No pierde la sonrisa mientras caminamos al auto, éste muy caballerosamente abre la puerta de su audini.

Miro hacia la  ventana, ya un poco exagerada del trayecto.  Volteó mi mirada hacia la de el y preguntó.

¿Cuánto falta? — Este sigue absorto en sus pensamientos, que pienso que no me escucho—¿James? —  voltea verme y centra su atención en mí — ¿a dónde vamos? Llevas mucho tiempo manejando sin hablar y no llegamos a ningún lado.

Quita su mirada de mí y sigue manejando, pienso que no va a decir nada —Lo siento, Pradera —lo dice muy triste, tal vez sea por que no pudo comprarme nada.

—No tienes por que disculparte —le digo poniendo mi mano en su pierna. — si no tienes nada pensado sobre lo de hoy...

— no es eso, ¿sí?.... —inhala cansadamente y suelta — todo se esta complicando con mis padres, al parecer mi padre tuvo una relación fuera del matrimonio, nos enteramos esta mañana cuando una mujer vino a nuestra casa, después que hable contigo, baje y la vi en la sala, hablaba muy segura, mamá sólo... Podía ver su expresión estaba... desolada. No quería salir y dejarla sola pero ella tendría que enfrentar a papá, ella no quería que me involucrará en esto. —termina de decir esto y me rompe el corazón.

—James... Yo... No sé... Que decir..., no soy buena en esto. Solo te puedo decir que estoy para ti, siempre Cariño. —lo consuelo sus ojos me dicen que lo sabe.

—Lo sé Pradera, cuando veo tus ojos me pierdo en el bosque, allí puedo huir libremente, no tengo miedo a ser yo mismo, con mis errores, defectos, aflicciones, allí... Soy sólo un pequeño niño, vulnerable y solitario. —agrando mis ojos, tan sólo escuchar sus palabras me tranquiliza saber que soy especial para él.

—Me alegra saber eso, tu... eres para mi ese hermoso cielo, uno que me da esperanzas, que me dice que aun tengo vida, que puedo esperar ver algo más allá de mis ojos, eres ese inmenso mar, que me hace pensar, puedo mirar las olas y ver como calma mis pensamientos. Cuando me sumerjo en el agua, siento el silencio vibrar en cada célula de mi cuerpo. James... Mirarte es perderme de mi misma, tu calmas el torbellino de mi mente, en tu mirada veo sinceridad... —mientras lo digo una silenciosa lágrima escapa de mis mejillas.

—No llores "Pradera" no oscurescas el bosque por donde camino, Te Amo. —Lo dice con tanta ternura, que sólo provoca refugiarme en él y no querer huir jamás.

— Bien, llegamos. —Detiene el auto y toma mi mano para besarla.

Cuando miro el lugar siento perderme en él, es un inmenso zoológico, todo absolutamente todo es maravilloso.

—No.. Tengo... Palabras — James se ríe al salir del auto y me toma de la mano.

—¿Te gusta? No tenia muchas ideas la verdad — lo miro y me percato que miente — a veces olvido que me conoces también, la verdad es que tenia dos opciones dependiendo de como te vistieras, como llevas puesto el vestido veraniego, vi mejor este lugar para ti, claro si no te gusta...

—No, no me gusta ¡me encanta! es maravilloso pasar tiempo así, sin tener que guardar las postura, la elegancia, el estilo... No, es mejor ser quienes somos, ser libres. — Sonrió y agitó mis manos en emoción, mientras la sonrisa de él se ensancha.

—Bien, mi dulce poeta, vayamos a explorarlo todo. — toma mi mano y empezamos el recorrido.

Caminamos y caminamos, viendo cada animal, cada especie, sin olvidar tomar fotos de todos los ángulos y de todas las formas.

Es divertido estar así con él, al menos se olvida por un momento de lo que esta ocurriendo en su casa.

Luego de comer en un pequeño local que esta dentro del zoológico, nos vamos a casa, pero no sin antes llamar a las chicas para lo de la sorpresa.

—¿Clara? Amiga ¿Cómo estas? ¿Cómo van? — preguntó de una vez emocionada.

—Amiga, nunca vinieron los decoradores, estuve todo el día intentando localizarlos, hasta llame a otros pero nada, el horno explotó y Karla no pudo terminar la comida y el lugar... Ni se diga, lo siento misión fallida. — siento que el mundo se me cae encima por un instante, recuerdo lo dramática que soy y pienso " no es tan grave ",¡ calma, calma!

—Bien, —es todo lo que digo y les cuelgo.

Me acerco a James intentando disimular el nudo en mi garganta.

—¿Pasa algo? ¿Qué ocurre? —intentado, porque para mentir soy pésima .

—No, no pasa nada, sólo es que tenía una sorpresa, una muy grande pero todo se vino a bajo —intengo contener las lágrimas, pero mi voz se quiebra, es tonto pero de verdad quería sorprenderlo, no que esto me sorprendiera a mí.

Se ríe, no muy fuerte, pero lo suficiente para enojarme —¿De qué te ríes? — le digo enojada, mientras el limpia mis mejillas.

—Stella, solo es un aniversario, nada de esto cambiará si no hay regalos, o sorpresas, mi mayor obsequio es estar contigo, a pesar de que se caiga el Mundo. Tu eres mi regalo.

Sus palabras confortan mi corazón, y por eso sé que mil veces lo elegiría a él, porque a su lado he construido un mundo muy bonito el cuál no desearía nunca que se desbaratara.

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