Capítulo 5

Cinco meses después

Mañana es nuestro aniversario número #3.

Con el tiempo la vida se ha encargado de unirnos más y ahora somos ese roble que la brisa, las tormentas, los huracanes sacuden pero se mantiene firme.

Este es nuestro último año de secundaria, la verdad estoy muy nerviosa no queremos separarnos, no me gustaría alejarme de él.

Pero tenemos que elegir que estudiar y tal vez ese sea el detonante para distanciarnos un poco.

Hicimos una promesa, que no nos íbamos a decir que elegiríamos hasta nuestra graduación, así que ninguno sabe que carrera escogerá el otro.

—Clara, necesito que me ayudes con la decoración del lugar —le digo a mi querida amiga, después de James ella apareció y se volvió mi inseparable.

En estos meses necesitaba a una amiga, después de todo nunca había tenido una, aunque Clara es popular ella se ha podido involucrar con otras personas que no pertenecen a su círculo social e incluida estoy yo.

Ella es una chica única, carismática, es pelirroja, de tez blanca, delgada, con curvas, una barbie diría Angel.

Sin embargo ella rompe con los estereotipos de una chica perfecta pero con mente hueca.

—Esta bien, la tendré lista para el sábados.— afirma la Pelirroja anotando en su celular.

—Excelente por eso te adoro — le doy un fuerte abrazo, feliz por haber encontrado una persona excecional.

—Karla, tu me ayudaras con la comida y el regalo — y la morena  trabaja conmigo en un local de comida de uno de mis tíos, y se volvió parte de mi mundo, nos conocimos hace dos meses, cuando empezó a trabajar en la cafetería.

Mis dos amigas son chicas únicas, sé que a pesar del poco tiempo que las conozco, son buenas y con un corazón impresionante.

Este año sí que lograré impresionar a James, el me ha dado tanto que siento que lo que yo le he dado ha sido tan poquito delante de sus mimos y sus regalos extravagantes. Quiero sorprenderlo este año.

—Súper! Eso es lo mío. Bien, si no me necesitas tengo que seguir trabajando —lo dice y eso me recuerda que estoy en el local de mi tío.

Debo de irme, Max me espera -menciona su nombre y eso me retuerce el estómago, no entiendo que le ve, el no es la mejor persona para ella, aunque es uno de los chicos más populares y destacados de toda la institución es el más cruel y mujeriego que he podido conocer.

—Esta bien, nos vemos mañana en clases —  nos despedimos y sigo limpiando mesas.

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—Oh vaya ¿dónde estará mi linda chica? — lo dice entrando un presumido ojos azules.

—Bien, no lo sé, si me pudiera dar sus características, la buscaría con gusto

— le digo con una sonrisa bailando en mis labios.

—Bien... ella es trigueña como le dirían en su país, por cierto es una hermosa Venezolana, es pelirroja, ojos color pradera verde, es alta, acuerpada... -pronuncia cada característica mientras se acerca más a mí, con una preciosa sonrisa de ensueño - tiene curvas, es una chica genio y es la primera en clases después le sigo yo, ¿enserio no la has visto?, aunque claro ella no encaja en este lugar.

—No, creo que no la ha visto — lo miro sonroja, aguantando las ganas de reír.

—¿En serio? por que la tengo justo enfrente de mis ojos- me mira y me da un cálido beso.

—¿Qué harás en la noche? — entrelaza mi mano y me lleva hacia una mesa que queda en el fondo, miró fuera de la ventana y veo gente pasar.

Centro mi mirada de nuevo a él, nos quedamos unos segundos en silencio, donde solamente se puede escuchar la música y un pequeño bullicio en el exterior de carros y personas caminando frente al ventanal.

—Lo de siempre, dormir - me encojo de hombros —creo que eso lo hace toda la gente que es normal.

Hace mucho tiempo he dejado de salir a fiesta o algo por el estilo, decidí ayudar en casa un poco, me angustia no poder ser útil, sé que pronto vendrán muchos gastos de la universidad y necesito tener ahorros para ello, aunque sé que pars James el dinero nunca será un problema.

—Si, bien ambos sabemos que no soy normal, esta noche iremos a una fiesta —se relaja en su asiento, dando a entender que no esperará un no de mi parte.

—Sabes que tengo que trabajar hasta tarde y mañana tengo clases —

aunque sé de antemano que no aceptará mi excusa para no salir.

—Sí, igual yo, pero no hemos pasado tiempo juntos, además te llevó temprano, ¿si? —pone morros, esperando así ganar, me lo pienso y sé que tiene razón.

—Esta bien -le digo a regañadientas.

—¡Soy el hombre más Feliz!- me río, a veces sale su parte odiosa, ridícula, seria o presumida. Pero nunca sabes que esperarte de él.

—Bien bella dama, te recojo a las 7:30 pm ¿te parece? —me pregunta pero no deja, que le responda, ya que se levanta para irse — Nos vemos " Mi pradera " — si ése es mi apodo y el de él es "Mi Cielo" o a veces le digo "Mi Mar" aunque no suene muy cool que digamos, lo hacemos así por nuestros colores de ojos, uno encuentra la calma en el otro como fuente de refugió.

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