Enrique.
Y así emprendimos este viaje, el cual cambiaría mi vida por completo y eso era lo que menos imaginaba.
Durante las primeras horas converse con Elena sobre su familia en la Ciudad X, y ella comentaba lo feliz que habían sido sus vacaciones con ellos, toda su familia venía regularmente, hasta que su abuela materna falleció, ya nada fue igual, ocurre que de pronto, se cierra la casa de los abuelos y ya no hay nada que nos una. Dijo con tristeza, cada hijo tiene su hogar, sus familias, sus prioridades y reunirse no es importante.
Sentí una tristeza por ella, y también por mí, levante la mirada al espejo y pude ver el rostro tranquilo de Daniela con sus ojos cerrados, no sé si dormía, pero sentí una ternura muy dentro de mí y quise estirar mi mano y tocar sus mejillas, de pronto abrió sus ojos y me miró, sonreí y continúe manejando, encendí la radio y coloque una memoria USB con música, mi favorita, necesitaba, relajarme, pensar y el camino era largo.
Elena calló, estaba melancólica, y bueno continué por varias horas, escuchando la música, de vez en cuando Elena cantaba una canción conocida.
Sentí hambre y cansancio y decidí hacer una parada en la próxima estación de servicio, mire mi reloj y eran 11:55 am, todos estábamos en silencio creo que era un viaje aburrido, ni siquiera podía hablar en voz alta como a veces lo hago, que locura, bien voy llegando así lo indica un aviso en la vía" próxima estación de servicio" 200 mts. Disminuyo la velocidad, me desvío y observo el sitio, decido primero equipar combustible y luego que pasemos al restaurante para almorzar.
Apago el motor y solicito el servicio, me limpian el parabrisas de la camioneta y pago.
Ya están alerta mis acompañantes, es en ese momento cuando soy consciente que tanto Daniela como Joshua tenía puesto unos audífonos de esos pequeñitos inalámbricos, me bajo y digo:
-Parada. Ella abre la puerta y dice:
- que bien, porque debo ir al baño y el niño también. Respondo.
-si tenían ganas de ir porque no me avisaron. Hubiese hecho una parada antes.
-respondió encogiéndose de hombros y caminó delante de mí.
Ya Elena está lista y vamos hasta el restaurante privado, lo conozco porque en otras oportunidades he parado aquí, pero Daniela sigue caminando hasta otro extremo, no puedo distinguir que dirección lleva, hasta que leo un letrero que dice: "Baños", le explico a Elena que los busque, donde vamos a comer hay baños más limpios, sigo caminando hasta el restaurante y observo que no hay mucha gente y decido ir primero al baño, no sin antes decirle al mesero que necesito una mesa para cuatro.
Me dirijo hasta el baño, estoy saliendo cuando escucho la voz de Joshua
-Mami ayúdame me estoy orinando.
- espera. Escucho que dice.
Yo llego primero y digo:
- yo lo ayudo, tomo la tablet que lleva en una mano y el morral en otra y lo guío al baño de caballeros, mientras Daniela nos observa, rápido entramos al baño y el niño corre al sanitario y le pregunto:
-¿no necesitas más ayuda?
- No, es que tenía las manos ocupadas, dice. -¿por qué bajaste el morral? Quiero saber.
- ahí tengo mi almuerzo. y veo que viene saliendo arreglando su pantalón. Se lava las manitas y dice listo.
Salimos de los baños y nos dirigimos hasta el restaurante donde ya están ellas dos esperando, le hago seña al mesero y nos indica con una mano hacia la mesa, viene a tomar la orden y yo digo que tal si comemos pollo asado para todos.
Daniela que está sentada a mi lado, toma mi brazo, se acerca y dice tenemos nuestro almuerzo en el morral en voz muy bajita, la veo y le sonrío.
- Te estoy invitando. Digo y guiño el ojo, y continuó 4 raciones de Pollo asado, ensalada cocida, papá fritas, yuca con mucha salsa y guasacaca, un refresco grande con cuatro vasos con hielo y dice Elena para mí una ensalada cruda mejor.
- Ok, cambia el servicio de la señora.
-el mesero asiente y se marcha.
- Ahora explíqueme como es que tienen el almuerzo en el morral. Pregunto.
- dice Elena siempre que viajamos llevamos nuestras comidas, es muy costoso comer así en estos restaurantes de carretera y más en los que están por fuera.
Yo reí y dije:
-Elena, ahorita tienes más dinero que yo. Y la observé añadiendo -además son mis invitados y todos los gastos corren por mi cuenta.
Fuimos interrumpido por el mesero quien ya venía con nuestras órdenes para cuatro y comenzo a servir, colocó primero frente a Elena su servicio y luego al niño, siguió Daniela y por último a mí. Trajo yuca para todos y cuatro raciones de papas fritas, colocó los vasos con hielo y fue por el refresco y se despidió.
Elena bendijo los alimentos y comenzamos a comer, he podido notar que al comer siempre surge una atmósfera diferente, donde se habla con camaradería, bromeamos y sin estrés, esto me gusta.
Daniela esta muy pendiente de que el niño coma, sin que se manche, lo limpia con la servilleta, me encanta ese comportamiento de ella, piensa antes de su hijo. Y así transcurre el almuerzo, pedimos tres café y un helado para el niño. Al final hago seña al mesero para la cuenta y el la trae me levanto a pagar mientras que los demás vuelven al baño y poder marcharnos.
Voy a buscarlos y encuentro en el camino a Joshua y Elena que vienen platicando, les hago seña que voy al sanitario a lavarme las manos y tropiezo con Daniela que está a punto de caer al resbalar con un líquido en el piso, la sostengo y por una fracción de segundo la veo a los ojos, ya perdí la cordura, la besé, primero un beso rápido, como asustado, y ella se quedó inmóvil, sentí como temblaba en mis brazos, pero no me rechazó, me aparte un instante y pude ver su rostro sonrojado y sus ojos cerrados que los fue abriendo lentamente, no pude resistir la envolví más fuerte y esta vez fue un beso tierno, suave, delicado y al cual ella respondió ávida, todo se nubló por un instante, no existía nadie más, solo ella y yo en ese pasillo frente a los baños.
Sentí como sus manos se movían en mi pecho y nos faltó el aire, separe mi rostro y nos vimos por un instante esa mirada, verme en sus ojos reflejado, no supe que hacer solo la abrace fuerte y escondí mi rostro en su cuello, queria guardar este momento y aspirar ese olor a flores de su champú o perfume no lo sé, pero era perfecto, levante mi rostro y vi dos lágrimas que rodaron por sus mejillas, las limpie con mis labios y le sonreí, ella también lo hizo. Olvidé que iba al baño, agarré su mano y caminamos a la salida.
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Comments
Adoración del Carmen Martinez sonni
el primer beso ❤️
2024-07-28
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