Capítulo 15

"Mi nombre es Vi, disculpen soy una nueva empleada... por favor, pasen."

La súcubo que nos acompañaba nos indicó que entráramos por la puerta que abrió, la cual daba a una amplia habitación con sofás opulentos donde una mujer se acercó a nosotros, adornada con cuernos en la cabeza y vestida con un vestido negro que coincidía con su cabello de ese mismo color.

"He estado esperando por ti, Noir."

Sin vacilar, me abrazó fuertemente, hundiendo mi rostro en su pecho. Las chicas gritaron de sorpresa, mientras yo encontraba el momento bastante agradable.

"¿Qué demonios es esto?"

"Es normal que nos saludemos así, ¿hay algún problema?"

Las tres chicas se apartaron, posiblemente pensando que ese comportamiento era típico de una súcubo.

"Por favor, tomen asiento. Antes de explicar, me gustaría que Noir presente a estas tres hermosas señoritas primero."

Las presenté en el orden en el que estaban sentadas.

"Así que has construido tu propio harén. Cuando rechazaste mi oferta de dormir juntos, pensé que eras anormal. Me alegra tanto."

Ella estaba provocando deliberadamente una situación. Las tres chicas me lanzaron miradas más frías.

¿Por qué actúan así? No entiendo.

Aclaré mi garganta para cambiar la conversación.

"Entonces, Madame Liona, ¿qué te trae hasta aquí hoy? Agil me comentó que este lugar necesita ayuda."

"Más precisamente, soy yo quien necesita tu ayuda."

"¿Asistencia?"

Liona lucía grave mientras comenzaba a describir su problema, comenzando por las súcubos que fueron rechazadas en otras ciudades y que ella quería reubicar en este pueblo.

"Con la muerte del héroe Mikado, otras súcubos serán expulsadas. Es mejor si las traigo aquí antes de que eso suceda."

"Pero, ¿no se les permite a las súcubos vivir en cualquier ciudad?"

Intervine a favor de Liona.

"Inicialmente, de hecho estaban prohibidas. Pudieron vivir en las ciudades principalmente gracias al héroe Mikado. Una vez, cuando Mikado estaba gravemente herido, una súcubo lo ayudó. Para expresar su gratitud, Mikado concedió a las súcubos el derecho de vivir en cualquier ciudad, aunque en la clandestinidad."

"Ya veo, pero ¿por qué?"

"Obviamente, es competencia comercial. Los burdeles a menudo sufren pérdidas cuando las súcubos se adueñan de su territorio."

"Esas cosas tienden a suceder."

Después de Nene, le llegó el turno a Tisa para preguntar.

"¿Por qué esta ciudad permite que las súcubos vivan aquí?"

"La respuesta es clara, porque Madame Liona fundó esta ciudad y también ayudó al héroe Mikado."

"Eso es solo un viejo cuento."

Nene y Tisa se llevaron las manos a la cabeza, mientras que Lifa inclinó la suya, curiosa.

"No me sorprende que no supiera quién era el dueño de las tierras desde que llegué aquí."

"Eso es sorprendente."

"Por eso, más que nadie, debo confiar todo a Noir. Todas las súcubos se han reunido en la ciudad de Altina... por favor, escoltéenlas aquí de manera segura. Por supuesto, puedes llevar a mi gente como apoyo si es necesario; son bastante hábiles en todo excepto en combate."

Era arriesgado pedirles a aventureros como nosotros un favor tan peligroso. Sin embargo, no podía traicionar las expectativas de alguien cuando habían depositado su confianza en mí.

"Entendido."

"Muchas gracias, solo estoy un poco preocupada de que algunos rivales comerciales contraten villanos para hacerles daño, o peor, tomarlas como rehenes para forzar el cierre permanente de nuestro negocio."

Esa razón profundizó mi determinación para ayudarla, no porque admirara su negocio, sino porque la situación me recordaba eventos similares que enfrenté en mi pasado.

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