Capítulo 20

Mi confianza se hizo pedazos en un instante.

Tisa ganó la bola de oro con un solo intento.

"Felicitaciones... con esto, nos llevamos el campeonato".

"Yuhu, mi suerte es realmente excelente".

Brevemente reflexioné si habías colaborado secretamente con Vira para atraparme y hacerme ir allí. Supongo que eso fue solo una sospecha infundada.

Regresamos al Distrito 4 para continuar con nuestro plan anterior, no era un problema para nosotros tener a muchos que proteger.

"Prefiero envenenar a todo el pueblo en vez de dejar que una persona no sobreviva", incluso Nene, una clériga, estuvo de acuerdo.

"Es por el bienestar general".

Él seguía diciendo eso, lo que me hacía sentir incómoda.

Esa noche me puse una máscara para moverme sigilosamente en la oscuridad fuera de la ciudad de Altina, gracias a Kaguya estaba bien informada sobre la gente que había alrededor.

"Detente, Noir".

Me detuve exactamente en una rama de un árbol.

Confundida, Kaguya explicó.

"Algo está mal, todos han estado inmóviles por un tiempo; es cierto que algunos encendieron hogueras, pero después de eso, parecía extraño".

Miré uno de los grupos y vi que era solo un muñeco, hecho para parecer humano lo más posible.

"Imposible".

Justo cuando noté un leve movimiento detrás de mí, una esfera de agua me golpeó, lanzándome hacia un árbol y empapándome por completo.

El perpetrador era un hombre con cabello azul y un solo pendiente en la oreja.

"Es verdad, has venido".

"¿Qué ha pasado?" Estaba realmente desconcertada mientras trataba de levantarme.

"Es una lástima que sepamos que planeas envenenar el pueblo, ¿realmente te enviaron las Súcubis?"

"¿Cómo lo sabes?" Dije, con dudas audibles.

Pensé que solo nosotros lo sabíamos, las Súcubis difícilmente filtrarían una información tan crítica.

"No necesito responder, debes saber que soy Miza, uno de los Cuatro Elementales que sirven a la Señora Lui, y te aniquilaré".

Hizo un gesto para crear un círculo mágico azul masivo.

"Magia de agua, dragón de agua".

A partir de ahí, una cabeza de dragón salió disparada, avanzando hacia mí antes de explotar junto con el área circundante, lanzándome a decenas de metros de distancia.

"Nadie vive después de un ataque así; este lugar ciertamente se convertirá en tu tumba eterna".

Después de que Miza se fue, salí de los escombros, herida, pero gracias a la espada de Kaguya, me mantuve firme, sintiendo dolor en todo mi cuerpo.

"Noir, ¿estás bien?"

"Sí".

"Me pregunto cómo descubrieron tu plan".

"Tengo una sospecha absurda".

"¿Cuál sería?"

Aunque dudé, finalmente se lo confié.

"Hay alguien que puede predecir el futuro, si no es su líder, entonces posiblemente uno de la raza Kisin".

"Ah, esa raza".

Kaguya, que había vivido más tiempo que yo, parecía recordarlos.

"Bueno, eso lo explicaría".

"Estoy un poco preocupada por los demás; volvamos rápidamente".

Descubrí que todos estaban bien; Lifa, Nene y Tisa habían sido descubiertas pero habían logrado escapar.

Esa era la buena noticia, y la mala noticia era que la ciudad ahora estaba encerrada en algún tipo de magia.

El rostro de Nene se puso pálido.

"Esto es malo, ¿quién iba a saber que podrían predecir el futuro? Solo es cuestión de tiempo antes de que nos encuentren, y si nos interrogan sobre trabajar con las Súcubis, masacrarán a todos sin piedad".

"Pero solo es un veneno para el dolor de estómago, ¿verdad?" argumentó Lifa, pero Nene respondió.

Podrían afirmar que el veneno era letal, peor aún, podrían acusarnos de colaborar con el Rey Demonio".

Tuve la suerte de tener a Nene, que podía comprender bien la situación.

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