capitulo 5: “divorcio"

Tras eso, Margareth va a la habitación de su hija, ella primero toca la puerta y se anuncia...

— ¿Madre?— susurró Giselle— adelante...

— querida hija... ¿Quieres acompañarme al pueblo?

— ¿Eh?... Por supuesto. Se que me comentaste que harías otra vez tú armario... Pero no pensé que fuese pronto.

— es que...— saca un sobre y dice con un sonrisa—... Encontré la chequera de tu padre.

_______________ pueblo Dorado.

Tanto como Giselle y su madre, caminaban por el boulevard de este pueblo donde en cada lado había un puesto de mercado, tanto como joyas, prendas u objetos de gran valor vendían estás personas. Margareth ya había comprado una gran cantidad de ropa en una tienda que le gustó, y que por supuesto también le compró a su hija Giselle, sin embargo, como era una gran compra, esos paquetes serán enviados a la mansión del barón Whitney muy pronto.

— ¿A dónde quieres ir, Giselle?... Por lo visto nunca hemos salido así que hay que disfrutar...

— oh, vamos a esa tienda de postre... He querido comer algo dulce desde hace tiempo.

Tal como lo pidió, ellas se fueron a una repostería, pidieron té y una pequeña tarta de fresa. Como dos buenas amigas comenzaron a hablar.

— Giselle... Después de todos estos años, quiero divorciarme de tu padre... No pelearé por nada, ni por la casa... Al final, tu te irás, no valdría la pena quedarme ahí si voy a vivir con esos dos... Además, esa es la propiedad de tu padre así que en cualquier momento me irá a echar... De cualquier caso, puedo ir a la casa de mi hermana, así que no tengo problema en irme.

— madre...— toma su mano en la mesa— ... No te preocupes, que no he pensado dejarte ahí y tampoco quiero que te vaya a otro lado por culpa de mi padre. Me casaré y lo más seguro es que me vaya con mi esposo al país vecino, así que vendrás conmigo también... Podrías rehacer tu vida allá.

— Giselle... ¿Como podría?... No me gustaría ser una carga para tu matrimonio.

— no lo serás. Yo no estaría tranquila si te dejo aquí. Prefiero que vayas conmigo y así me apoyaras con tu presencia.

— está bien... Pero por lo menos déjame pensar en cómo no ser un estorbo, tengo que hacer algo independiente por mí parte...

Giselle solo sonríe, oír que por lo menos su madre la acompañará será de gran apoyo, porque irse a otro lugar extraño sería algo difícil de afrontar. Aún así, Giselle está dispuesta a todo.

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Al regresar a casa, Margareth y Giselle había disfrutado de una agradable tarde. Pero no todo podía ser felicidad, pues al saber que el barón estaba esperando molesto por solo una razón, una sirvienta llama a la señora, ya que él la esperaba en su oficina.

— madre... Si quiere te puedo acompañar...

— oh, no, hija mía... Puedo con esto, no te preocupes por mí que se cómo resolverlo ¿Si?... Ve a descansar.

— está bien...— Giselle confía en que su madre podrá contra su padre, pues la seguridad y confianza que ha mostrado le ha dejado eso en claro, aún así estará pendiente.

Una vez Margareth llega a la oficina del barón, éste la recibe con un fuerte regaño.

— ¡¿Quien te dió permiso de gastar mi dinero de esta forma, Margareth?!— menciona las cajas de ropa, zapatos y de esa joyas que están en la sala.

— ¿Permiso?... No me hagas reír, yo también poseo el apellido Whitney, así que tengo derecho en gastar el dinero que nunca usé...

— ¡¿Sabes la cantidad de fortuna que gastaste en eso?!

— no, por seguí comprando...

— ¡Mírate, ese abrigo debió costar un dineral!... ¡Podría haber sido utilizado en una mejor manera...!

— ¿En qué?... ¿En tu amante?... No importa lo que le compres, ella es una simple imitación de baronesa, ni siquiera puede compararse conmigo... Si solo me has llamado para gritar sin sentido, me voy.

— ¡Margareth!...— está le da la espalda al barón, y sin embargo, él le dice—... Quiero el divorcio... Ya lo decidí, tan pronto que se case Giselle tu y yo nos vamos a divorciar.

“se que se molestará, que llorará y suplicara que no la dejé. Una mujer divorciada es peor, nadie la va a querer y siempre será criticada por la sociedad... Pero no, no pienso darte una oportunidad... Sé que te haces la difícil y por eso muestras una cara segura y una actitud gallarda... Así que solo es cuestión de tiempo que muestre tu rostro de pena"

Margareth se voltea y sentía una indignación por algo. Así que le dice.

— ¿Por qué debemos esperar hasta que Giselle se casé?... ¡Tengamos el divorcio de una vez!

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