capitulo 10: “protector"

Con ello, el divorcio ya está confirmado y hasta sellado por el mismo rey. Lo que causa que Margareth haga una reverencia a su majestad y se vaya del templo.

Enrique no evitaba poner su rostro de enfado, es cuando el rey le comenta lo sigue.

— de verdad tenía mucha estima por usted. No pensé que cometía ese adulterio en su propia casa. Creo que esto podría afectarle el título.

— ¿Que?... Su majestad, no he hecho nada malo. No soy el primer hombre infiel en el reino.

— si, pero intento ocultarmelo, si hubiera dicho algo antes, los daños no hubiesen sido tan profundo. Mira, aunque el templo este vacío hay personas que escucharon la declaración de su ex-esposa. Imagínese si se llega a enterar de que el rey subió de cargo a un hombre adúltero a un buen puesto. Tal vez, ese título de duque este bajando, de todas formas, es un trato darle un rango, no importa si no es de duque... Puede ser vizconde o hasta conde...

— no, su majestad, no me haga eso-...— el rey de igual manera se va, tenía muchas cosas que hacer, y discutir con el barón solo le iba a quitar el tiempo.

Este templo está conectado con el palacio real, así que para salir debe tomar una pequeña ruta. En un pasillo, Margareth caminaba con total tranquilidad, o mejor dicho estaba feliz, pues no sabía que el rey era alguien que consideraba el adulterio como una gran ofensa, pero ahí está, él hasta le dió la mansión del barón con más de la mitad de los bienes, fue de una gran ayuda.

— ¡¡¡MARGARETH!!!.

Gritó aquél hombre que no estaba satisfecho con su divorcio. Éste le tomó la muñeca y con gran molestia soltó su frustración.

— ¡¿Como pudiste?!... ¡¿Que caso tenía haberle dicho eso al rey?!

— vaya, vaya... Al parecer a alguien se le olvidó la humillación que me ha causado durante estos años... ¿Que crees?... ¿Que me iba a quedar como una idiota sin hacer nada?...— saca una risa—... Pero solo espero que el título de duque no se te haya dado, usar a mi hija para tu beneficio no te lo iba a dejar pasar...

— insolente...— apreta más su muñeca, causándole dolor a la dama.

Aunque Enrique no fuera tan fuerte, era lo suficiente como lastimar a Margareth, quién después de su recuperación de su enfermedad ha quedado un poco débil del cuerpo, de lo contrario, ya le hubiera dando un golpe en cualquier parte.

— suéltame...— apunto de darle una patada entre la entrepierna, un hombre con la voz ronca habla detrás de Enrique.

— no estoy acostumbrado a meterme en los problemas de los demás, pero no lo pude evitar al ver como trata a una mujer de esa manera...

— ¿Ah?... — Enrique habla antes de voltearse— Entonces váyase antes de que se metas conmig-...— miró con las palabras entrecortadas, al ver aquel hombre que era más alto que él.

— ya veo, es un hombre estúpido...

— ¿Que?-...— de imprevisto, Leonard toma al barón de la ropa y lo jala, no uso mayor parte de su fuerza, pero aún así, el barón rodó en el suelo gran distancia hasta chocar con la pared...— ARGH...

Leonard no le presta atención y se va donde Margareth, quién aún seguía asombrada por él.

“pero que fuerza. ¿Quién es él?... Su vestimenta no es como la de este reino, ademas, esas cicatrices... Son hechas de batallas, debe ser un guerrero..."

— ¿Señorita, está bien?

— ¿Eh?... Yo...— “me llamó señorita"— si, gracias...

Margareth tomo la mano de Leonard, ella debía alzar la mirada, pues el hombre era el doble de su tamaño.

— ¿Quiere que llame a los guardias para que lo encierren por su falta de respeto?

— se lo agradezco, pero no hará falta, él es alguien sin importancia... Disculpe, ¿Como es su nombre?— desvía el tema de Enrique de una vez.

— Leonard de Aram... Me gustaría llevar a ese hombre ante el rey por su falta, pero si aquí la señorita me ha dicho que no es necesario, así será.

Margareth solo ríe, llamarla señorita la hace sentir más joven.

— Lord Leonard. Le agradezco por la ayuda, ahora me estoy recuperando de una enfermedad y mi cuerpo no tenía tanta fuerza como para defenderme.

— ¿Podría saber su nombre?

— Margareth de Rosette...— ahora usa su apellido de soltera—... Ahora mismo iré a tomar un carruaje.

— ya veo... Lady Rosette, me gustaría acompañarla, no vaya hacer que ese hombre se atreva a hacerle algo parecido...

Con una risita, ella dice.

— vaya, vaya... Será como mi guardaespaldas entonces, Lord Leonard. Espero no quitarle el tiempo.

— para nada, ese es mi trabajo...— ambos le dieron la espalda a Enrique, que apenas se levantaba.

— ¿Quién...? Argh... ¡¿Quién te crees tú?!— dijo él, adolorido...

Leonard solo lo ignora, pues estaba perdiendo hablando con Margareth a su lado. El barón maldice, quedó humillado y posiblemente quedé sin su título de duque.

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Giselle había venido aparte que sus padres, ella ahora mismo se encontraba en el palacio real. Como le prometió al príncipe venir, ella no pensaba dejarlo plantado, y ahora que está más decidida en ir por él.

Como se anunció que la señorita Whitney había llegado al palacio, llegó a oídos de Isaac, así que de inmediato va a recibirla.

— Giselle... Me alegra mucho verte de nuevo.

— supongo que no fuí una mala compañía ayer...— sonrió ella.

Isaac tomó la mano de aquella doncella y la besó. Giselle se sorprendió, no esperó este dulce gesto, pero no evitaba verlo, ya que se sentía bien.

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