capitulo 14: “celebración"

Luego de los aplausos, inesperadamente Isaac dice seguido de una acción que deja asombrada a Giselle.

— permítame— la carga como toda una princesa, o mejor dicho ya es una.

— I-Isaac...

— el esposo tiene como deber cargar a su recién esposa. Déjame complacerte.

Giselle se aferra y con una sonrisa veía al público, todo lo que la original Giselle perdió por cobarde, un buen hombre, caballeroso y sobretodo un dios griego dispuesto a complacerla si lo pide, pero ésta, no piensa perderlo, porque sabe lo que vale y su dulce corazón solo será de ella.

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El rato trascurre, los invitados pasan al salón de banquetes donde se lleva la celebración de los recién casados. Aún el vals no ha iniciado puesto a que todos estaban cómodamente charlando de la grata celebración de hoy.

Sin embargo, no faltaban los chismes, y ese era la madre y el padre de la novia. Una, porque el barón no se presentó para entregar a la novia y lo segundo, lo que iba a ser más el tema de la noche.

— has oído hablar que lady Margareth se divorció de su esposo...— susurró una dama cualquiera.

— por supuesto... Que deshonra. Una mujer de su edad divorciada, ¿Como hará ahora?... Ni un hombre se fijará en ella.

— el barón ya tiene una pareja, así que no se quedará solo, pero ella si. Que lastima, yo si fuera ella me sentiría mortificada por perder a un hombre que pronto tendrá un título de ascenso.

Estos chismes Sasha se encargo de extenderlo a favor del barón y para hacer quedar mal tanto a la novia como a Margareth.

Todas ella veía como lady Sasha pronto sería alguien importante de la sociedad, por supuesto que ella se encargó de verse bien ante los demás para que a si el rey reconsidere el título de duque que le prometió a Enrique. Ella sonríe al lado del barón como su pareja oficial y ya no como su amante.

Pero Margareth no se encontraba aquí, pues luego de la ceremonia en el templo se fue a cambiar el vestuario, por el que Giselle le ayudo en escoger.

Isaac, quién estaba al lado de Giselle, piensa que debería comenzar el baile para que así las personas dejen de comentar cosas negativas sobre su familia, pero antes de eso, el presentador da a conocer a una dama que llega un poco tarde.

— lady Rosette ha llegado.

Margareth entra con gran elegancia y sin importarle nada de los demás. Callando las bocas de lo que dijeron que se vería deplorable y acabada, al contrario, lucia más radiante que cualquier otra mujer de su edad. Margareth se acerca a su hija.

— oh madre, me preocupaba que no llegarás.

— no podría dejarte sola en una celebración tan importante. Además, tuve que retocarme un poco.

Sin más que comentar, la orquesta comienza. Isaac con una pequeña sonrisa le comenta a Margareth.

— con su permiso, le pediré a mi esposa que baile conmigo esta primera pieza.

— adelante, es su fiesta, disfrútenlo...— aclaró Margareth.

Como era de esperarse, el primer baile era liderado por la recién pareja. Giselle, tomada de la mano de Isaac, éste pone su mano en la cintura de ella apretándola contra su cuerpo.

— ¿Estas nerviosa?... Si es porque no sabes bailar yo podría guiarte...

— no, es algo más relacionado con...— lo mira fijamente y con un ligero brillo en sus ojos solamente dice—... ¿Te lo puedo decir luego de baile? Ahora lo quiero es disfrutar nuestro primer baile.

— por supuesto. Déjame abrazarte más.

Isaac se aferra a Giselle y ella pega su oído en el pecho de él, claramente podía escuchar el latir rápido del príncipe. Pero ambos llevan el baile con gran elegancia.

Mientras tanto, Margareth esperaba a alguien en algún lado tomando un poco de champán, pero desde lejos podía ver la sonrisa que tenía Sasha al ver lo sola que estaba. Margareth al igual saca una sonrisa, no se sentía derrotada, y al terminar su bebida alguien la invita a bailar. Éste hombre le habló por la espalda, causando un poco de escalofríos al sentir esa voz ronca. Ella se voltea y queda impresionada.

Era Leonard, quién también se había arreglado para estar en esta fiesta.

Margareth se sorprende, si antes le gustaba su apariencia de un guerrero formidable, ahora, luce como un gran caballero de la alta sociedad, pero no es de menos, ya que es un archiduque y mano derecha del príncipe pronto rey de Rember.

Ella no sabía cómo expresarse, ya que tan pronto que vio a Leonard la dejó un poco en blanco, pero el que se pone así es Leonard.

— yo... Quería preguntarle si no le molestaría bailar conmigo, la vi tan sola que no quería que alguien más la invitara.

— entiendo...— dijo ella, con una sonrisa—... Ya me tenías en la mira ¿No?

Leonard no es hombre que se apena fácilmente, pues ha pasado por diversas situaciones que hicieron sus emociones de acero, pero se apenó cuando escucho eso. Aún si ella le responde con una sonrisa.

— por supuesto. Me encantaría bailar contigo. Me has ayudado de muchas formas y no se cómo agradecerte...— ella le ofreció su mano y este no dudo en tomarla.

— no hace falta que me lo agradezca, es mi deber, pero más que todo, lo hice porque quise...— apretó ligeramente la mano de Margareth— y con respecto a que la tenía en la mira, sí...— afirmó él, con gran determinación— una mujer como usted merece lo mejor y aquí estoy presente para servirle.

— me siento muy afortunada por oír esas palabras, Lord Leonard, así que disfrutemos de este baile juntos...— asintió Leonard, para así ambos salir al medio del salón a bailar al ritmo de la orquesta.

Muchas personas se quedaban viendo a Leonard, sus cicatrices era muy resaltable, pero, lo contrario de repudiarlo, las mujeres lo veía como un valiente guerrero, y más por su gran tamaño.

— pero... Lady Margareth tienen a un acompañante muy importante, y no es nada menos que el general del príncipe.

— si, si, y también dice que es un archiduque de un gran territorio. Supongo que la suerte fue por ella, y ahora como está soltera debe de aprovecharlo. Además, es un hermoso vestido el cual usa.

Comentaron algunas mujeres que eran diferentes a la que estaban criticando desde un principio.

Era de esperarse que el barón se molestará ya que estaba cerca de esos comentarios positivos que tenían de su ex. Más que nada, Enrique se queda observándolo fijamente a ambos con enfado, esperaba que nadie tomara a Margareth, que se quedará sola por humillarlo, pero aquí está, siendo el centro de atención de una manera positiva al captar la atención del general del príncipe heredero y ni hablar lo hermosa que estaba, que eso le hizo sentir frustración a Sasha.

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