Celos

Los días pasaban normales en la academia, solo este día sería un poco diferente, el príncipe buscaba a Lucía, quería hablar con ella sobre un asunto que no podía solucionar solo, no sabía como pero tal vez ella podría ayudarlo, y la encontró saliendo del comedor,

-*Ella si supo hacer amigos, siempre está rodeada de ellos y ellos se expresan bien de ella, me alegro mucho*

-Hola, buenos días, príncipe.

-Lucía, puedo hablar contigo un momento

-Príncipe buenos días, si claro vamos a su despacho.

-No mejor al jardín, no podemos estar solos en una habitación.

-Ha si, está bien. *Pero ahora que les pasa a todos*

-Como sabrás la boda de nuestros hermanos es prácticamente en un año, ellos se casaran en cuanto Rafael salga de la Academia, en cuanto eso pase la presión por una boda ahora será para mí.

-Príncipe si me pidió hablar para que tratemos sobre el compromiso mi respuesta es...

-Me gusta alguien más, me gusta desde hace poco más de un año, pero no sé como decirlo.

-Heeeee, quien es?

-Ella es de 4 grado, tiene 14 años, la conocí cuando tropezamos en la biblioteca y por mi culpa se le cayeron todos sus libros así que yo la veía cada vez que me tocaba estudiar en la biblioteca, incluso iba cuando no tenía que ir.

-Es encerio? Oh vaya felicidades y ella qué dice.

-Ese es el problema creo que me está evadiendo.

-Pero ya le dijo lo que siente, debería darle un regalo, pero algo bonito, no de esas joyas tan pesadas que luego me manda en mi cumpleaños.

-Pero eso me dan en la joyería dicen que es la moda en estos tiempos, entonces no te han gustado mis regalos.

-De que estábamos hablando, no cambie el tema Príncipe, pero por qué me pregunta a mí, yo creo que lo primero es que hable con ella, dígale que su estatus no es importante, solo que ponga atención a sus clases de costura, mi madre como molesta con eso.

-Yo te pregunto por qué al tener una relación con Raúl pienso que podrás darme un consejo y la verdad no tengo a quien más preguntarle me da pena.

-Pero Raúl y yo únicamente somos amigos.

-Que? Lucía, tu trato con Raúl no es de amigos, él ya no te ve como amiga y evidentemente tú tampoco, se nota en su mirada, él hace mucho que dejo de verte como una niña, solamente mírate, si tienes espejo en tu cuarto, ya no somos niños, un día tú me dijiste que lo que yo sentía por ti no era amor, ahora lo entiendo por qué lo que siento por ella es diferente.

-Bueno si ya no soy una niña *bueno si, para esta época ya no, pero en mi otra vida todavía sería menor de edad*

Entonces si quiere un consejo yo la buscaría y lo hablaría con ella, primero tiene que saber si a ella le corresponde, es plebeya?

-No, es hija de un Marqués.

-Entonces no habrá problemas, dígale que solo le van a incluir como 20 materias más, pensando lo bien no le diga nada, que tal si la espanta y sale corriendo.

-En cuanto al regalo que dices podrás acompañarme al pueblo para ayudarme y también para encargar el regalo para mi hermana, con lo que me dices ahora entiendo por qué nunca la veo con las joyas que le doy

-Si yo lo acompaño

-Vamos te llevo a tu otra clase.

Lucía se pregunta, quién sera la chica, el príncipe se tenia que enamorar pero de una chica más joven solo que no me acuerdo como se llama, se enamora de ella por protegerla de mi, pero como cambio todo el también lo haría, ya la conoceré y veré quien es, espero que no le rompa el corazón al príncipe.

Lo que ninguno de los dos vieron fue a Raúl en el tercer piso, los vio como platicaba y en ese momento sintió un sentimiento que no podía controlar quiso bajar corriendo para separarla de él, hasta que su compañero de clase lo vio.

-Que tanto ves, que tienes los puños apretados,

acaso no es el príncipe, no estés celoso, ella únicamente tiene ojos para ti.

-Que has dicho

-Que no estés celoso, vamos se hace tarde.

-Si ya te alcanzo, *celoso, si estoy celoso no quería darme cuenta, siempre he sabido que entre ellos puede haber un compromiso pero ahora que los veo así, no quiero, no quiero perderla*

Acto seguido salió corriendo, al saber el horario de ella supo dónde encontrarla y la encontró justo caminado al taller de costura

-Hay que fastidio porque no puedo cancelar esa clase. No me salen los bordados y mis dedos están todos rojos, creo que voy a reprobar.

-Lucía ven.

Raúl la tomó del brazo y la jalo a un salón que estaba vacío.

-Que pasa, está todo bien, por qué venias corriendo.

-Por qué estabas con él.

-Con quien?

-Ahora que tu hermano se casará con la princesa, tú también has pensado en tener un compromiso, quieres ser la emperatriz, si quieres una corona yo también...

Ahora la que le tapaba la boca era ella, estaba molesta con las palabras de él, pero sabía a qué se refería

-Ya no digas más, o te vas a arrepentir de lo que me digas, Raúl si yo quisiera una corona sobre mi cabeza, la tendría con una sola palabra hacia el emperador, la tendría desde niña cuando se daría a conocer tal compromiso y tú sabes que yo no la quise, no la quiero y no la voy a querer.

Únicamente son tus celos hablando, Raúl me conoces desde hace 5 años, encerio opinas eso de mí.

-No, claro que no, es nada más que ... No sé cómo explicarte, yo...

-Raúl, el príncipe le gusta alguien más y no sabe como decirle, solamente me pidió un consejo y que lo acompañe a buscar un regalo para ella y su hermana.

-Encerio? ¿Le gusta otra persona?

-Raúl estás muy cerca, aléjate un poco.

-Si me disculpo, no quise decir eso, por favor perdóname, por un momento perdí la cabeza.

-Raúl, si estás celoso, quiere decir que te gustó?

-Queeeee!! Lucía.

-Te gustó, te gustó, te gustó.

-Cállate alguien te va a escuchar.

-Entonces dime si te gustó.

En un intento de Raúl por detener sus brincos terminaron en el suelo al enredarse entre los dos.

-Si Lucía si me gustas, bueno siempre me has gustado pero ahora se siente diferente.

-Raúl, tienes razón no podemos estar solos en una habitación, tú también me gustas

**somos dos adolescentes con las hormonas a flor de piel y este hombre es realmente guapo, Dios dame la fuerza para no cometer una estupidez, no será sacrificio pero pienso que somos jóvenes aun, vamos Lucía otro poco**

Así ya más relajado Raúl se disculpó una vez más y cada uno se fue a su clase, ambos fueron regañados por qué llegaron muy tarde, pero Lucía sufrió más tiene que terminar su bordado para poder irse

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