La jefa.

Coral estaba devastada, estaba perdiendo la cordura, extrañaba tanto a su hermana que empezó a beber demasiado para supuestamente aliviar el dolor. Gastó el poco dinero que le quedaba en alcohol, perdió la entrevista, perdió el trabajo en la cafetería pero Claudia siempre estaba allí para ayudarla.

Claudia: mi niña, estás perdiendo el rumbo de tu vida, tienes que volver a trabajar, no puedes seguir así.

Coral: ¿y dónde Claudia?

Claudia: debes intentarlo, lo necesitas... Brisa no está muerta.

Coral: pero seguramente está pasando por cosas nefastas.

Claudia: ¿es que acaso no quieres salvarla?

Coral: por supuesto.

Claudia: y ¿crees que vas a lograrlo en estas condiciones?

Coral sabía que debía continuar con su vida para poder encontrar a su hermanita, así que, nuevamente empezó a buscar un empleo.

Pasaba el tiempo, pero no le estaba yendo bien, solía estar muy distraída en las entrevistas de trabajo.

Un día ya estaba cansada de su vida, caminó por un puente de la ciudad y justo en el medio se detuvo.

Coral: les fallé... Dije que la cuidaría, dije que saldría adelante, dije que estarían orgullosos de mí. Pero no puedo hacer nada bien. No quiero seguir con esto.

Coral se sube a las gradas del puente, se sienta, toma impulso y... Siente que alguien la sujeta de la camisa y la jala con mucha fuerza.

Es un hombre que la pega a su cuerpo con fuerza y le dice...

Aidan: oye, tranquila, si necesitas desahogarte te escucharé, pero no cometas una locura.

De alguna manera el hombre hace sentir a Coral una increíble paz... Se nota que es una muy buena persona, de esas personas que van por la vida alegrando a los demás.

Aidan lleva a Coral a un parque tranquilo. Ella se suelta fácilmente con el cómo si se tratase de un conocido y le cuenta la situación de su hermana.

Aidan: pero, si a ti te sucede algo, ¿quién la buscará?

Coral: no pensé eso en ese momento, estaba confundida.

Aidan: si tú mantienes la esperanza de encontrarla, ella jamás perderá la esperanza de ser libre otra vez.

Las palabras de Aidan hacen sentir tan bien a Coral, parece un psicólogo, sabía exactamente que decir y como decirlo.

Coral: ni siquiera me conoces, ¿por qué eres tan atento?

Aidan: ¿por qué no lo sería?

Coral sonríe cómo gesto de agradecimiento, pero son interrumpidos por una llamada.

Aidan se levanta un momento para contestar y luego regresa. Coral inmediatamente se da cuenta de que el hombre se ha estresado.

Coral: ¿te encuentras bien?

Aidan: lo había olvidado completamente.

Coral: ¿a que te refieres?

Aidan: trabajo en una agencia de viajes, mi puesto no es muy alto allí, pero la jefa me dio una oportunidad de mostrarle que soy competente para un cargo mejor... Se supone que estará en dos días en la empresa y yo tendría que tener ahora mismo un informe de registro y control de los viajes que se realizaron este mes... Soy un inútil.

Coral: no te estreses (pone una mano en su hombro) soy muy buena en ese tipo de cosas, déjame ayudarte.

Coral trabaja junto a Aidan quien le suministra los datos necesarios. Tenía razón, ella era increíble en eso, estaba agradecida con Aidan así que puso todo su esfuerzo en ese informe, no durmió esa noche. Al siguiente día en la tarde Coral tiene un informe perfecto.

Aidan: ¿Cómo lo hiciste?

Coral: no lo sé.

Aidan abraza a Coral.

Aidan: eres un ángel.

Coral: de nada.

Al siguiente día Aidan iría a la empresa para poder deslumbrar a su jefa.

...****************...

El día en el que la jefa llegaría a la empresa todos los empleados se notaban nerviosos, el lugar estaba completamente limpio y ordenado, los trabajadores corrían de un lado a otro. Esta mujer generaba mucho miedo.

La recepcionista ve entrar a la alta, delgada y dominante mujer, inmediatamente se pone nerviosa.

Al llegar al lugar, la mujer se quita sus lentes y mira fijamente a la recepcionista.

Recepcionista: buenos días, señora.

Isabella: ¿has visto algún fantasma?

Recepcionista: no señora.

Isabella: entonces, quita esa cara de traumada, no estamos en una película de terror, niña.

Recepcionista: perdón señora.

La recepcionista baja el rostro.

Isabella: ¿ya llegó el inútil de Aidan?

Recepcionista: si señora, está esperándola.

Isabella: aver con que sale.

Isa sube al último piso del edificio donde la espera Aidan.

Isabella: pensé que olvidarias hacer el informe y no vendrías.

Aidan deja salir una risa nerviosa.

Aidan: no señora, como cree?

Isabella: ¿de que te ríes? ¿Qué te parece gracioso?

Aidan: no nada señora, yo solo...

Isabella: déjame ver el informe.

Aidan toma el informe y se lo da a su jefa.

Isabella: y cambia ya esa cara de estúpido.

Isa toma el informe, lo analiza y luego mira fijamente a Aidan.

Isa: Aidan, ¿Quién hizo este informe? No creo que lo hayas hecho tú.

Aidan: ¿por qué?

Isa: es perfecto, demasiado perfecto como para pensar que algún incompetente empleado de esta empresa lo realizó y mucho menos tú... Además, estás demasiado nervioso, alguien con un trabajo tan perfecto no debería estar nervioso.

Isa se pone sus manos sobre la mesa y mira fijamente a Aidan.

Isabella: ¿Quién lo hizo?

Aidan: lo hice yo señora.

Isa vuelve a sentarse en su silla y dice.

Isabella: es tan perfecto que me gustaría que realizarás uno de nuestra empresa en Estados Unidos, cabe recalcar que esta es mucho más grande y tiene mayor movimiento. Pero estoy seguro de que tú trabajo será tan perfecto como este, no es así?

Aidan: no-no hay problema señora.

Isa se levanta de su silla.

Isabella: perfecto, te voy a enviar todos los datos porque quiero que empieces hoy mismo. Hazlo y serás el encargado de la gestión de viajes.

Isa sale de su oficina. Aidan se asegura de que se haya ido y cuando ya estaba seguro de que no había nadie cerca tomó su celular y llamó a Coral.

Aidan: chica, tienes que ayudarme, es de vida o muerte. Mi jefa me pidió otra informe, no confía en mí, estoy seguro de que no puedo hacerlo tan perfecto como tú, ayúdame, enséñame cómo los haces sí.

Aidan siente una mirada quemandolo. Se da la vuelta y su jefa está detrás de él con una mirada fulminante.

Isabella: en este momento no me importa que me hayas mentido.

Aidan: ¿en serio?

Isa toma un sorbo de su taza de café, deja la taza en una mesa y empieza a caminar lentamente hacia Aidan. Él piensa que lo van a echar.

Isa se para frente a él y luego se detiene por un momento. Luego lo toma de su saco, lo acerca a ella, y sin apartar la mirada de él le dice.

Isabella: en este preciso momento vas a buscar a la persona que hizo este informe y me la vas a traer, la quiero aquí hoy mismo. Si no logras hacer que venga aquí te juro que te despediré y también me encargaré de que no vuelvas a conseguir un trabajo, ¿entiendes?

Isabella suelta a Aidan quién está paralizado, ¿cómo una mujer puede tener tanta fuerza?

Isabella: ¿Por qué sigues allí parado? Te dije que la quiero aquí hoy mismo si quieres conservar tu empleo. Vamos, apúrate.

Aidan: si señora, ya voy.

Isabella: pero moviéndose.

Aidan sale rápidamente de la oficina.

Isa cierra completamente la oficina y se sienta en su silla, la versión que mostró parece desaparecer. Pone su cabeza sobre el escritorio y parece estar sobrepensando. Sus ojos, sus fulminantes ojos ahora reflejan tristeza y se llenan de lágrimas... ¿Qué le sucede a la mujer a la que todo el mundo le teme?

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