Prejuicios...

Me siento un poco cansado, no puedo negar el hecho de que no dormir ahora que no soy un genio tengo que pagarlo de alguna manera...

En mi caso tengo sueño y no quiero levantarme de la cama...

Abrazo fuertemente a Gina, no quiero soltarla, quiero que sigamos durmiendo, que nos quedemos aquí hasta más tarde...

Pero ella me dice que la suelte porque tiene asco y quiere ir a vomitar de nuevo, la suelto y me levanto rápido detrás de ella, al llegar al cuarto de aseo en el balde que está ahí, se agacha escuchándose unas arcadas, tomo su cabello para que no se ensucie, luego aparezco un paño para dárselo...

Ella se limpia la boca agradeciendo, puedo notar lo pálida que está, su color de piel es claro, pero ahora pareciera blanca completamente y me preocupa...

La convenzo de ir a un médico, nunca he visto una mujer embarazada ni se cómo es lo normal en este estado, por ello estoy ansioso por qué me digan que todo está bien...

- Es normal - Dice ella como si pudiera leer mis pensamientos intentando tranquilizarme, pero todo es algo nuevo y de verdad necesito que la revise alguien que sepa sobre esto, los médicos se supone estudiaron y se les transmitió el conocimiento sobre las enfermedades y embarazos...

Así es que después de obligarla a desayunar (porque decía que no tenía hambre) pido indicaciones a la casera y la llevo al médico de la ciudad, porque ella aunque sepa dónde se encuentra no quería decirme, creo que le da vergüenza porque ese es el único médico y de seguro la conoce...

En fin, después de todo el espectáculo que supuso convencerla, aquí vamos en un carruaje hacia allá, nos hemos detenido al menos cinco veces por sus náuseas y vómitos, lo cual me pone peor de preocupado...

Por fin después de un buen rato llegamos al lugar que se supone es donde se dan las consultas, lo veo y es una casita mediana de madera, pintada de colores alegres, un letrero grande de madera dice Médico Humberto Ballesteros y la puerta está entre abierta viéndose en el interior una sala con varias, que Gina me ha dicho, se llaman sillas, donde se encuentran tres personas sentadas, todo es muy pintoresco, desde las cortinas de color verde, hasta floreros y jarrones de colores amarillo y fucsia, una mesa pequeña está frente a las sillas, unas lámparas de aceite están dispuestas en la estancia, supongo que en la noche las encienden para iluminar...

Hay tres puertas dentro de la casa, de una de ellas sale un señor ya mayor con el cabello largo a los hombros de color castaño claro con algunos mechones blancos esparcidos por toda la cabeza, sus ojos grandes del color de la miel, piel clara como Gina, alto y un poco rollizo del cuerpo, tiene una sonrisa amable y da la impresión de ser sincero... Recuerden a veces las apariencias engañan...

- Señora Bianca que bueno verla, pase por favor - Saluda y da la señal para que entre con él a una de las señoras que están sentadas y ésta le hace caso levantándose y yendo con él que cierra la puerta después de un "intentaré no tardarme" dirigido a quienes nos quedamos...

Gina se sienta en una de las sillas libres y yo la sigo, mientras saluda a los dos que han quedado con nosotros...

Al parecer el señor y la señora que quedan son esposos y el que viene a consulta es el señor, platicamos un rato, les contamos del bebé y ellos nos felicitan, además después de preguntarles sobre el doctor, mencionan que es muy bueno que ya tiene varios años atendiendo a la ciudad, que está enseñándole a su hijo todo lo necesario para ser el nuevo médico, cosas incluso de su vida, que vienen de la otra ciudad cercana y se hacen una hora de camino desde su casa...

Sonríen de tanto en tanto, nos cuentan que en esta ocasión vienen pues el señor, que ahora sabemos se llama Josh, ha estado teniendo dolor de estómago, vómito y hasta un poco de ir muy seguido al baño, lo cual no entiendo muy bien, pero creo que sé a qué se refiere, no debe estar muy a gusto es lo que creo...

Después de un rato dónde incluso la señora Gretel le da consejos a Gina sobre el bebé, sale la otra señora, se despide del doctor y éste le dice que se acuerde de tomar sus medicamentos y de las indicaciones que le dió, ella sonriente le responde un sí y le comenta que lo verá el próximo mes... Despidiéndose amablemente de nosotros...

La pareja de esposos entonces entra al cuarto y Gina y yo comenzamos a platicar...

Es solo que yo estoy muy nervioso, me preocupa mucho que algo le pase a Gina o al bebé, ellos son eso otro bueno que me ha sucedido desde que salí está vez y fui libre de esa lámpara, pero debo reconocer que son mucho más importantes que cualquiera, de hecho debo confesar que por instantes creo que aún cuando mis padres estuvieran vivos, ella y nuestro hijo serían mi prioridad incluso antes que ellos...

En fin, entre tanta divagación y plática con mi amada, sale la pareja y después de despedirse del doctor lo hacen también de nosotros y nos desean lo mejor con nuestro bebé...

- Gracias que les vaya muy bien en su regreso y que se recupere pronto señor Josh, cuídense mucho señora Gretel - Dice a modo de despedida mi mujer

Entonces pasamos nosotros con el doctor...

- Buenas tardes - Saluda y nosotros respondemos - Y bien a qué debemos su visita aquí, cuales son las molestias o qué síntomas tiene el paciente - Mirando entre uno y otro nos dice

- Ella es la paciente - Menciono ya que Gina no quiere decir nada - Esta embarazada y ha estado vomitando mucho desde que venimos en el barco para acá - Comento y él se queda mirando con un poco más de detalle a mi mujer

- Gina ¿Estás embarazada? - Pregunta el médico sorprendido - Pero si apenas tiene unos meses que te fuiste - Agrega el médico dándole ese toque reprobatorio que no me gusta para nada, ahora comprendo porque ella no quería venir aquí, me lo hubiera dicho, al parecer aún nos falta confiar uno en el otro...

- Doctor no creo que le importe si tiene unos meses o años su partida, lo único que nos interesa y por lo que vinimos aquí es para que la revise y nos diga si todo está bien con nuestro hijo - Con molestia expresé estás palabras y el médico solo me miró con cierto enojo, bufó y comenzó a preguntarle unas cosas a ella, murmurando algo de que estos jóvenes de ahora no respetaban a sus mayores, Gina comenzó a responder y luego la revisó del estómago y el brazo tomando el pulso, diciendo que todo estaba bien con ella y el bebé... - Y entonces los vómitos recurrentes a qué se deben - Insistí en eso que me angustiaba

- En algunas embarazadas es normal, si siente que es demasiado podría tomar té de menta o jengibre, también puede oler o chupar limón, debe comer sano y si puede consumir leche mejor - Enlistó el doctor y yo hice mi lista mental para ello - Todo está bien, pueden venir el otro mes para otra revisión - Comentó con ese tono de reproche que ya me estaba hartando...

- Pues gracias por todo, no creo que volvamos aquí a consulta, la traje porque estaba preocupado, pero regresaremos a mi país pronto, solo vinimos unos días de visita, ya que quería conocer el lugar donde creció mi esposa - Espeté con tono molesto, dejándole claro que me había casado con ella, entendiendo que probablemente le había hablado así por estar embarazada antes de casarse, esos prejuicios siempre me han parecido horrendos...

- Claro entiendo - Respondió afilado y salimos de ahí

- Me hubieras dicho el porque no querías venir, nos vamos a casar amor y sino hay confianza entre nosotros, la relación no funcionará - Le dije tomando sus manos entre las mías, besando el dorso de ellas, una vez nos subimos en el carruaje de regreso, estando ya solos y ella que tenía la cabeza gacha la levantó, mirándome con cierta tristeza

- Lo siento es solo que tú estabas tan preocupado que me dió vergüenza admitir la razón por la que no quería venir - Con la voz un poco baja y quebrada me dijo

- Ya, ya, tranquila - Empecé a consolarla frotando su espalda después de abrazarla y ella se aferró a mí soltando pequeños sollozos que me hicieron sentir tristeza y coraje, con ganas de volver a golpear a ese doctor de pacotilla...

Así regresamos abrazados, la dejé que se desahogara, no podía reprocharle ni enojarme con ella, al final yo tenía la culpa, debí insistir y preguntar el porque no quería ir con ese médico...

Al llegar a la posada, pedí y pagué por qué nos llevarán la comida al cuarto, al entrar le preparé un baño se veía cansada y un poco ansiosa, así que pensé que a lo mejor un baño le haría bien...

La llevé al baño cargando aunque ella en inicio se negó, luego lo aceptó e incluso tallé su cuerpo y cabello suavemente, para culminar poniéndole las telas para secarla y llevándola a la cama, dónde aparecí ropa cómoda para ella...

Unos minutos después tocaron a la puerta pues habían traído la comida, la tomé, agradeciendo y después entré cerrando la puerta, para ir con ella y darle de comer, ya que sabía diría que no tiene hambre...

Así después de fruncir los labios un rato, pues como pensé no quería comer y la obligué, me fuí a bañar yo, para por último acostarme a su lado abrazándola por la cintura, acariciando de vez en vez su estómago...

- Ya quiero que nazca - Solté de repente

- Yo también, pero aún falta mucho - Ella con cierta alegría en su voz mencionó - Mi mamá estuvo embarazada después de mí, pero el bebé no nació, recuerdo que ella lloraba mucho y cuando le preguntaba por el hermano del que ella misma me había dicho que vendría, se soltaba a llorar más... Siendo una niña de diez años eso se sintió muy mal, porque ni siquiera me explicaron que había pasado, solo se quedaban callados, años después lo entendí, algunos adultos son malos y en su maldad dicen las cosas de manera que te hieren, te hacen daño y te marcan para siempre... Recuerdo un día ya teniendo quince años, una señora que había sido vecina me dijo que mi hermano había muerto por mi culpa, ellos mis padres no decían nada porque resulta que en ese momento no me dí cuenta, pero provoqué una caída a mi madre, que tuvo como consecuencia la muerte de mi hermanito no nacido, ellos no me culpaban, pero el médico, ese médico con el que fuimos dijo a esa señora que la caída de mi madre fue a causa de que yo andaba jugando corriendo alrededor de mi madre y la hice perder el equilibrio... Me dolió enormemente saber eso, me culpé durante muchos años después de saberlo, a pesar de que mis padres de decían que solo había sido un horrible accidente y yo solo una niña que no sabía lo que hacía, que no sabía medir las consecuencias de mis actos...

- Cuánto lo siento, pero tus padres tenían razón no fue tu culpa, solo fue un horrible accidente - Comenté mirándola a los ojos después de voltearme hacía ella...

- Ahora lo entiendo, además supe que también a causa de eso mi madre no pudo volverse a embarazar y eso me hizo sentir mucho mas culpable en ese entonces, ahora comprendo todo lo que me dijeron mis padres y lo que tú mencionas, aunque difícil, lo entendí... - Con añoranza habló y luego de un suspiro añadió - Vamos a dormir me siento muy cansada

La abracé así del lado, frente a frente, besé levemente sus labios y la ví cerrar sus ojos, para luego de un rato verla dormir tranquila...

Hoy ya no fuimos más que al doctor, pero esperaba que mañana fuéramos a esa casa donde vivió y me la mostrará, pues sabía que le hacía ilusión hacerlo...

Pensando en eso me dormí después de un rato...

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