Cuando salí por primera vez

Recuerdo esa soledad avasallante, esa oscuridad tenebrosa, ese silencio aterrador, ese sentimiento de impotencia al segundo de haber quedado encerrado en ese lugar, cuando de pronto escuché esa voz, la voz del que se presentaría como el jefe de los genios, fue increíblemente tosco, inexpresivo y borde, que por un instante creí que era solo una pesadilla, una muy desagradable pesadilla… Pero no, no lo era, todo lo que lo que estaba pasando era mi nueva realidad…

- Sujeto 2015 te has convertido en el nuevo genio de la lámpara 0021…

- ¡No soy ningún sujeto, mi nombre es Laith Husayni!

Grité interrumpiéndolo, no podía soportar estar aquí y menos que se refiriera a mí como si fuera solo un número más a la larga lista de sujetos que me había precedido; sin embargo, ese mismo día y a lo largo de los años fui perdiendo ese poder que poseía, ese orgullo que se supone mis padres me habían augurado al nombrarme Laith (León poderoso o el más fuerte en el orgullo es lo que significa) seguramente mi padre dejaría de sentirse ufano de mí si supiera que me convertí en alguien falto de tenacidad y que esa perseverancia que él me había enseñado la dejé olvidada en un rincón de esa estúp*da lámpara…

- ¡Cállate sujeto 2015, escucha atentamente y deja de interrumpir, esto es importante y si no cumples alguna regla de las que te voy a enumerar serás castigado!

Su atronadora y mandona voz resonó en el lugar que por un segundo pareció inmenso por el eco que se formó… Tragué saliva y me dispuse a escuchar, porque esa amenaza de castigo se quedó clavada en mi memoria y no quería saber en qué consistía…

- ¡Primero te has convertido en un genio, no tienes derecho a salir de esta lámpara a menos que sea frotada y cuando eso pase lo harás para cumplir tres deseos al sujeto que lo haya hecho, regresando al interior una vez cumplidos, si intentas escapar habrá un castigo, esos grilletes que tienes puestos serán con los que se infligirá, además de ser los que te traigan de vuelta a este lugar...

Segundo esos tres deseos pueden ser de cualquier índole, pero las tres excepciones son:

No se puede matar a nadie

No se puede hacer que un ser se enamore de otro

No se puede resucitar a alguien

Tercero y más importante la única forma en que tú seas libre de esta condena es que otro tome tu lugar con el hechizo o que la persona que haya frotado la lámpara use uno de sus deseos para liberarte, lo cual es poco probable!

Eso sería todo, de hoy en adelante quedarás solo en este sitio hasta que froten la lámpara...

Y de nuevo el silencio que odié con todo mi ser…

Pasaron 10 años cuando salí por primera vez de la lámpara, yo no lo supe en ese instante, la realidad es que en ese lugar era imposible medir el tiempo y también en esa primera salida fue que me percaté de que el tiempo no pasaba por mí, ya que no había envejecido ni un poco, además de que mis extremidades podían disolverse como si de aire o polvo se tratase, rematerializándose con una rapidez sorprendente, mi voz saliendo como un poderoso sonido tan diferente a como solía escucharse y llegando a mí las frases como si estuvieran en mi mente desde que había nacido…

- Has frotado la lámpara mágica, yo soy el genio que la habita y por haberlo hecho te conviertes en mi amo y tienes derecho a tres deseos de cualquier índole, sólo hay tres excepciones

No puedes desear la muerte

No puedes desear el amor y

No puedes desear la resurrección

¿Cuál sería su primer deseo amo?

Y ahí fue que si de por sí en mis 24 años antes de ser el genio sabia que los hombres por naturaleza somos codiciosos, envidiosos e idi*tas, bueno como genio corroboré todo eso y mucho más, desde esa primera salida, hasta las otras los tres deseos rondaban entre poder, riquezas, títulos, subir de estatus, querer venganza por alguna falta que según ellos habían recibido de otro u otra persona, casas y los más avaros pidiendo ser monarcas y vivir en el palacio real con extensas riquezas o tesoros, en todo caso agradecía que fueran tan estúp*dos como para no desear ser reyes por el resto de sus vidas o riquezas infinitas, lo cual me llevó a presenciar como en ocasiones eran derrocados o se terminaban todo el dinero en un tiempo que para mí pareció récord…

Bueno como iba contando antes de que frotaran por primera vez esa cosa, estuve casi perdiendo la cordura que me quedaba, maldiciendo a Aisel, volcando mi coraje y frustración en gritos que no sirvieron de nada, en llantos que me llevaron a sentirme patético, para por último resignarme a que esta era mi vida y que probablemente tendría una eternidad en soledad, silencio y oscuridad… El imbécil del jefe no me dijo que con mi magia podía convertir esta cosa en algo más agradable, vaya idi*ta, porque mis primeros 10 años fueron un total caos, casi pierdo mi personalidad, que definitivamente es lo mejor de mí, porque bueno al final me auto convencí de que no era tan malo estar aquí…

Cumpliendo los deseos de esa ocasión, escuchando la fecha por casualidad y haciendo cuentas del tiempo transcurrido desde que tomé el lugar del verdadero amor de la que había sido mi amada, me quedé pensando en mis padres, como estarían, que estarían haciendo, si seguirían con sus vidas o estarían estancados en el dolor de haberme perdido, sin saber que aún estoy vivo o incluso imaginando que he muerto sin encontrar aunque sea mi cuerpo inerte…

Eso también era parte de mi condena, tener en mi corazón y mente esa constante de preguntarme muchas cosas sobre ellos; para la segunda vez que salí no supe cuantos años habían pasado y fue relativamente rápida, así que ni siquiera fue algo que me diera gusto… Mi condena convirtiéndose en un gran dolor para la tercera ocasión de salir de ese espacio, habían pasado ya 95 años, esta vez el tipo que me había invocado lo hizo sin quererlo realmente; sin embargo, era muy inteligente y meticuloso, lo cual me permitió estar un poco más de tiempo fuera, pues mientras según pensaba lo que quería, me hizo permanecer a su lado en todo momento, ya que las órdenes sobre ese aspecto no eran consideradas como deseos, lo cual fue agradable para mí, es solo que realmente no lo tome tan alegremente como lo había imaginado al hacer cuentas del tiempo transcurrido, ya que cuando yo fui metido aquí ellos tenían 40 años, así que era imposible que siguieran vivos, al darme cuenta que definitivamente mis progenitores de seguro se habían ido con esa pena de no saber que le había ocurrido a su único hijo, al volver, lloré amargamente, dejé esa oscuridad del inicio por el tiempo que pasó hasta que frotaron por cuarta vez la lámpara, en la cual fue otra ocasión que simplemente pidieron sus deseos bastante rápido…

En la quinta ocasión otra vez lo mismo, rápido y sin gracia, regresando para seguir intentando no perder mi esencia, pensando en que hacer para la próxima vez que saliera, pues se volvió la forma de no estar con mis padres en la cabeza, así que para la sexta ocasión ya había estado planeando presentarme como un ser magnífico y poderoso, haciendo una salida diferente de las otras veces, sin demasiado éxito o bueno sin ser lo que realmente quería, así que para la séptima y octava practicando, en esa penúltima vez llegando un poco más cerca de lo que tenía en mente y percatándome de tantas cosas, cosas que desde la primera vez pude comprobar… En primera instancia que sólo era considerado un medio para hacer realidad sus sueños más egoístas, por ello no fue una sorpresa que ninguno de ellos o ellas se tomaran la molestia de platicar conmigo o querer conocerme, varios de hecho como mencioné “sabían muy bien” lo que querían pedir y lo hacían ipso facto, casi de manera automática, tan rápido… Lo cual ya saben no me dejaba mucho tiempo para disfrutar la salida de ese espacio que con los años se volvió más colorido e iluminado, pero que claramente nunca podría dejar de ser aterrador, ni una cárcel que me mantenía cautivo, aunque lo decorara a mi gusto o se pareciera a mi antiguo cuarto…

Y así transcurrieron 200 años, los que para mí fueron pesados y lentos, desesperantes y francamente los más sosos, asquerosos y odiosos, a pesar de no saber que transcurrían hasta que salí esa novena ocasión…

Para ésta mi novena ocasión de que frotaran la cosa está, salí de la lámpara haciendo una gran gala, de hecho era la tercera vez que no solo intentaba demostrar mi gran poder de mago, sino que hacía uso de mi buen humor para sortear lo que para mí era la peor pesadilla, es sólo que ya había decidido para ese momento que nada ni nadie evitaría que convirtiera esta pesadilla (Por lo menos una parte de ella) en algo agradable, así que un humo denso fue lo primero en salir, con los años había practicado y era de un tono azulado bastante lindo, lo elegí porque es mi color favorito, ese humo era yo mismo y poco a poco formaba mis extremidades empezando por la cabeza, para en inicio dejar solo la silueta del humo en lo que vendrían siendo mis piernas y pies, para comenzar con esa voz grave que también había estado practicando, diciendo mi típica frase que por cierto algunos irrespetuosos no me permitían terminar…

Pero este chico se quedó estupefacto, escuchándome de principio a fin, siendo bastante inteligente logró que le concediera salir de la cueva donde se hallaba encerrado, sin usar ni un solo deseo, eso vaya que me dejó sorprendido…

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