Noche larga

Ya en mi departamento, me quedé parada por unos minutos en la puerta. Pensé que sería un día normal, pero no tuvo nada de normal. Decidí tomar un baño antes de dormir y tranquilizarme. Tenía que pensar qué es lo que haría con el asunto relacionado con el Sr. Gael. Quizás me despidan. ¿Qué haré? Quizás deba hacer como si no pasó nada y tratar de no taparme con él, pero... Me quedé pensando en su mirada. Era fría, pero no podía negar que era seductora. De hecho, todo en él es perfecto. Lo mejor es olvidarme del asunto y tratar de hacer como si no pasó nada. Quizás mañana se olvide de quién soy.

Salí del baño y me puse mi pijama. Me acosté, pero no tenía ni una gota de sueño. Traté de no pensar en nada para poder dormir, pero de pronto se me vino a la mente Daniel y su invitación. Recordé que tenemos varios años siendo amigos y siempre ha estado en los peores momentos para mí. Hasta estuvo conmigo cuando aquel idiota me hizo sufrir. Fue después de eso que me di cuenta de que me gustaba, pero quizás fue muy tarde porque él me dijo que le gustaba alguien y decidí callarme lo que sentía por él. De repente, sonó mi teléfono. Era un número desconocido. Decidí no contestar, pero no dejaba de sonar. ¿Quién será? Pero mejor decidí apagarlo. Casi nadie tenía mi número y quizás es alguien que se equivocó. Después de tanto dar vueltas en mi cama, me quedé dormida y llegó la mañana. Sonó el despertador. Me paré para preparar mi desayuno e irme al trabajo. De repente, escuché que tocaron mi puerta. Me asomé y era Daniel. Se me quedó mirando.

Daniel: —Hola, buenos días (sonriendo). Parece que no pudiste dormir.

Alexa: "Hola. La verdad, no se nota mucho.

Daniel: "Mmm, sí". Pero aun así, te ves bonita.

Alexa: —(Sonrojándose) No mientas.

Daniel: —Jamás te mentiría. Tú eres muy bonita, aunque no lo creas.

Traté de cambiar rápido la conversación porque ya estaba muy nerviosa.

Alexa: —Ya... ¿Ya desayunaste?

Daniel: No.

Alexa: -Entonces, ¿quieres pasar y desayunar antes de irnos al trabajo?

Daniel: —Sí, me encantaría.

Tenías mi cara tan roja que parecía un tomate. Mientras tanto, Daniel no dejaba de mirarme y sonreír. Terminamos el desayuno y nos dirigimos hacia el trabajo. Estaba decidida a no tomarme de nuevo con el Señor Gael. No quería tener más problemas, pero por ir pensando, no me di cuenta de que tropecé. Daniel rápidamente me atrapó y cuando abrí los ojos, su cara estaba muy cerca de la mía. Él me decía con voz preocupada si me encontraba bien, a lo que yo asentí con la cabeza. Nos levantamos y a lo lejos vi al Sr. Gael de nuevo con esa mirada fría que se nos quedó mirando, pero después siguió su camino. Yo estaba tan avergonzada, pero le agradecí a Daniel el que me haya salvado.

Entramos y Violeta ya nos estaba esperando. Se veía que tampoco había dormido mucho y su cara lo decía todo.

Alexa: "Hola, Violeta, ¿cómo te fue anoche?"

Violeta: "Hola, creo que debí irme cuando te fuiste. Tomé demasiado y ahora tengo resaca. Ojalá hoy no sea un día pesado".

Daniel: "Nunca cambiarás, Violeta. Siempre dices lo mismo".

Los tres empezamos a reír y nos fuimos a nuestros lugares de trabajo para quedar en ir a comer los tres juntos. De repente, oí que me hablaban. Era un hombre joven que no había visto.

Asistente Yair: "Buenos días, ¿usted es la señorita Alexa?"

Alexa: "Sí".

Asistente Yair: "Mucho gusto, mi nombre es Yair Gómez. Soy el asistente del Sr. Gael y vengo porque necesita hablar con usted".

En ese momento, pensé: "Me va a despedir. "Estoy perdida". Daniel me miró.

Daniel: "¿Qué pasa? "¿Por qué te está buscando el Sr. Gael? ¿Hiciste algo que no nos dijiste?"

Alexa: "Sí, pero no puedo decirte ahora".

Yair me presionaba con la mirada para ir hacia donde estaba su jefe. Daniel y Violeta se quedaron mirando un poco preocupados, mientras yo temblaba por dentro. Llegamos hacia su oficina y toqué. Oí una voz que decía: "Pasa y cierra la puerta". Estuve temblando y me quedé parada en silencio cuando él empezó a hablar.

Gael: "Parece que te gusta jugar a la chica frágil con los hombres."

Alexa: "Eso no es cierto".

Contesté algo molesta. Él se paró de su silla y caminó hacia donde estaba.

Gael: No sé qué juego estás jugando, pero no me gusta.

Alexa: ¡Qué juego! Ya le dije que no soy esa clase de mujer. Si solo me llama para humillarme, prefiero irme de aquí.

Caminé hacia la puerta rápidamente cuando me jaló del brazo y me puso contra la pared. Lo miré y empecé a llorar de miedo.

Gael: ¿Qué pasa? ¿Sigues tratando de seguir con tu papel de chica frágil?

Alexa: Ya le dije que yo soy así. No sé qué tipo de trauma tenga con las mujeres, pero ya déjeme en paz.

Gael: Está bien, te dejaré en paz, pero desde ahora serás mi nueva asistente.

¿Qué era lo que estaba pensando este tipo en su cabeza?

Alexa: No quiero, me niego (grité).

Gael: Si no aceptas, entonces pasa por tu liquidación.

Me quedé pensando. Ayer, cuando le dije que no quería trabajar con él, solo lo hice por la emoción del momento. No estaba pensando bien las cosas. Si me quedo sin empleo, ¿qué será de mí?

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Comments

Maria Rosa Grisinco

Maria Rosa Grisinco

Entró por el aro, jaja, no que no.

2025-02-24

0

Sirley Johana

Sirley Johana

hfg

2024-11-22

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