Sorpresa

La noche pasó volando y empezamos a despedirnos de todos. Cuando llegué al departamento, le dije que la sorpresa estaba ahí. Intentó adivinar, pero no quise darle ninguna pista, así que saqué una bufanda de mi bolso y le tapé los ojos antes de entrar al apartamento.

Daniel —Alex me intriga ¿Cuál es la sorpresa?

Me puse de puntillas para decírselo al oído

"Lo sabrás en poco tiempo, y te encantará".

Así que abrí la puerta y lo senté en el borde de la cama y le dije que no se quitara la bufanda hasta que yo se lo dijera. Cuando asintió, me di cuenta de que sus manos temblaban y estaba nervioso, y comencé a reír.

Daniel — ¿Por que te ries?

Cuando me preguntó, me acerqué a él y le dije: "Ya puedes quitarte la venda de los ojos".

Se bajó la bufanda, abrió los ojos y me miró asombrado.

Daniel — Alex, te ves hermosa, esta es la sorpresa.. (rubor)

Se detuvo y me miró fijamente durante unos minutos. Me sonrojé. Me dio vergüenza porque llevaba puesto un babydoll negro que no dejaba mucho a la imaginación, pero esa fue la sorpresa que le preparé. Me abrazó y me dijo: "¿Estás segura? Porque creo que no puedo soportar más". Entonces lo miré y puse mis brazos alrededor de su cuello.

Alexa — Si de verdad estoy segura, quiero estar contigo.

Comenzó a besarme tan apasionadamente que me tomó en sus brazos y me acostó sobre la cama, luego comenzó a recorrer con sus manos todo mi cuerpo.

Daniel – Es mi primera vez así que creo que será un poco doloroso al principio, pero seré gentil. (me dijo en voz baja)

Alexa - Te amo, solo quiero ser tuya.

La temperatura en mi apartamento subió con el tiempo y solo mis gemidos se podían escuchar en toda la habitación. Era un sentimiento que no puedo explicar, pero se sentía tan bien. Su cuerpo desnudo a mi lado era tan excitante que quería que este momento nunca terminara. Eran las 3 am y todavía estábamos despiertos y decidimos tomar un baño ya que estábamos muy sudados por lo que acabábamos de hacer. Me detuvo y me dijo: "Vamos, tomamos un baño juntos".

Todavía estaba un poco avergonzada y mi cara estaba caliente, pero acepté tomar un baño. Dentro de la ducha parecía averce recuperado de todo el esfuerzo, me tomo de la cintura seguido de besos por todo mi cuerpo y lo volvimos hacer, terminamos de bañarnos y como ya no podíamos más tomamos un pequeño descanso. Ya era de mañana, y sentí que mi cuerpo dolía . Al tratar de levantarme de la cama, también despertó y tiró de mí y me abrazó.

Daniel – Te duele mucho.

Estaba avergonzada y me sonroje, pero le dije de todos modos: "Sí, me duele un poco".

Daniel — Entonces acuéstate un rato más y descansa.

Alexa — Pero tengo hambre, comamos algo.

Daniel — mmm... ¿Y que se te antoja?

Alexa — Lo que sea está bien.

Intenté ponerme de pie, pero me dolía mucho la espalda. Cuando miré mi cuerpo en el espejo, noté que tenía marcas de todos los besos salvajes que me había dado. Sonreí feliz, aún sin creer que finalmente me habia entregado a él, pero de repente escuché a Daniel hablándome. — Alex, querida, ven. Regresé a mi habitación y lo miré, y no creo que haya visto muy bien su cuerpo porque lo veía y todo de él era perfecto. Estaba de pie junto a la cama con sólo su boxer, y mostrando su desnudez.

Daniel - Si te gusta lo que estás viendo, siéntete libre de continuar. Sentí tanta vergüenza que corrí al baño. No fue porque no quisiera, pero mi cuerpo no podia más, de repente escuchó que se echaba a reír y me dijo: “Cámbiate de ropa” Saldré por ropa limpia, así que no tardes mucho, te estaré esperando. Así que me vestí, recogí mi bolso, abrí la puerta y ya estaba.

Daniel – Acabo de recordar que todavía no te he dado un regalo, pero por favor cierra los ojos.

Alexa — ¿Por qué?

Daniel —Cierra los ojos y no los abras. Por favor, no hagas trampa. Hasta que te diga los abres.

No estaba segura de cuál sería su regalo, así que dijo: —"Ábrelos ahora".

Abrí los ojos y me quedé sin palabras y él estaba de rodillas con un anillo en la mano.

Daniel — Alex, sé que es muy pronto, pero te amé por mucho tiempo y solo quiero estar a tu lado. Ayer te entregaste a mí y me demostraste que me amas, por eso quiero preguntarte si quieres casarte conmigo.

En ese momento, no supe qué decir, me quedé sin palabras, pero las lágrimas brotaron de mis ojos.

Daniel – ¿Qué te pasa Alex, no te gustó mi regalo?

Alexa- Me encanta. Y si lo acepto, si quiero casarme contigo.

Daniel – Te amo Alex, gracias por dejarme ser parte de tu vida.

Lo besé sintiéndome la mujer más feliz del mundo, luego tomó mi mano y nos dirigimos a un restaurante. Después de comer, sonó el teléfono y salió a contestar el teléfono. Cuando volvió, dijo que quería hablar conmigo sobre algo. Noté que su expresión cambió.

Alexa - ¿Qué pasa? Sé que estás preocupado.

Daniel - Alex, escucha, tengo que estar fuera de la ciudad por una semana. No quiero que pienses que me estoy escapando. Y, por supuesto, no es por lo que pasó esta noche. ¿Solo puedo decirte que tengo un problema? Mi padre está enfermo y a vuelto a buscarme, pensé que cuando me mudé a casa de mis abuelos sería la última vez que lo veria. Ahora pide mi perdón y quiere que regrese lo que pasó entre nosotros, puede que pienses que quiero huir, pero cuando todo esté arreglado, vendré a ti y me casaré contigo, y oficialmente serás mi esposa.

Alexa — Dani, pensé que solo eras tú y tus abuelos.

Daniel – Lo sé, y lo siento si no hablé de mi familia y mi pasado, pero pensé que nunca volvería a tener nada que ver con ellos. Tuve una infancia difícil y mis abuelos me cuidaron, cuando entré a la escuela secundaria. Desde entonces, no he querido saber nada de mi padre y su nueva esposa hasta hoy.

Alexa - No te sientas mal por lo que pasó entre nosotros, yo fui quien lo decidió y estare esperando tu regreso, además solo tomará una semana.

Daniel — Prometo contarte más sobre mí cuando regrese. Nunca le conté a nadie sobre mi pasado y siempre dije que era huérfano. Después de la muerte de mi madre, mi padre se casó con otra mujer y desde entonces me mudé a la casa de mis abuelos maternos. No quería saber nada de él, pero me a estado buscando desde hace un mes, y pensé que esta sería la última vez que lo vería, pero ahora está muy enfermo y quiere verme pensé en no ir, pero es mi padre.

Alexa — Tranquilo yo te apoyaré.

Después de terminar de comer fuimos de compras y pasamos toda la tarde juntos.

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