CANSADA

En la sala, Gabriel también estaba teniendo dificultades para conciliar el sueño, intento adelantar trabajo para que le diera sueño, pero en lugar de concentrarse en él, se concentraba en pensar en Paulet, preocupándose por ella, la marca que tenía ella en el brazo provocado por Gustavo había despertado en él el deseo de despedazar a aquel hombre, no podía soportar el pensamiento de que la había tocado con alguna mala intención.

Por un momento pensó ¿Qué le estaba sucediendo? En realidad, lo sabía de sobra. Estaba enamorado, aquello era amor, se había convertido en un hombre en el que apenas se reconocía, un hombre que actuaba y pensaba de manera irracional, que se dejaba llevar por sus emociones; lo sacó de sus pensamientos un ruido en el cuarto donde estaba Paulet, la mujer que lo estaba desestabilizando emocionalmente.

Él se dirigió al cuarto y abrió la puerta de inmediato, Paulet tumbo el despertador que él tenía sobre la mesita de noche al lado de la cama, después escucho un lamento de dolor y miró a Paulet que le levanto agitada y se sentó en la cama, él al verla se acercó a ella y le dijo:

GABRIEL: ¿qué ocurre? ¿Te duele algo?

Ella sintió alivio al escuchar la voz de Gabriel, y se lanzó a sus brazos, él la recibió gusto y le acariciaba su cabello hasta que ella dijo:

PAULET: he tenido una pesadilla horrible, parecía real, soñaba con Gustavo, siento haberte molestado.

GABRIEL: no me molestas para nada, tranquila que esto pronto pasará.

Él la tenía en sus brazos, levantó el rostro de Paulet y la besó, ella en su lucidez sabía que tenía que rechazarlo, insistir en que la soltara, pero en lugar de eso abrió la boca para profundizar el beso, sintió todo su cuerpo estremecerse de deseo.

Ella ya no quería caer más en sus brazos, pero para su sorpresa, ahora descubría que su memoria le había fallado, pero de otra manera.

Y mientras se besaban ella recordó como él le hacía el amor, recordó el placer que Gabriel le ha proporcionado, en dos ocasiones y supo que sería inútil tratar de no corresponderle cuando ella lo deseaba hasta en sueño.

Gabriel se separó de ella y la miro a los ojos, le tomó el rostro con las manos y volvió a besarla con una ternura, el también la deseaba con todas sus fuerzas.

Él la acostó y bajo la tira de su pijama dejando un seno afuera para pasar su lengua por el pe*on, ella sintio humedecer su vag!na y le dijo con voz agitada:

PAULET: ! No deberíamos hacer esto!

GABRIEL: lo sé, pero no puedo parar, te deseo.

Termino quitando su pijama dejando los s*nos libres, ella se dejó llevar y también le quitó el suéter para acariciar su pecho, comenzó a besar su cuello, sentía que aquel hombre era suyo.

Recordó cuando él le hizo el amor en la mesa del jardín, pensaba en los placeres que podía compartir con él.

Gabriel sintió cómo un escalofrío le recorría de la cabeza a los pies, era incapaz de controlar la fuerza con la que su cuerpo respondía a los estímulos de aquella mujer que tenía en su cama y bajo su cuerpo.

Parecía como si todas sus sensaciones se multiplicaran por mil, tenía que reconocer que aquello era algo más que s*xo, Paulet era la única mujer para él, era suya, pero sabía que no podía decírselo, al menos por el momento.

Gabriel g!mió cuando Paulet lo besó en el torso. Tuvo miedo de que ella pudiera leer en sus ojos que estaba enamorado, pero no podía romper aquel contacto visual que parecía unirlos de manera más íntima, en los ojos de ella, él distinguió el deseo, y un algo de temor.

El cuerpo de Paulet se tensó cuando él posó suavemente la mano sobre su hombro desnudo mientras que con la otra se quitaba la última prenda que lo cubría, pero ella en ningún momento hizo nada para interrumpir la mirada que los tenía atrapados y lo que estaba sucediendo en el momento.

Él sin dejar de mirarla llegó a sus labios y comenzó a besarla, Paulet dijo él cerca de su boca, Gabriel le respondió ella, sintió como si la tensión s*xual que estaban compartiendo fuera a estallar, por fortuna no era ya una quinceañera. De otro modo, la manera en que Gabriel la miraba y la acariciaba podría haberla llevado a pensar que le importaba de verdad.

Ella sintió cuando Gabriel entró en Ella, sintió cómo los dos cuerpos se completaban el uno al otro, Paulet gritó su nombre y se introdujo más en él.

Él continuó con las p*netraciones mientras la besaba y g*mía junto a ella, era su mujer y la iba de defender de todos los que quisiera perjudicarla .

No aguanto más cuando Paulet pronunció su nombre exhausta de placer y llegando a su clímax, el también terminó dentro de ella, él la miró y le dio un tierno beso, la abrazó y ella correspondió hasta quedarse dormidos.

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Comments

Martina Zambrano

Martina Zambrano

Ajá y de dónde sacó una pijama si no está en su casa ,,?

2024-08-04

2

Lesly Argumelo

Lesly Argumelo

Gabriel ya eres soldado caido

2024-01-23

7

Sandra Jeaneth Mendez de Martinez

Sandra Jeaneth Mendez de Martinez

Me gusta mucho tu novela 😊 es una historia diferente a las que e leído

2024-01-20

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