DETENIDA

OFICIAL: mis agentes me han informado de que él va a presentar cargos encontra de la señorita por agresión.

GABRIEL: bueno en ese caso yo lo denunciaré a él por entrar ilegalmente a mi fábrica, el no tiene ningún derecho de entrar en ella sin mi autorización, y supongo que las autoridades estarán muy interesadas en saber qué estaba haciendo allí, me faltan algunos libros de

contabilidad cuyo paradero sigue siendo un misterio.

Paulet que se Había mantenido callada miro a Gabriel y dijo:

PAULET: ¿Es el responsable de esto?

Gabriel la miro, pero no contesto a su pregunta y se dirigió al oficial:

GABRIEL: será que me puedo llevar a la señorita, yo me hago responsable de ella, si algo la traigo mañana para terminar con este asunto.

OFICIAL: se la puede llevar, pero es usted responsable de ella, mañana tiene que traerla para aclarar todo este asunto con el señor Gustavo vega.

GABRIEL: ni se preocupe, mañana a primera hora estamos aquí.

Salieron de la estación, Paulet tenía vergüenza con Gabriel, ella ayudando a la gente del pueblo y el a ella.

PAULET: discúlpame, mi intención no es perjudicarte.

GABRIEL: tranquila, yo entiendo tu posición.

ya en el carro ella comenzó a llorar, aunque le hubiera gustado no hacerlo frente a él, pero fue imposible aguantar, Gabriel a verla tan frágil le dijo:

GABRIEL: tranquila, no te preocupes por nada, no te voy a dejar sola en esto, te sentirás mejor cuando llegues a casa, hoy te quedaras en la mía.

PAULET: pero yo quiero ir a la mía.

GABRIEL: lo siento, pero no puedes, recuerda que soy responsable de ti, tengo que llevarte a la comisaría por la mañana.

PAULET: pero yo no ataque a Gustavo trató él fue quién me maltrató.

A Gabriel le cambio el semblante al imaginar qué Gustavo vega le puso la mano encima.

GABRIEL: ¿te hizo daño?

Ella no sabía que decir, ya no quería meterse en más problemas y le dijo:

PAULET: no, no me hizo daño.

Cuando llegaron a casa de Gabriel, Paulet sintió tranquilidad, se sentía segura con él, tenía miedo que Gustavo tomara represaría contra ella.

GABRIEL: ¿todavía estás asustada?

PAULET: un poco, pero ya se me pasará.

Gabriel la llevo a su cuarto, tenía que dormir en el de él, ya que los otros cuartos estaban llenos de polvo.

GABRIEL: este es mi cuarto, ponte cómoda.

Paulet se puso tensa, deseó con todas sus fuerzas que él no hubiera notado que se le había cambiado de colores. Tan solo pensar en dormir en su cuarto le traía a la memoria recuerdos que no quería desenterrar, y menos en aquel momento, con el responsable de ellos justo a su lado, pero él sabía lo que ella se estaba imaginando y le dijo:

GABRIEL: tranquila, yo dormiré en el sofá que está en la sala ya me imagino lo que estás pensando, pero no tienes que preocuparte.

Ella se impresionó por el comentario y pensó ¿Cómo podía haber adivinado en lo que estaba pensando? Eso la puso aún más nerviosa.

PAULET: no puedo aceptar dormir en tu cama.

GABRIEL: ¿Por qué no?, ¿a qué le temes? después de todo, no sería la primera vez Paulet.

Ella no podía creer el descaro de él, sabía que la primera vez fue por efectos del alcohol, y la segunda estaba sobria, pero él fue el que lo inició; ella lo fulminó con la mirada y él le dijo:

GABRIEL: lo siento, no quise decir eso.

Él no quería ofenderla, pero se sorprendió al darse cuenta de cómo habían cambiado sus sentimientos hacia ella, lo último que hubiera querido era hacerle daño y sin embargo, todavía quedaban algunos asuntos que tenían que tratar y dijo:

GABRIEL: ya sé que este no es el mejor momento, pero tenemos que hablar Paulet.

PAULET: ¿Por eso me has traído aquí? ¿Para interrogarme? No creas que porque me hayas salvado de una noche en la estación voy a traicionar a las personas del pueblo, ellos no quieren violencia, pero van a luchar por sus trabajos; yo creo que sea mejor me lleves de

regreso a la estación de policía.

GABRIEL: ¡tranquila mujer! No quiero hablar Contigo de los problemas de la fábrica, ni de la manifestación de las personas del pueblo, ni de tu ayuda hacia ellos.

PAULET: ¿Entonces, de qué quieres hablar?

GABRIEL: todavía estás un poco impresionada por lo sucedido, necesitaba descansar y recuperarte, mejor hablamos mañana ¿Por qué no te vas a la cama? Pareces agotada.

Si quieres te puedes dar una ducha, en el baño encontrarás toallas y todo lo que necesites.

Él la dejo sola y se fue a la sala, ella se despojó de su ropa y se metió bajo la ducha 🚿 mientras el agua caía por todo su cuerpo pensó en todo lo que le estaba pasando, y como iba a salir de todo sus problemas.

Después que se dio un baño se acostó se colocó en el centro de la ancha cama y cerró los ojos, pero a pesar de estar cansada, no podía dormir, estaba intranquila y más porque sabía que estaba bajo el mismo techo del hombre que le robaba sus sueños, eso y los demás problemas le impedía relajarse, comenzó a hacer respiraciones pausadas y profundas, para tratar de conciliar el sueño, ella sabía que no le iba a funcionar pero hacía el intento; no quería amanecer demacrada y hojerosa.

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