Soy el Guardian

-¿dónde encontramos al yeti?-, pregunta Noric mientras camina por la nieve.

-el yeti vive en la cima de la montaña, allí tienen su cueva-, contesta la liebre.

El elfo se detiene, el hada y el mamífero lo observan mientras este pregunta -pero si el Yeti vive en la sima y el sabio está mucho más abajo de la montaña, ¿no podría simplemente correr y correr hasta alejarse de la nieve?-.

La liebre se pone serio, lo observa a los ojos y contesta -el poder del Yeti es incalculable… de un salto puede llegar hasta los pies de la montaña sin problema, con un grito puede causar un alud, y con sus brazos, si quisiera, podría partirla en dos…-.

Notic se petrifica, la mira a Nidra y pregunta -¿Realmente necesitamos al sabio?, No podríamos… nose… ¿Buscar el árbol nosotros?-.

-no… necesitamos al sabio por sobre todos los demás… tenemos que buscar la manera de frenar al yeti mientras él escapa-, contesta el hada.

-podemos usar esto!-, exclamó la liebre a unos metros de ellos. 

Nidra se acerca y contempla un gigantesco agujero en la tierra en el cual no se observaba el fin, solo una eterna oscuridad.

-¿esto lo podría matar?-, preguntó el elfo.

-no creo-, contestó la liebre y sigue -pero sí que lo detendrá un tiempo-.

-muy bien… vamos por el Yeti y hagamos que caiga-, dice Nidra y sigue camino.

 Unos cuantos metros montaña arriba se topan con una enorme entrada de cueva, y en su interior la oscuridad erizaba los pelos del mamífero.

-¿es acá?-, pregunta Noric.

-sí… es la cueva del yeti-, contestó la liebre. 

Noric lo mira y dice -¿Alguna idea de cómo sacarlo de ahí?-.

La liebre observa la entrada y con duda exclama -no se me ocurre na…-, en ese momento se aprecia como una roca ingresa a la cueva y se estrella contra alguna pared de su interior.

Noric mira a Nidra quien levanta otra piedra del suelo y repite la acción, luego observa a la liebre, con quien cruza las miradas y con un gesto de aprobación también comienzan a aventar rocas. 

Luego de algunas cuantas pedradas, agotados, se detienen, -creo que no se encuentra en casa-, dice Noric.

Nidra mira al mamífero y le pregunta -¿Otro lugar donde lo podamos encontrar?-.

La liebre se torna pensante, cuando de repente, de la oscuridad de la cueva se asoma el Yeti. En su rostro se admiraba la furia, sus ojos hinchados y rojos lo suponían enojado, exhalaba aire congelante, mientras que su pelaje, que cubria la totalidad del enorme cuerpo, brillaba como diamante bajo el sol. -¿Quién tiró las rocas?-, pregunta el Yeti con su voz grave.

-fue el elfo-, contesta Nidra y señala a Noric. 

Este se sorprende, la mira aterrado mientras exclama -¿Qué estás haciendo Nidra?-, luego gira hacia la liebre, quien posaba su dedo delator también sobre él, y vuelve al yeti con sus palpitaciones al máximo.

-estás muerto elfo…-, exclama el Yeti mientras se prepara para la persecución. 

 La enorme bestia muestra sus mortíferas garras, y sonríe con sus afilados dientes, luego comienza a correr hacia Noric. Este se da la vuelta y corre en dirección opuesta. 

-llévalo al pozo!-, grita el hada y corre a la par. 

El Yeti se posa al alcance del elfo y se prepara para dar un zarpazo, pero es interrumpido por bolas de nieve que le arrojaban el hada y la liebre, entonces, Noric aprovecha para seguir corriendo. 

Llega hasta el espeluznante pozo y se da la vuelta enfrentando la temible bestia que se aproximaba intimidante a su posición. El elfo abre sus brazos, como esperando la arremetida, pero prepara sus piernas para dar el salto de su vida. 

El Yeti llegó, y con toda sus fuerzas se abalanzó sobre él, pero Noric salto a un costado justo a tiempo, dejando así, que la bestia caiga por el agujero. 

Nidra llega a la posición de Noric y pregunta -¿Estás bien?-.

-sí..-, contestó el elfo agitado.

-esto fue sencillo-, acota la liebre mientras se acerca a ellos. 

Pero en ese momento, las garras mortíferas del Yeti, emergen del pozo y se insertan en la nieve, luego su cabeza comienza a ascender trayendo con ella su cuerpo lleno de furia. Se para de frente a ellos, los observa nervioso, Nidra y Noric se levantan y lentamente se echan para atrás. La bestia salta junto a Nidra y le propina un golpe con su mano del revés, estrellándola contra las rocas, la liebre se abalanza con todas sus fuerzas, pero el Yeti lee sus movimientos y lo toma de una pata, lo estampa contra el suelo y lo arroja lejos, luego, la bestia, gira hacia el elfo, quien se encuentra inmóvil, con sus piernas temblando, este lo agarra de un brazo, y comienza a arrastrarlo hacia el pozo. Se posa sobre una orilla, el elfo intenta zafarse, pero es inútil, la bestia es demasiado fuerte. Lo eleva por sobre la oscuridad, lo mantiene suspendido sobre ella. 

-¿Quieres conocer la profundidad del pozo elfo?-, dice el Yeti, mientras Noric, lucha por liberarse. 

 La liebre observa la escena, se pone de pie ante ello, medita cada instante, las pupilas tiemblan, se mojan, luego cierra los ojos y se transporta a su niñez, allí su madre, su familia…

Se encuentra en el suelo, joven, con una de sus patas lastimada, se lamenta y llora, -Oh, mi amor… ¿Qué sueño perseguías esta vez?-, pregunta su madre.

La pequeña liebre la observa en llanto y contesta -quiero ser alguien ma… quiero que todo el bosque me conozca, conozca mis hazañas… mi nombre…-

La madre acaricia su rostro, le sonríe y acota -y lo lograrás, hijo mío, sé que lo harás…-, luego observa su pie raspado y sigue -solo trata de que no te conozcan por ser la liebre con los pies más lastimados-, le hace algunas cosquillas, que generan carcajadas en él, y continua, -los actos de amor, de valor, de coraje…  Son los que nos hacen diferente, los que nos distinguen de los demás… el día en el cual tengas la oportunidad de llevar a cabo un acto que sea reconocido, ese día mi querida liebrecilla, será cuando el mundo conozca tu nombre-.

La liebre abre sus ojos, el Yeti está a punto de tirar a Noric al pozo, entonces, aprieta los puños de sus patas delanteras, los aprieta con todas sus fuerzas, y comienza a correr hacia ellos. Da un salto y se aferra a la cabeza de la bestia, luego, con sus pequeñas, pero afiladas uñas, rasga el ojo izquierdo del yeti, este grita de dolor y se da la vuelta, suelta a Noric a orillas del pozo e intenta sacarse de encima a la liebre mientras desfila por los bordes del abismo. Noric, rápidamente, levanta a Nidra y juntos observan como la liebre se aferra a la cabeza del Yeti e intenta hacerlo caer. 

-empujen la bestia!, Háganlo!-, gritaba.

-no… caerías con él-, exclama Noric.

-vamos!, Es la única oportunidad que tendremos-, grita el mamífero.

El elfo y el hada se miran, como decididos, luego comienzan a correr y embisten el estómago del Yeti, esto ocasiona que la bestia se resbale en las orillas y caiga al pozo. 

La liebre los observa a los ojos, decidido, en su mirada se aprecia la tristeza, pero también la convicción de que su acto sería recordado, entonces, mientras cae, dice -Me llamo Rosso y soy el Guardian del Sabio-. 

 La liebre y el Yeti caen por el pozo hacia la oscuridad. 

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Comments

Veronica Cruz

Veronica Cruz

pobre 😞, tuvo que sacrificar su vida 🥺,

2024-01-23

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