(Punto de vista de John Ashford):
Sucedió un quince de noviembre de 2019, Estados Unidos estaba en operaciones militares secretas tratando de incentivar las llamas de una guerra que se originaria entre el propio Estados Unidos e Irak. Ante la avanzada ocultada por los medios hegemónicos, el Reino Unido convocó a una reunión secreta entre los altos mandos, yo pude asistir y varios otros distinguidos expertos debido a que luego iban a hablar sobre un agente patógeno artificial, es decir, crear un virus para utilizarlo en algún enemigo que amanaza con la "supervivencia y soberanía de Reino Unido".
La reunión comenzó mencionando sobre que le llegó un mensaje directo del ex presidente de Estados Unidos, Anderson Turner, diciendo que quieren su ayuda para mantener la opacidad del asunto y que esto no perjudique los intereses mutuos de ambos países. EE.UU. se iba a encargar de movilizar al mejor soldado dentro de sus filas, alguien a quien es apodado como: "Khulham". Se dice que este hombre es capaz de destruir un tanque sólo, que es el más experimentado en el campo de batalla y con un sentido del fluyó que puede tomar una batalla muy por encima de la media; alguien que puede amenazar con la sobrevivencia de cualquier presidente del mundo si se lo ordena hacer el trabajo de un asesino.
La batalla que se vivió en Irak y todo por ese hombre que aterrorizó incluso a los altos mandos de Reino Unido, fue completamente un caos y un río de sangre que salía de los cuerpos desmembrados. Esto es una batalla. Vive o muere.
Un treinta y uno de diciembre los manifestadores y ciudadanos de Irak atacaron la embajada estadounidense con molotovs y la quemaron hasta las cenizas, esto respondiendo a lo que ocurrió hace dos días, donde el ejército estadounidense movilizó un escuadrón de aviones que bombardearon una ciudad completa provocando la muerte de cientos de personas.
Estados Unidos contraatacó en el aeropuerto de aquel país asesinando a las dos personas más importantes del ejército iraquí: su Gran General y su General, ambos que estaban a punto de abordar un avión con destino a lugar desconocido, pero se dice que viajarían a Washigton. A partir de esto varios rumores salieron: se comentaba que Khulham fue quien los asesinó y a todo su pelotón que los acompañaba, quienes estaban muy fuerte armados y entrenados en combate cuerpo a cuerpo; o que los iraquíes son quienes se suicidaron para fomentar un resentimiento masivo hacia el imperio norteamericano, aunque este rumor no tiene sentido.
Lo único cierto, es que días después de que este suceso conmocionará a Irak, el gobierno de ese país advirtió que se iba a vengar. Nadie sabe cuando será, pero parece que una inminente guerra se acerca entre dos potencias en armas nucleares.
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John Ashford estaba inmerso en sus pensamientos tratando de recordar lo que se vivió a finales de aquel año, sin prestar atención al continuo llamado del presidente de los Estados Unidos.
"¡Sr. Ashford!", exclamó el presidente para que deje de estar en las nubes. Viendo que no atendía a su llamado, gritó con más vehemencia: "¡¡Sr. Ashford!!".
Este feroz grito despabilo al físico matemático que se inmutó, reaccionando sorprendido por ese repentino alarido que lo hizo dar un breve susto. Ya mirando a su entorno, observando como todos lo miraban con una expresión preocupada, entendió lo que ocurrió y dijo:
"Lo siento, me perdí en mis pensamientos un momento...".
El presidente estaba cauteloso porque sospecha que él miraba de más al hombre que se había ido hace instantes, sin embargo decidió hacerse el desentendido y prosiguió como si nada. Cambiando su gesto a uno más sonriente, apuntó con sus brazos hacia el sillón de enfrente y comentó: "Por favor, siéntese allí. Así comenzaremos con la reunión".
El presidente, Mack Tarrow, era una persona de una gran capacidad para gobernar, seguro y apasionado hacía su trabajo; él se preocupaba por su población como pocos, incluso era una persona que premeditaba una palabra o acción antes de decirla. De cabello corto y negro, y ojos marrones oscuros, junto a una vestimenta de traje que viste cualquier presidente dentro de su franja horaria de labor.
John Ashford se sentó en aquel sillón junto al directivo del CDC, le siguió el presidente que se sentó en el otro asiento, mientras que la otra directiva del CDC no tuvo otra que sentarse al lado del mismísimo gobernante de Estados Unidos.
"¡Ahh~! ¡Estoy sentada al lado del presidente! ¡¿Porque mi corazón late tan rapido?!", gritó emocionada en su mente.
Solamente Melany Davis quedaba parada en la sala junto a la puerta que se encuentra cerrada. El mandamás se percató de esto y le dijo a su secretaria, con una mirada seria y penetrante: "Melany, creo que es mejor si te fueras".
"Como ordene, Sr. Presidente", respondió la secretaria y procedió a retirarse de la habitación.
La sala luego de esto se quedó en un inquietante silencio, nadie decía nada y esto consternaba a los directivos que se escuchaba nítidamente el sonido gutural cuando se traga saliva. El presidente suspiró y levantó su mirada deteniéndose en la figura del físico matemático, serio, fatigado y preocupado se lo veía, explayandolo en palabras:
"Espero que puedas ayudarnos, Sr. Ashford, con la peste 'Stray'".
John Ashford aunque le habían comentado muy superficialmente el tema, no sabía en profundidad que exactamente tenía que hacer y como eran las características de esta peste. Pensativo llevando su mano a su mentón y acomodando su pierna izquierda, colocándola doblada por encima de la derecha, dijo con la compostura que se necesita:
"Se un poco sobre la situación actual, pero necesitó que me digan en detalle a quien me tengo que enfrentar. ¿Es realmente una peste?"
Mack Tarrow giró su cabeza a la derecha donde está la directiva del CDC, ella le devolvió la mirada al presidente y ahí comprendió lo que quiso decir; levantó levemente su anteojos trasparentes de color negro en los bordes, y comentó:
"La situación actual es caótica y horrenda. Tenemos a día de hoy casi seis mil casos de infectados y mil muertos, una cifra que enternece a la población. Los síntomas de la peste son: escalofríos, hiperpirexia, alucinaciones, locura, vulnerabilidad física y mental, trastornos en la práctica del sueño y la personalidad, y, por último, migraña. En cuanto a la enfermedad en sí, puede fusionarse y generar diversas variables del mismo, es como si fuera un virus. Y tiene una posibilidad de muerte de noventa por ciento"
John Ashford miró al suelo mientras meditaba la situación, manteniendo la postura, al cabo de unos segundos subió la mirada y miró a la directiva, diciéndole:
"¿Saben en que lugar apareció y qué pasó con los primeros infectados?"
La directiva del CDC se detuvo atónita a la pregunta del físico matemático y también estudioso de la medicina, hasta que recobró memoria de donde tenía todo registrado. Sacó de su bolsillo su celular que contenía un archivo de todos los datos, análisis y un texto de lo sucedido con los pacientes; se le entregó al experimentado hombre, agregando ella con palabras:
"Ahí como verá, están todo lo que aconteció en las fechas registradas y cómo fueron sus muertes. La peste 'Stray' es la primera enfermedad misteriosa a la que nos enfrentamos".
John Ashford estuvo leyendo detenidamente el archivo durante varios minutos, mientras tanto la sala estaba en silencio esperando la respuesta del científico. Al terminar de leer todo el archivo digital, él suspiró y dijo gesticulando con sus manos:
"Se me ocurren dos opciones por las cuales está peste apareció en la bebida alcohólica: primero, algún empleado o exportador del producto le inyectó mediante una jeringa la peste a la bebida y así fue consumida. O la segunda sería que la misma empresa mintió en que la bebida está en proporciones saludables para las personas como dice el expediente aquí"
Mack Tarrow se enojó por estas palabras, apretando el puño. No obstante, se trató de calmar para esperar la repuesta de los directivos del CDC quienes ya habían anteriormente visitado a la empresa para hacer los correspondientes procedimientos.
"¡Pero Sr. Ashford nosotros hicimos la exploración y registramos toda la empresa, entrevistamos a los ejecutivos y a todos los empleados pero ninguno arrojó ningún indicio de que se haya usado cualquier sustancia no permitida en el código alimentario! ¡Es imposible que haya sido la empresa!", contestó la directiva del CDC exaltada por las opciones que tiró a la mesa el científico.
John Ashford analizó la frase que dijo la directiva a la vez que acariciaba hacia abajo su barba, respondiendo levantando uno de sus dedos:
"¿Entonces la primera opción es la verdadera?"
"Me temo que no, Sr. Ashford. Los exportadores ya los hemos investigado y ninguno introduzco sustancias ilegales al producto...", argumentó la mujer para cerrar cualquiera de las dos posibilidades que lanzó el hombre.
El físico matemático no tuvo ya de otra que tirar una posibilidad que no le agradaba, pero que era la más lógica contemplando la situación.
"Puede haber una tercera opción...", dijo ya más sombrío en su expresión.
"¡¿Una tercera opción?!", exclamó el presidente anonadado por esta nueva posibilidad que surgió.
"Si... aunque no me gusta está opción porque es más astral, fuera de la lógica y sentido común, pero creo que no hay otra opción factible", empezó diciendo el científico un poco molesto por lo que estaba por decir. "Al final sería cómo piensan los creyentes. Lo que se podría enlazar con lo sucedido en Argentina. Se que puede sonar muy sorprendente viniendo de un científico, sin embargo en verdad que no encuentro otra opción", concluyó.
La sorpresa, como era de esperarse, no tardó en aparecer en las boquiabiertas expresiones de los presentes. Los directivos del CDC se miraban entre sí cuestionando al hombre si en verdad se merecía todo el prestigio que ha conseguido, mientras que Mack Tarrow miró al suelo reflexionando seriamente la última opción que veía factible el físico matemático.
El presidente luego de pensar en ello, miró con unos ojos penetrantes y le dijo: "¿Hablas de aquella 'sombra' que se vio en todos lados hace unos años y que advirtió a la humanidad? ¿Crees que eso es posible?"
John Ashford tragó saliva cuando vio esos intimidantes ojos marrones y dijo:
"Si, lo creo posible. Puede que lo que llegue a ser ese ente ejecutó su amenaza y ahora nos enfrentamos las consecuencias. ¿No están de acuerdo observando un poco las cifras de desapariciones en los últimos años?"
El silencio se hizo presente otra vez en esta sala después de unas palabras verdaderamente ciertas y bien argumentadas.
Mack Tarrow no tuvo otro pensamiento que tomar como confiable la opción de su invitado. Él entornando más relajada su cara, soltó aire de su boca y dijo colocando sus dos brazos por encina de sus rodillas y entrelazando sus dedos:
"Bien. Ya que hemos llegado hasta aquí, te diré porque fuiste invitado a la Casa Blanca"
"¿Cuál fue el propósito por la cual fui invitado aquí?", preguntó John Ashford con ligeras sospechas de que seria.
"Para buscar una cura", clamó el presidente notándose su desesperación en este asunto que lo extorsionaba psicológicamente.
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