Capitulo 16

Valentina:

Había estado desde una semana intentando comunicarme al móvil de Daemon pero la llamada no entraba. Si tan solo tuviera el numero de Beida, pero tampoco nunca me preocupe por aprendérmelo.

Tenía todo mi plan ya armado. Tenía que hacer una gran estrategia.

Nana: Toma mi niña.

Valentina: Gracias nana. No sabes como extraño a Clara.

Nana: Lo sé mi amor. Sé que Clara donde quiera que este en la parte del enorme cielo, siempre te cuidara. Tu padre Valerio siempre ha sido una persona mala.

Valentina: Tengo que volver. No me importa como pero tengo que volver donde pertenezco.

El auricular de mi nana sonó.

Nana: Diga… Ohhh claro ahora se la paso. Es santos, el hombre de Naim.

Llamada:

- Hola Santos.

- Señora Valentina, ya tengo a todos los hombres listos.

- De acuerdo.

- ¿Cómo la ultima vez?

- Si, Como la ultima vez.

- Le llevo el auto.

- Gracias.

Me recosté en el respaldo. Solté un gran respiro. Mi nana se sentó a mi lado.

Nana: Sabes, durante mucho siempre admiré tu fortaleza y valor de mujer. Que te hayan hecho un aborto por esas personas, no te hace menos mujer. Al contrario, fuiste victima por parte de ellos. Muchas veces creemos que nos tenemos la culpa por las cosas que nos pasan por nuestra culpa. Lo que te hicieron no tiene nombre. Sé que tu esposo desde el cielo también te cuida.

Valentina: si. Tenía la esperanza de dar con alguien quien tuviera su móvil, pero al parecer nadie contesta. El de Beida no me lo sé.

Nana: Tengo todo el dinero que Clarita tenía guardado por si lo necesitas.

Asentí con la cabeza. Todo ya estaba armado. Me levanté despidiéndome de ella. Le dejé un beso en su frente. Tenía que dirigirme al club de Naim donde todos me estarían esperando.

Salí tomando las cosas que iba a necesitar.

Valentina: Nana, si logra comunicarse con este número dígale quien fuera que tengo listo para llevar a casa lo que les pertenece.

Sonreí levantando mi mano en signo de adiós. Me subí al auto que le agradecía a esos buenos hombres que no lo hayan reportado como robado.

Encendí el auto acelerando.

Le agradecía a mi nana de no culparme por la muerte de Clara, ella mejor que nadie sabía lo que la quería y lo importante que siempre fue su amistad para conmigo. Sonreí sabiendo que realmente, aunque nos hayan vencido en esta primera batalla, podía buscar muchos aliados para cobrar la vida de cada uno de mis seres queridos en especial de bebé que me arrebataron la ilusión de ser madre. Mis lagrimas rodaron, las aparté.

Estaba llegando al club de Naim, esto igual era de agradecer. Tenía dado ordenes estrictas en caso que le llegara a pasar algo yo siempre sería su jefa… Me agradaba la idea, no tanto por lo que haríamos más bien por el simple hecho de saber que contaba con cada uno de ellos. Me bajé del auto donde me recibieron como todas las veces que estuve viniendo aquí para preparar las armas y los trajes que íbamos a necesitar.

Entré y todos me saludaban con mucho respeto.

- Señora.

- Señora.

- Señora

- Bienvenida señora.

Entré a la oficina de Naim, me tenían listo todo, avancé para pasar donde tenía todo su dinero y las armas dispuestas. Esta vez no serían muchos como la primera vez, ya que los demás estaban con ordenes mías para ir para otro equipo.

Santos: ¿Cómo la ultima vez?

Valentina: Como la ultima vez.

Sonreí al recordar cuando habíamos ido a la mansión de Valerio haciendo volar. Luego a la villa de los Italianos para el cargamento que también nos pertenecía. Solo a mi se me podía ocurrir esta nueva iniciativa.

Cada uno se empezó a preparar, las armas que necesitaríamos, los metían en las bolsas negras, iban a y venían. Este tipo de adrenalina es la que me hacía falta.

Santos me entregó el intercomunicador. Me lo puse.

Valentina: Probando, probando 1, 2 3…. Probando.

Me entregó las balas con los censores.

Santos: Esta son los censores de la nitroglicerina y este del trinitrotolueno.

Valentina: Vaya, me encantó este nuevo diseño.

Abrí el cajón donde había creado un arma especial junto con unas balas que de igual manera tuve mucha ayuda por parte de ellos.

Santos: Ultravioleta, nitrato de plata.

Sonreí. La ultima vez que había hablado con Dimitri le dije que quería ese tipo de armas y mientras estábamos que si hacia las secciones de la nitroglicerina y que siempre que no por mi embarazo, me dio una lista e instrucciones para poder creerlas.

Santos: ESTAMOS LISTOS SEÑORA.

Valentina: ANDANDO….

Salimos todos en la parte de atrás. Todos estaban esperándome, formaron un camino a la cual pasé mirando a cada uno de los que estaban y me acompañarían haciendo un equipo.

(Escuchen- Ocean Princess, Thomas Bergensen)

Valentina: Les agradezco que todos me esten apoyando sin Naim. Él fue un excelente amigo y compañero que me apoyó en todo momento. Quería acabar con los Ingleses que durante mucho tiempo nos hicieron daños, a unos más que a otros. Quizá en este momento ustedes tengan muchas dudas, les pido que en verdad me apoyen en esto. Que nuestras metas sean para todos. Les juro que cada uno tendrá su recompensa. No duden de mi palabra. HOY ESTAMOS AQUÍ PARA DAR UN PASO MÁS Y UN GOLPE QUE SÉ QUE EN SUS MEMORIAS DE LOS INGLESES SABEN QUE LES QUEDARA MARCADO POR MUCHO TIEMPO Y PARA TODA SU MUGRE VIDA.

Todos asintieron con la cabeza, no había ninguno que no quisiera participar en este encuentro que tendríamos ante los ingleses.

Valentina: ¿Quién ESTA CONMIGO?

Todos: YOOOOOO…

Sonreí a sintiéndome muy confianda en cada uno.

Valentina: ANDANDO….

Santos se acercó a mi, me miró rodeándome con sus brazos con tanta fuerza.

Santos: CREEMOS EN TI, NAIM CREIA EN TI.

Mis ojos se llenaron de lagrimas. Me entregó una pastilla a la cual sonreí recordando cuando Daemon me entregaba una cada que teníamos una gran misión. Sin dudar me la tragué. Todos hacían lo mismo.

Cada uno empezó a subir a las camionetas y yo me subí al auto de Naim, recordando cuando él manejó este el día de nuestro atraco con los ingleses.

De nuevo iba obtener algo que nos pertenecía a los Italianos. Me subí al auto. Ajusté el intercomunicador. Acomodé los asientos, los espejos, me fijaba por ambos lados de poder tener toda la visión posible. Encendí el auto.

Valentina: Por ti Daemon, Naim, Clara. Por ti hijo mío que no lograste abrir tus hermosos ojos.

Aceleré haciendo rechinar las llantas pisé el acelerador a todo lo que daba, sonreí imaginándome a todo el equipo que venía detrás de mi, levanté mi mirada, imaginándome ver a Daemon, a Beida, Clara, Naim, Guido, Joss, Dimitri. Sabía que todos estaban en este momento conmigo. Me la jugaría una vez más.

Mis lagrimas empezaron a caer, era un recuerdo que solo yo podía entender, sabía que la llamada era una esperanza que todos estuvieran con vida.

Valentina: EQUIPO DOS. ¿Cómo VA TODO?

Hombre: Esperando a que lleguen los ingleses.

Hombre 2: Van saliendo de la mansión.

Hombre 3: Quedaron un pocos de hombres de seguridad.

Valentina: NO SE LES OLVIDE POR NADA DEL MUNDO DEJEN A NADIE CON VIDA DENTRO DE LA MANSION.

Hace 3 meses que no sabía nada de los Italianos, ni siquiera había tenido comunicación con mi padre, por más que intentaba las operadoras siempre terminaban colgándome. Negué con la cabeza cuando me puse a discutir con una de ella.

Dos meses desde había escapada de las garras de los Ingleses, durante este tiempo, me esforcé en crear nuevas armas, nuevas balas, nuevos químicos que sabía que podía acabar con ellos. Reuní a los mejores hombres de Naim para llevar a cabo este atraco. Durante mucho tiempo una persona se dedicó a entrar con los Ingleses para que tuviera la confianza y crear un cargamento que a ellos le estaba interesando. Son armas nucleares, claro eso les hemos hecho creer, nos pagaron millones de euros por esas armas.

Uno de los chicos les presento la atrocidad y la devastación que hacían, ellos muy felices contactaron a un tal Ken, que fue quien pagó para tener ese cargamento. Así que les iba a pagar con la misma moneda de lo que le hicieron a Daemon cuando vi su cuerpo volar con la explosión que tuvieron.

Ahora iban a entregar el contenedor en el punto de encuentro que tardarían más de dos horas en llegar. Mi equipo en ese lugar ya estaba, con el cargamento y justamente todo listo para que no haya ninguna duda de que tendrían su pedido.

Valentina: Que fácil caen los ingleses. No les queda mucho tiempo. Cuando este con mi padre. Seré quien acabe con todos ustedes.

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Renata

Santos

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