CLUB DE LECTURA

HACE 17 AÑOS

Había comenzado el último de bachillerato para Frida, era una alumna brillante, con las mejores

calificaciones, lo que la había hecho acreedora de una beca completa, eso incluía que podía acceder a los cursos y talleres extraescolares, acudir a

eventos en representación del Colegio e incluso, no tenía límite en el préstamo de libros en la biblioteca.

Sus compañeros le llamaban “Cerebrito” ya que siempre se la pasaba estudiando y no iba a fiestas, es más, ni siquiera se le conocía alguna amiga, todo el tiempo estaba sola y casi no hablaba con nadie fuera del salón de clase.

En el ambiente familiar, era una chica reservada y tímida. No tenía a alguien con quien hablar, varias veces intentó acercarse con su madre para contarle sobre cómo le había ido en el día, de cómo se sentía, pero ella siempre estaba al pendiente de su papá, se preocupaba por brindarle atención, tener lista la comida cuando

el llegara y dejarle la TV para que viera sus programas favoritos, siempre sentada junto a él sin que este siquiera, le dirigiera la palabra.

En varias ocasiones Frida le mostró a su madre sus calificaciones, ella solo le decía “es tu obligación para eso paga tu papá una fortuna en tu educación”.

Con su padre la relación era aún peor. Desde niña, cualquier disgusto que le causara era

suficiente para recibir una buena tunda, su cuerpo estaba lleno de cicatrices que trataba siempre de ocultar a los demás usando ropa larga, por eso prefería no estar cerca de sus compañeros ni entablar amistades, para no tener que dar

explicaciones.

Todo el tiempo le recriminaba que “gracias a él” ella y su madre tenían casa y comida, y gracias

a que él era “un alma muy caritativa” ella acudía a la mejor escuela de la ciudad, no sin antes, decirle que cuando terminara sus estudios, le debía pagar

todo lo que había gastado en ella.

A Frida le dolía darse cuenta que su madre no era capaz de defenderla cuando su padre le pegaba, ella simplemente hacía caso omiso, se encerraba en su habitación y después de un rato salía y continuaba su rutina como si nada. Se ensordecía, enmudecía y se cegaba a propósito.

Finalmente, Frida entendió que ella era un cero a la izquierda en esa casa, pero no tenía el

valor para irse de allí. No tenía ahorros ni algún lugar a donde ir, no tenía abuelos, tíos o amigos. Así que aprendió a quedarse callada y a esperar a

cumplir la mayoría de edad, y por fin podría ir a donde quisiera sin que nadie le dijera algo.

Solo faltaba un año para cumplir los 18.

Solo debía esperar un año.

Mientras tenía quebseguirse esforzando para conservar su beca durante la Universidad.

Faltaban tres meses para concluir el semestre, y mientras todos estaban como locos en la biblioteca estudiando para tratar de aprender lo que no aprendieron desde el inicio del ciclo escolar, Frida iba tres veces por semana al Club de Lectura, era uno de los pocos espacios donde se sentía libre y feliz porque nadie la juzgaba y

podía ser ella.

Fue en ese lugar donde lo vio por primera vez, ese día, cinco personas se habían incorporado al grupo, entre ellos, El, Mauricio. Desde que lo vio no pudo dejar de mirarlo: tenía unos ojos grises preciosos y una sonrisa devastadora que formaba dos hoyuelos. Cuando lo escuchaba leer en voz alta era un caos emocional, Mauricio tenía la voz más sexy que Frida había escuchado. Podía quedarse horas observándolo hablar y expresar

sus opiniones sobre el libro que había leído y mientras lo hacía, su corazón comenzaba a latir con insistencia.

Un día, cuando Frida estaba exponiendo su lectura, fue elogiada por sus compañeros y todos la llenaron de felicitaciones y vítores, a pesar de que ella era el centro de atención, se pudo percatar de que un par de ojos la observaban tímidamente, esto la puso nerviosa. Mauricio nunca la había mirado antes.

Al concluir la sesión del Club, Frida tomó sus cosas y se dirigió a la salida, comenzó a caminar hacia

la parada del autobús, y alguien seguía sus pasos. Al darse cuenta, ella volteó y allí quedó, anonadada frente a Él. Finalmente, el joven habló.

-Hola -dijo tímidamente- Frida, ¿verdad?

-Si, yo soy Frida -contestó sorprendida-

* Yo soy Mauricio -estiró la mano para estrechar la suya- disculpa si te asusté somos compañeros

en el Club de Lectura.

-Claro, te he visto y te he escuchado, tus análisis son muy interesantes.

-¿Te puedo invitar un refresco o un jugo? Me gustaría platicar contigo, de libros claro, si tú

quieres.

Frida accedió y caminaron hacia la cafetería.

-¿Qué te gustaría tomar? -preguntó Mauricio mientras dejaba sus mochila en la silla.

-Un jugo verde, muchas gracias.

Mientras el se acercaba a pedir las bebidas, ella intentaba tranquilizarse, estaba muy nerviosa, ¡la voz sexy le había hablado! Con esa voz quien pensaría que tenía solo 15 años. Frida no podía creer que un chico menor ocasionara ese torbellino de emociones.

-Aquí está tu jugo -dijo, poniéndolo en la mesa-

Comenzaron a hablar de un sinfín de temas, películas, autores de libros, música. Al platicar

con ella, Mauricio se dio cuenta de que tenían mucho en común. Desde ese día, comenzaron

una amistad, para Frida era algo nuevo y en muchos casos no sabía cómo actuar, nunca

había tenido un amigo de verdad. Decidió que se dejaría llevar.

Al salir de las extraescolares se sentaban a platicar y cuando no coincidían, sabían dónde encontrarse.

Misma hora, mismo lugar. La cafetería, 16:00 hrs.

Ese era su espacio vital, la relación no salía del aula y de la cafetería, en algún momento se llegaron a ver de lejos en los pasillos del colegio o en la biblioteca ya que Mauricio todavía estudiaba el cuarto semestre, pero jamás interactuaron.

A veces se sentaban al pie de un árbol y escuchaban música, compartían los audífonos,

miraban al horizonte mientras cantaban:

Tengo el ritmo y tu

Tienes todo lo demás

Me enloqueces creo que me

Empiezo a enamorar

Solo espero que mi amor

Te pueda contagiar

Y así comenzar

Bailando cantando

Enloqueceme ie ie ie ie

Uh baby no puedo esconderlo

Siento en todo el cuerpo

La locura de tu amor

Uh baby se metió en mi pecho

Arde como el fuego

La locura de tu amor[8]

Era el presagio de una gran historia de amor.

[8]Canción “Enloquéceme” OV7, “Punto”, 2020.

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Comments

enith yojana garcia martinez

enith yojana garcia martinez

Afortunadamente el padre de mis hijos es excelente, de lo contrario ya lo hubiera jodido donde le haga daño a ellos.

2025-02-23

1

Eyvi M Muñoz Correa

Eyvi M Muñoz Correa

😍

2025-01-25

0

María del Rosario Rincón Basto

María del Rosario Rincón Basto

pienso que ese no es el Padre, la mamá lo defiende mucho y no lo encara. entre el supuesto padre de la chica y el padre del chico, se confabularon para estropear la vida de ellos dos. (pienso que es así,)
Hay un señor que le agrada la compañía o conversación con la chica y de seguro ese es su padre.....

2024-06-23

7

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