HACE 16 AÑOS
El Centro Santa Teresa es un lugar que proporciona atención a las madres adolescentes en riesgo por abandono, abuso, violencia familiar, de padres con adicciones, padres en reclusión o que padecen alguna enfermedad que les impida hacerse cargo de su atención.
En su mayoría son menores de edad y permanecen de manera obligatoria hasta que ellas cumplían los 21 años, mientras se encuentran en el Centro, concluyen sus estudios básicos y aprenden un oficio que les permita salir adelante con sus hijos.
La vieja casona de inicios del siglo XX, estaba construida con madera, yeso, piedra caliza y
vidrio, había sido el hogar de decenas de jovencitas desde la inauguración del Santa Teresa en 1930.
La Directora del lugar, Rosario Herrera, era una mujer de unos 40 años, dulce y comprensiva, pero
fuerte y enérgica en las situaciones cruciales. Ella se encargaba de manera personal de recibir a las nuevas residentes y explicarles el reglamento y las normas a seguir. Ese día, 7 de abril, no fue la excepción, ese día debía recibir a una chica de 17 años que había permanecido en el hospital en estado crítico por dos meses, debido a una golpiza recibida presuntamente en un asalto. Tenía 22 semanas de embarazo y a pesar de lo sucedido, de manera milagrosa no se había afectado al bebé. Sus familiares no habían podido ser localizados, ya que había ingresado sin identificación alguna, tampoco tenía a la mano un móvil para localizar un número a quien notificar. Una persona no identificada la había abandonado en Urgencias, sin embargo, había dejado dinero suficiente para que se le atendiera.
¿Qué habría pasado con esta chica? ¿Por qué sus familiares no habían sido localizados? ¿Qué pasó con el padre del bebé?
El único dato que se sabía era su nombre: Frida Belmont.
-Directora, ya llegó la nueva chica. La hago pasar. -Informó Elsa, la secretaria.
Rosario vio entrar a una jovencita extremadamente delgada, demacrada y muy desconcertada, se le notaba su embarazo.
-Adelante Frida, pasa, toma asiento por favor.
La chica se sentó, mantenía su mirada hacia abajo.
-Buenos días Frida, mi nombre es Rosario Herrera y soy la Directora de este Centro, te doy la bienvenida, ¿sabes por qué estás aquí?
Frida se mantenía con la mirada abajo, sin embargo, en voz baja contestó:
-Porque estoy embarazada y no tengo a donde ir, una Trabajadora Social me dijo que me iban a traer aquí.
- ¿Qué más te dijo?
-Solo eso, señora.
-Muy bien, te explico que aquí atendemos a madres adolescentes que no tienen hogar, les damos estudios y un oficio y les ayudamos a cuidar a sus hijos. Pero primero que nada, para poderte apoyar necesito que me hables de ti, Frida, debo saber cómo llegaste aquí.
Frida seguía con la mirada hacia el piso y comenzó a llorar.
-Estar embarazada a tu edad no es un pecado ni un delito, pequeña. Aquí podemos apoyarte. Pero
necesito de tu cooperación y que me digas quién eres.
- “Pequeña”, así me decía Él -pensó Frida- No sabía por qué, pero esa mujer le inspiraba mucha
confianza, y sin saber cómo, comenzó a hablar.
-Yo no tengo a donde ir, mi papá me corrió de la casa cuando supo que yo estaba embarazada, y mi mamá no lo impidió. A ninguno de los dos les importo, por favor, recíbame, no tengo a donde ir.
- ¿Y el padre de tu hijo? ¿Él sabe de tu embarazo?
- No. Cuando supe que estaba en embarazo le llamé muchas veces, lo busqué en la escuela y no lo encontré, de repente dejó de ir al Club de Literatura, lo fui a buscar a su casa, pero me dijeron que no me podían dar información de él y un guardia me sacó a empujones, ya no supe de mi novio, parece que se lo tragó la tierra.
Frida parecía más calmada, incluso miraba a los ojos a la Directora.
- ¿Un guardia?
-Si señora, su familia es de dinero.
- Me dijeron que alguien te llevó al hospital y dejó una considerable suma para que te atendieran ¿Quién es esa persona?
- No lo sé, señora, yo…. no sé como sucedió. -me miraba nerviosa-
-El informe médico indica que cuando te ingresaron tenías varios golpes y que llegaste inconsciente, estuviste en coma poco más de un mes. ¿Quién te golpeó, Frida?
-Me asaltaron, señora, -contestó Frida, volteando la mirada-.
Rosario sabía que ella no le estaba diciendo la verdad, era ilógico pensar que los atacantes la hubieran llevado al hospital y más ilógico, que hubieran dejado dinero para su atención. Decidió no presionarla y dejar que la Psicóloga del lugar se hiciera cargo posteriormente.
-Muy bien Frida, te voy a mostrar las instalaciones y te voy a llevar a la habitación. Este será tu hogar y el de tu hijo hasta que cumplas 21 años.
- ¿Quiere decir que me acepta, señora?, ¡Muchas gracias ¡ -el rostro de Frida se iluminó, de pronto, se acercó a tomar la mano de Rosario, iba a ponerse de rodillas cuando ella la detuvo-.
-Jamás, escúchame, jamás te hinques ante nadie, no tienes que agradecerme nada, es mi trabajo y lo hago con mucho amor, pero también me voy a encargar de que seas una mujer independiente y aprendas a cuidarte tú y a tu hijo. Se que en este momento te sientes confundida, triste y abandonada, pero debes recordar que ahora hay
alguien que necesita de toda tu fuerza y valentía y que en estos momentos depende de ti al cien por ciento. Entiendes eso, ¿verdad?
-Si señora, lo entiendo.
-¡Por favor! ¡Ya no me digas señora! Simplemente puedes decirme Rosario. Se acercó a Frida y le dio un abrazo, no sabía porque, pero esa chica le inspiraba una ternura infinita. -Vamos a que conozcas a tus compañeras-
Salieron de la pequeña oficina, Rosario comenzó con el recorrido y Frida iba tras ella, le mostró la estancia, el cuarto de oficios, los consultorios, las aulas, la cocina, el jardín y finalmente la llevó a las habitaciones de las residentes, llegaron a una habitación amplia donde había dos literas y dos cunas, así como un ropero que era compartido, además de un pequeño baño.
Frida observó que había dos chicas, quienes la miraban con curiosidad, una de ellas tenía un bebé en brazos, además había un niño de unos tres años.
-¡Hola chicas! ¿cómo están? -dijo la Directora -Ambas se acercaron para darle un abrazo-, ¿Cómo están los pequeños?, el niño corrió a abrazarla también, traía un cuaderno en las manos.
-¡Muy bien! -contestó el pequeño, mostrándole su cuaderno- mira el dibujo que hice.
-¡Es muy bonito!, lo vamos a poner en la galería de la semana -repuso Rosario-
Ellas son Lillian y Verónica serán tus compañeras durante tu estancia aquí. -comentó, dirigiéndose
a Frida.
-Hola -dijo tímidamente-
-Las dejo para que platiquen y se vayan conociendo. -Rosario dio la vuelta y salió de la habitación. Frida permanecía de pie en la entrada-.
-Pasa mujer! No te quedes ahí parada, -dijo Verónica con una sonrisa tomándola de la mano, invitándola a sentarse- Yo me llamo Verónica Díaz, tengo 19 años y estudio para ser Estilista, también se hacer masajes y también estoy aprendiendo a poner uñas. Estoy a tus ordenes cuando quieras -dijo Verónica mientras guiñaba el ojo-. Diego, saluda. -El pequeño se escondía detrás de su mamá.
-Yo me llamo Diego y tengo 4 años. -El pequeño se acercó tímidamente a Frida y le dio un gran abrazo, ella se agachó para corresponderle.
Después se acercó la otra chica, un poco más seria, pero amable.
-Mucho gusto, yo soy Lillian Aguilar, pero puedes decirme Lili, yo tengo 18 años y estoy terminando
el bachillerato, esta es mi hija, se llama Lily, tiene 6 meses de edad.
-Gracias por recibirme, yo soy Frida Belmont, tengo 17 años, estaba estudiando también el bachillerato. Espero llevarme bien con ustedes.
-Ni lo dudes, mujer! De inmediato se nota que eres una buena persona y al igual que nosotras si estás
aquí es porque tu familia te cerró las puertas. -Expresó Lillian.
-Yo no sé qué decirles, ustedes no me conocen y ya me tratan con amistad, de verdad, muchas gracias -dijo Frida, sus lágrimas comenzaban a asomarse-
-¡No se diga más! ¡Bienvenida! -dijo Verónica mientras aplaudía entusiasmada. Diego, siguiendo a su madre, comenzó a aplaudir también.
-A partir de hoy seremos las tres, siempre, somos como Las Chicas Superpoderosas. -mencionó Lily-
Las tres chocaron sus manos.
Era el inicio de una gran familia
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Comments
Norma Trujillo
esos centros, que yo sepa en mi país no existen
2024-12-29
2
Graciela Mauchiere
mmba.. no se de q pais sos pero aca hay y tratan muy mal a las chicas
2024-10-07
2
mmba
en TODOS los paises deberían haber centros asi de ayuda y preparación para estas madres adolescentes es una realidad triste que el embarazo precoz es una enfermedad perjudica al BB a la madre y su futuro el brindarle ayuda y estudios esa es una buena manera tratar de que se superen lo más que puedan
2024-04-15
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