Un reencuentro inesperado

Al día siguiente, muy temprano, Sanguinario se dirigió al pueblo para pedir indicaciones sobre cómo llegar a la casa de Lilibeth. Se acercó a un puesto de frutas y le preguntó al señor del puesto:

- Buenos días, ¿usted sabe cómo puedo llegar a la casa de la señorita Lilibeth?

- Sí, claro, todos conocemos a Lilibeth desde que era pequeña. Vive a las afueras del pueblo. Solo debe seguir ese sendero de flores rojas. Al terminar el sendero, se encontrará con un pequeño estanque. Al pasar el estanque, estará un camino lleno de árboles y, al final del camino, estará una pequeña casa hecha de piedra con muchas flores alrededor.

- Gracias por su ayuda.

Después de las indicaciones del señor, Sanguinario se dirigió al sendero de flores, el cual tenía cientos de flores rojas con un aroma extraordinario. Al terminar el sendero, se encontró con el pequeño estanque y, al rodear el estanque, estaba el camino lleno de árboles, el cual recorrió sin dificultades, tal como le había dicho el señor. Al final se veía una casa pequeña de piedras llena de flores en sus alrededores. Al llegar a la casa estaba preparado para todo lo que se enfrentaría para poder raptar a Lilibeth. Al llegar, tocó la puerta "Tock, Tock", como se imaginaba, pasó desapercibido por su aspecto.

- ¿Puedo ayudarle, señor?

- Estoy buscando a Lilibeth.

- Sí, soy yo. ¿Para qué soy buena?

- ¿Puedo hablar contigo un momento?

- Sí, claro. Pase.

Nunca pensó que sería así de fácil engañarla, pero tenía que estar seguro de que también estaba el príncipe Esteban en el lugar, ya que sería más fácil para él llevarse a los dos, pero nunca contó con lo que le esperaba.

- Ahora sí, soy toda oídos. ¿De qué quiere hablar conmigo?

En eso, bajó Celín y se acercó a ellos para ver quién era el visitante, lo cual le tomó como sorpresa a Sanguinario. Nunca imaginó lo que sus ojos estaban viendo.

- ¡Celín!

- Sí, soy Celín. ¿Me conoce?

- Sí, hace mucho nos conocimos.

- No lo recuerdo. No se me hace cara conocida.

"Quizá me vea diferente con el paso de los años. ¿Eres la madre de Lilibeth?" - preguntó.

"Sí, ella es mi hija".

Lo que estaba viendo y escuchando cambió todo. No podía hacer daño a la hija del amor de su vida. Habían pasado muchos años, pero su amada seguía igual de hermosa como la recordaba. De repente, comenzó a llorar, y su rostro duro y frío desapareció. Sus piernas no pudieron contener su cuerpo y cayó al suelo, desconsolado. Esto dejó a Celín y a Lilibeth intrigadas. ¿Por qué ese hombre decía conocer a Celín y por qué estaba llorando y conmocionado? Se miraron mutuamente, tratando de obtener respuestas a sus preguntas una vez que se calmara.

"¿Quiere un poco de agua?"

"Sí, por favor. Y un pañuelo".

"Enseguida se los traigo, señor. Mientras tanto, madre, llévelo a sentarse un poco".

"Sígame por aquí, señor. Tome asiento".

Sanguinario creía que estaba soñando. Creía que su mente le estaba jugando una mala pasada. Estaba en estado de shock y no sabía qué hacer. Todo su cuerpo se había paralizado y su mente lo llevó a recordar todo lo que había pasado con Celín en sus años de juventud.

***Este trabajo esta bajo contratado con NovelToon y la piratería, como la reimpresión sin permiso, están estrictamente prohibidas.***

***¡Descarga NovelToon para disfrutar de una mejor experiencia de lectura!***