Una unión por amor

Después de ir al pueblo, Celín le dijo a Uriel todo lo que necesitaban.

- Necesitamos varias cosas y hice una lista para que sea más fácil comprar todo lo necesario. Estas son las cosas que debes conseguir tú, Uriel.

- Sí, señora Celín.

- Celín vio la mirada triste de Uriel y sabía lo que le pasaba.

- Uriel, sé que para ti es muy difícil hacer todos estos preparativos. Sé el inmenso amor que sientes por mi hija y aún por encima de tu propio amor, le estás entregando a la mujer que amas a otro y eso habla muy bien de ti.

- Sé muy bien que su felicidad no es al lado mío, sino al de él, así que la voy a apoyar en lo que sea necesario para que ella sea feliz.

- Gracias.

Cada uno tomó su camino en el pueblo para ir por cada una de las cosas de la lista. Celín se dirigió a una herbolaria para conseguir las plantas que necesitaba para el ritual. De ahí se dirigió a una tienda de ropa para ir por un vestido para su hija. Uriel fue al mercado por unas piedras que se necesitan para el ritual y también por unos polvos mágicos. Al terminar de reunir todo lo necesario, se vieron en la salida del pueblo para dirigirse a un lago sagrado que había en Cora, donde sería perfecto llevar a cabo todo el ritual. Al llegar, se dispusieron a organizar todo para que fuera perfecto. Colocaron un círculo de flores de colores variados: había rosas rojas, lirios amarillos, ortensias blancas, alcatraces blancos y margaritas moradas. También colocaron en el centro del círculo una cruz de cuarzos energéticos de color rojo. Celín preparó una infusión de té con algunas hierbas que había comprado y las sirvió en unas copas, colocándolas en un pequeño altar al frente del lago. Uriel se encargó de colocar el arco con algunas ramas del árbol de la unión, donde colocó algunas piedras y flores para equilibrar el ritual. Al estar todo preparado, se dirigieron a la casa para terminar de preparar a Esteban y a Lilibeth. Al llegar, cada uno se dirigió a apoyarlos para vestirse. Uriel ayudaría a Esteban y le explicaría un poco la tradición para que supiera qué hacer en ella, mientras que Celín ayudaría a vestir a su hija.

Uriel toca la puerta del cuarto (Toc Toc).

Soy Uriel, vengo a ayudarte.

Adelante, pasa.

Primero te explicaré un poco el ritual. Al llegar, debes quitarte los zapatos y entrar en el círculo de flores. Luego, debes colocarte hincado en un extremo de la cruz de piedras. Por último, les harán un corte en las muñecas y las unirán con un listón. Al final, deben sellar su promesa con un trago de un té de infusión que estará delante de ustedes en una copa.

¿Solo eso?

En el momento en que se termine el juramento, los poderes de Lilibeth se activarán.

¿Poderes?

Sí, nuestros poderes se activan al momento de unir nuestra vida con la persona que eligió nuestro corazón. Como tú no eres hada, no tendrás poderes, pero igual debes ser respetado por nuestro pueblo como uno de nosotros.

Muy bien.

Celín, al llegar a su casa, subió al cuarto de Lilibeth con un hermoso vestido de encajes blancos y detalles verdes esmeralda, como el color de sus ojos. Era en cuello V con mangas colgadas a los hombros, entallado de la parte de arriba y largo en corte A. Era perfecto, como había imaginado que sería el vestido para su pequeña hija. Al llegar, toca la puerta (Toc Toc).

Adelante, puede pasar.

Hola, mi pequeña. Vengo a ayudarte a vestirte. Traje tu vestido, espero que te guste.

Gracias, ¡es hermoso!

Lilibeth había quedado fascinada con su vestido. Nunca había imaginado que sería así de perfecto. De la emoción, empezaron a rodar unas pequeñas lágrimas y fue a abrazar a Celín, quien al verla así de emocionada no pudo aguantar más y sus lágrimas también empezaron a salir.

Mi niña, nunca creí que llegaría a vivir este día contigo. Siempre quiero lo mejor para ti. Siempre voy a estar para cuando me necesites.

Te estoy muy agradecida por todo lo que has hecho por mi madre. Gracias por estar siempre conmigo. Te amo.

Yo también te amo, mi niña. Ahora sí, vamos, que es hora de ponerte tu vestido.

Sí, madre.

Celín comenzó a preparar todo para colocarle el vestido a Lilibeth. Al terminar de colocarlo, quedó impactada. Su pequeña ya había florecido y se había convertido en una bella señorita, lo que le dio un poco de nostalgia, ya que no sería más una niña.

Después de estar listos, Esteban y Uriel se dirigieron al lago para esperar a que llegaran Lilibeth y Celín.

"Mi niña, ya es hora de irnos. Nos deben estar esperando. Solo tengo algo que darte antes de irnos. Este dije me lo dio a guardar tu padre. Debería dártelo el día que te unieras a tu pareja".

"¡Es bellísimo! No te imaginas lo mucho que extraño a mi padre y lo mucho que hace falta en estos momentos, pero con este dije lo siento muy cerca de mí. Gracias".

"Lo sé, mi pequeña. A mí también me hace falta".

Sin más, se dirigieron al lago. Al llegar, Uriel y Esteban se quedaron boca abierta al ver a Lilibeth, quien se veía hermosa y radiante con su vestido que hacía juego con sus ojos y su cabello color miel brillaba como nunca. Era perfecta ante los ojos de Esteban, quien nunca imaginó que esa mujer sería su esposa. Para él, lo era todo.

"Como ya saben, es hora de comenzar el ritual. Yo seré quien los guíe muy cerca de nuestros ancestros para sellar esta unión. Así que, como ya te había explicado Uriel, Esteban, toma tu lugar donde te corresponde".

"Sí, está bien".

"Lilibeth, haz la danza para comenzar el ritual".

"Sí, madre".

"Tú, Uriel, empieza a tocar el tambor y ya sabes lo que prosigue".

"Así será".

Sin más, Uriel comenzó la melodía del tambor y Lilibeth comenzó la danza al ritmo de la melodía del tambor. Alrededor del círculo de flores, aplaudía y giraba sin parar, danzando sobre sus puntas de pies. Era una danza mágica que dejó sin palabras a Esteban, quien simplemente la veía perfecta.

Al terminar la danza, Lilibeth entró al círculo de flores y tomó su lugar en un extremo de la cruz de piedras. Al estar cada uno en su lugar, Celín les dijo:

"Pueden hincarse".

Así como ella lo pidió, los dos se hincaron. Después, Uriel le pasó a Celín la daga con la que haría el corte para la unión de sangre y el listón con el cual los uniría. Ella tomó la daga y dijo:

"Esta será la unión de la sangre que los volverá un solo ser y este listón será la fuerza que los mantendrá juntos hasta el final".

Después, bendice las copas que deberán tomar. Este es el don que les será otorgado por nuestros ancestros. Comenzaron a beber la infusión. Al terminar, Lilibeth empezó a irradiar una luz muy brillante, que hizo que se elevara un poco y comenzó a desplegar sus alas. Ahora los felicito porque ya son un solo ser. Bienvenidos a la familia Esteban. Gracias, Celín. Los felicito por su unión. A los dos, que sean muy felices. Gracias, Uriel. Al terminar el ritual, se dirigieron a su casa para celebrar con una comida que Celín les había preparado. Cenaron muy a gusto y Lilibeth les platicó todo lo que sintió al obtener sus dones.

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Comments

Cecilia Rodriguez Garcia

Cecilia Rodriguez Garcia

hermosa obra

2023-06-02

0

Carlos Cardenas

Carlos Cardenas

bello

2023-05-02

1

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