Una unión por amor parte 2

Después de terminar de cenar y estar platicando por horas, se despidieron de Uriel. Lilibeth le dio un abrazo y un beso en la mejilla y le agradeció todo lo que había hecho por ella.

"Gracias por todo tu apoyo, sin ti todo esto no hubiera sido posible", dijo Lilibeth.

"No tienes nada que agradecer, lo hago con mucho cariño. Me retiro", respondió Uriel.

Uriel se fue de la casa y Celín los felicitó por su unión.

"Los felicito por su unión. Espero de todo corazón que sean muy felices siempre. Bienvenido Esteban a la familia, desde hoy eres un hijo para mí", dijo Celín.

De lo sentimental que se puso Celín, sus lágrimas comenzaron a rodar.

"¿Por qué lloras? ¿Qué te pasa?", preguntó Lilibeth.

"No te asustes, solo estoy sentimental. Es que mi pequeña ya floreció y ya va a comenzar su vuelo sola sin mí", respondió Celín.

"No señora Celín, no diga eso. Su hija no comenzará a volar sola. Aquí estaremos los dos para usted. Somos una familia. Yo también la veo como una madre", dijo Esteban.

"Gracias hijo", respondió Celín.

Abrazó a Lilibeth y Celín, les dijo que desde ahora eran una familia.

"Ya les tengo preparada su recámara. Yo los dejo para que descansen. Buenas noches hasta mañana", dijo Esteban.

"Gracias por todo madre. Buenas noches, descansa", respondió Lilibeth.

Después de que Celín se retiró a descansar, Lilibeth y Esteban se dirigieron a su recámara para estar un poco más en privacidad. Esteban tomó en los brazos a Lilibeth y le dio un dulce beso. La llevó cargando hasta la recámara y al llegar a la puerta la abrió y le dijo: "Bienvenida mi amor a nuestra nueva vida juntos", lo que enterneció a Lilibeth al grado de sonrojarla. Ella lo abrazó más fuerte y le dijo: "Claro que sí mi vida", y le dio un beso cálido y a la vez apasionado, lo que hizo que Esteban se encendiera y avivara la pasión que había guardado todo este tiempo. La llevó a la cama y la depositó suavemente y él se colocó encima de ella, lo cual hizo a Lilibeth ponerse un poco nerviosa ya que nunca había estado con un hombre antes.

"¿Estás lista? Si no quieres, puedo esperar", preguntó Esteban.

"No te detengas, continúa", respondió Lilibeth.

Después de oír las palabras de Lilibeth, Esteban dio rienda suelta a sus instintos y comenzó a besarla suavemente los labios y a la vez apasionado, dando un poco de mordiscos, lo cual le sacó uno que otro gemido a Lilibeth, lo que hacía que Esteban se sonrojara cada vez más. Así fue bajando sus besos por el cuello y sus manos se iban deslizando cada vez más para tocar cada rincón sin explorar de su amada, lo que hacía que se estuviera volviendo cada vez un poco más salvaje. Sus instintos animales se estaban desbordando y ya no podía contenerse en penetrar a su amada y reclamarla como suya. En un momento a otro se volvieron uno, lo que hizo estremecerse a Lilibeth ya que no imaginaba lo que era sentirse amada y a la vez deseada. Para ella era la experiencia más bella que dos personas que se aman podían hacer para demostrar lo mucho que se aman. Así estuvieron varias horas hasta que por fin terminaron su acto de amor, saciados y cansados, lo que los hizo dormirse enseguida. Se durmieron abrazados contemplando sus rostros sin decir alguna palabra, ya que las palabras no eran necesarias para decirse lo mucho que se aman.

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