Una confesión

Al volver en sí, Sanguinario se quedó observando a Celín. Era tan bella que no podía creer haber vuelto a cruzar caminos con la única mujer a la cual había amado desde hace años. Ella le había robado el corazón y nunca había vuelto a amar, ya que él no perdía las esperanzas de volver a coincidir con ella y que esta vez, pudiera corresponderle.

-Me tiene intrigada, ¿de dónde me conoces?

-Hace muchos años nos conocimos en el bosque de la desesperación, cuando no había división de la frontera entre los humanos y las hadas.

-¿En serio? No lo recuerdo, no te me haces cara conocida.

-Prometes no asustarte y te contaré toda la verdad.

-Me estás preocupando, pero está bien, te lo prometo.

En eso, entró Lilibeth con el vaso de agua para Sanguinario y los interrumpió.

-Aquí está el agua, puede beberla para que se tranquilice un poco.

-Gracias, eres muy amable.

-El señor está a punto de confesarme algo, ¿Mi hija se puede quedar a oírlo?

-Sí, por supuesto, en parte también es algo que tiene que ver con ella.

Al escuchar sus palabras, se quedaron muy intrigadas ¿qué cosa era tan importante que tenía que ver con ellas?

-Bueno, no les daré más rodeos, es momento de hablar con la verdad, solo antes tengo que pedirles una disculpa. Yo no sabía quiénes eran, solo que este es mi trabajo. En realidad, no soy un hada.

-¡¿Qué?! exclamaron las dos al mismo tiempo, no podían creer por qué aquel hombre decía esas cosas si antes sus ojos era un hada.

-Sí, tranquilas y se las explicaré. Mi nombre es Rodolfo, alias el Sanguinario. Soy un humano que se gana la vida haciendo trabajos sucios. Me enviaron a buscar al príncipe Esteban y a Lilibeth, el hada que le robó el amor a la señorita Nerina.

-¿Entonces, has venido a matarme?

-Esa era mi misión, pero después de saber que eres hija del amor de mi vida, Celín, nunca podría dañarte, porque con eso estaría dañando a tu madre.

-Eres Rodolfo, aquel joven que conocí en el bosque de la desesperación.

-Sí, soy yo.

¿Qué pasó contigo? ¿Por qué desapareciste? Supe que te comprometiste y no quise ser un estorbo, por eso desaparecí. Aparte, no podía resistir verte en los brazos de otro hombre. Pero eras mi mejor amigo y yo siempre te quise mucho, no de la manera que tú querías, pero eras importante para mí y me dolió mucho no saber nada de ti. Ahora sé que fue un error desaparecer de esa manera, pero era muy joven y no tenía mucha experiencia en cosas del corazón, así que decidí huir. Bueno, lo importante es que estás de vuelta.

Celín tomó de la mano a Sanguinario, lo abrazó y le dio un beso tierno en la mejilla.

"¿Quién lo mandó a buscarnos?"

"Nerina, la ex prometida del Príncipe Esteban, está dispuesta a terminar contigo para cobrarse el desplante del Príncipe. Le guarda mucho rencor y quiere darle donde más le duela".

No puedo imaginar tanto odio hacia mi persona si yo no me metí entre ellos.

"Además, tiene el apoyo incondicional del Rey Azael. Le ha dado recursos para hacer, por cualquier medio, que el Príncipe regrese al reino".

Esto lo debe saber Esteban. Ahora, más que nunca, nos debemos proteger. Si se da cuenta de que yo no la ayudaré, enviará a alguien más a terminar el trabajo. Pero cuentas conmigo para ayudarte y protegerte. No dejaré que nadie los dañe.

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