17- La Boda

Hoy es el día en que todo acaba, la vida que conocía ya no está, no me siento feliz.El día está nublado como nublado está mí alma. Ruby me acompaña y me ayuda a vestir, no soy la típica novia Feliz ilusionada de unir su vida ante la persona que ama, porque no la amo, ni la conozco, tantas cosas me contó Ruby de él, mujeriego empedernido, un narcisista, solo ama su persona, no le interesa nadie más, y para completar su salud no es buena, como todo lo que le rodea, aveces la vida no es justa le brinda belleza y riqueza a quien no lo merece.

Un chófer llego para llevarme, mis tíos van por su lado. Llegamos a una capilla retirada de la ciudad, quieren que sea lo más privado posible, que la prensa no esté.

Bajo de la limosina, el chófer me acompaña al interior de la capilla, está delicadamente adornada con rosas blancas. Me acomodo adelante, aún no está el novio. Al rato llegan mis tíos y mí amiga se sientan en el centro. Estoy parada impaciente, porque se tarda, el pastor está en su sitio esperando a que se presente el novio. Si antes estaba nerviosa , peor aún. En eso veo que le hacen señas al pastor. Y se acomoda en su lugar. Se ve que llegó el dichoso novio. Estoy de espaldas a la puerta no veo quien ingresa.

Siento que se para a mí lado. No levanto la mirada solo estoy esperando mí sentencia.

El pastor inicia con la ceremonia. Da el típico discurso, al cual no presto atencion por estar sumergida en mis pensamientos. Hasta que llega el momento en que debemos responder la típica repuesta y nos hacen parar frente a frente. A reganadientes tuve que levantar la mirada...Pero al ver al que tengo en frente siento que todos mis latidos se aceleran, pero como es posible, no lo podía creer, es una broma, hay algún camarógrafo escondido, para después gritar es una joda para TVM. Lo miro y él me mira y se lo ve tan guapo con el traje, no muestra expresión alguna, esta cerio, escucha lo que el pastor le decía que diga y desliza el anillo en mí dedo. Luego hago lo mismo siguiendo las indicaciones del pastor y le deslizo el anillo en su dedo. Me brindo un beso delicado en la comisura de la boca.

Terminada la ceremonia nos retiramos, voy prendida de su brazo y nos subimos en la limosina. Una ves que estamos lejos dirigiendonos a nuestro destino que ni sé dónde es. Lo miro con intensidad, no dice nada. Y en un momento hace que se levante un vidrio oscuro entre el chófer y nosotros.

- ¿Como estás? Me pregunta por fin.

- Dime tu. ¿qué significa esto?

- En su momento te lo diré cuando estemos solos.

-¿ Porqué no ahora?

- No corresponde, y me hace gesto que pueden escuchar, por haber micrófonos.

- Por lo que inclino en mí asiento y observo el paisaje.

Al llegar es una hermosa casa retirada de la ciudad, no muy grande, tiene una delicado entrada con vidrios decorativos en la puerta al ingresar el muy lindo y adornado, el centro del salón llama mí atención un pequeño jardín sobre el cual el techo es de vidrio y se puede abrir, que lindo y original pienso. Me guía con un gesto a la habitación que es arriba, posee una enorme cama en el centro con un ventanal que da a una terraza. Cuando estamos en el interior suspiro y lo miro.

- Me puede explicar ahora ¿qué significa tu aparición?

- No te alegra verme.

- Deja que se me pase el shock de la impresión. Y ríe por mí ocurencia.

- Vi la oportunidad y la tomé.

Me dijo al final.

- Y no me mencionaste nada.

- No quería que se escapé informacion.

Se levantó y puso una música suave.

- Me vas a disculpar pero estoy cansado, deja que duerma unos minutos y después salimos a cenar.

Yael con su vestido pomposo, se lo quita y se va a una pequeña alberca que vio y se tira a nadar.

Relajándose completamente tratando de dar un orden a lo que sucedia. Me siento cansada me sumerjo y salgo a la superficie encontrándome con el de frente.

-¿ Porqué no me lo dijiste?

- No lo considere en ese momento. Siempre estaba de regreso por algún negocio que me costaba enfocarme de nuevo. Y tú apareces brindándome esa energía positiva, como enviada por los propios dioses. Que me dejaba llevar por tu paz.

- No me dices nada en concreto y hoy no tengo la cabeza para armar nuevas ideas. Por lo que me desvincula en si de decir nada por ser tu esposa bella.

Nadamos juntos un buen rato contemplando como el sol saluda a lo lejos.

Me voy al dormitorio y el me sigue. -No tengo muchas ganas. Le digo en tono serio.

- No te preocupes no haré nada que te dañe.

Es lo menos que se puede hacer .

Vamos a cambiarnos.

Es una buena idea.

ingresamos a la habitación. había otra más allí que resultó ser el placar había hasta el techo ropa y calzados tanto para hombres como para mujeres.

Miro cada prenda y me fijo en los espejos, hasta que elijo una prenda. Él al rato llega y le doy su espacio. Me parece todo una ilusión aún no caigo por lo que acaba de suceder. Tengo mucha preguntas y ninguna respuesta en concreto, igual le seguiré indagando. Después el sale todo cambiado y nos dirigimos a un restaurante pintoresco en el campo con patio de tierra adornado con flores, los bancos y las mesas son troncos o barriles grandes y chicos, suena una música agradable de fondo, en nuestra mesa hay champaña y una sesta llena de chocolate y bombones, y frutos rojos. Nos sentamos y contempló que la luna tímida se oculta entre las nubes y cada tanto sale a mirar. Ordenamos nuestra cena y postre y esperamos a que nos traigan.

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