12- Emilio Aybar

...Emilio Aybar...

Soy Emilio Aybar tengo 50 años, soy arquitecto, llevo en el negocio de Construcción hace más de 30 años, junto con mi hermano lo iniciamos, poseo el 30 por ciento de las acciones. Me metí en negocios con tipos que no aceptan deudas, me gusta apostar.Soy muy ambición, siempre quise más. Para saldar esas deudas quise quedarme con el total de las acciones de la empresa, otorgar una parte a mis acreedores y de este modo continuar con mi estilo de vida. Al incompetente que le encargue que se ocupe de que parezca un accidente lo que le vaya a pasar a mi hermano no se aseguro de que todos estén muertos, solo se fijó que suceda y se retiró, la única suerte es que mi hermano murió, mi sobrino no aparece el cuerpo, pero no creo que se halla salvado, lo que no contaba que la pendeja se salve, tiene flor de culo la pelotuda, ya antes trate de eliminarla y solo murió mi cuñada, pero debo ser precavido, no puedo hacer nada tan pronto o entrarán las sospechas.Con todo lo que está pasando se me pasó pagar impuestos de la empresa y ahora sí no cancelo esa deuda, harán auditoría y ahí saltará mis movimientos que realice desviando fondos, por lo que no me conviene. Por suerte el padre, de unos de mis acreedores, quiere casar a un hijo enfermo que tiene, si quiero pagar mi deuda, debo acceder a casar a mi sobrina con él hijo enfermo que tiene, me vino como anillo al dedo. Sacarla de mi casa me da la libertad de eliminarla sin sospechas, total estará supuestamente casada bajo el cuidado de su nueva familia, me río de lo bueno de mi plan. El viejo quiere un heredero para continuar el nombre de la familia, si si como no y correr el riesgo que siga viva la pendeja, que es dueña del 70 por ciento de las acciones de la empresa, no pienso repartir el pastel. Debo aprovechar lo manejable que es, insegura, una boluda total, por tener un problema auditivo nunca socializó, ni novio tiene, mejor no me podía salir mi plan. Le puse que si no se casaba perdía la casa y toda la empresa. Se pasó llorando, pero eso no me ablanda, solo me interesa obtener lo que me beneficie, por lo demás me tiene sin cuidado. Mi esposa no hace preguntas, le gusta su estilo de vida y cuando le dije que ya no tendríamos nada si no se casaba su sobrina me apoyo 100 por ciento y que su hijita perdería el privilegio de estudiar en ese instituto extranjero con mucha más razón no dudo en hablar con su sobrina.

Ya va ser hora de la reunión y no aparece, anoche salió con su amiga. Y ya son cerca de las 8 de la mañana, ni rastros de ella, espero no se le ocurra escapar, aunque no creo está pegada a lo poco que le quedó de su familia, ni idea tiene de los millones en su cuenta, que no puedo tocar, por más que quede como su tutor, mi hermano dejo claramente especificado en su testamento que cuando termine su carrera podrá ocupar su lugar en la empresa y al cumplir 20 años podra usar el dinero de la cuenta, únicamente en caso de fallecer pasaría a su familiar próximo que soy yo. Debo apresurar las cosas solo faltan menos de un año para que cumpla 20 años. Y por ser como una nerd le va bien en su carrera. Me gustaría que sea como cualquier adolescente, a este ritmo estará manejando la empresa en poco tiempo. Por fin aparece, me enfurece la poca personalidad que tiene, siempre mirando el piso como si se le perdió algo, camina medio agachada, si solo se enderezará al menos parecería agraciada, ni eso tiene. Le pregunto dónde estuvo y me dice que con sus amigos, que más da ya está acá. Le anuncio que tenemos la reunión, más boba no podría ser, se le olvidó, tragó la bronca y apretó los puños, no me conviene perder los estribos si quiero que todo resulte. "Espero que estés presentable" es lo que le anuncio al retirarse.

Estuve en mi oficina mucho tiempo tratando de solucionar los problemas, miro la hora debemos ir a la reunión. La envío a llamar, a mi sobrina para ir a cerrar el trato.

(...)

- Buenas tardes. Tengo una cita con el señor Asseph.

-Si como no, en un momento los anuncio. Tomen asiento. No indico la secretaria.

- Siéntate derecha Yael.

- Si, tío.

- Cuando entremos trata de mirar de frente al señor Asseph cuando se dirija a vos.

-Esta bien.

- Señor ya pueden pasar.

-Gracias.

- Buenas tardes señor Asseph. Y le extendió la mano. A Yael le pareció raro ver a su tío tan amable y cordial, claro como no lo va ser si es un negocio para él.- Le presento a mi sobrina ella es Yael.

-Es un gusto Yael. Si no le molesta quisiera hablar a solas con ella. Con usted ya trate lo que debíamos.

- Si, como no. -Estare acá afuera esperando. Dijo al retirarse mirándome de un modo como diciendo no metas la pata.

- Señorita Yael. ¿No le molesta que la llame así?.

-No, señor.

- Toma asiento. -Y se sentó.- Tengo una carpeta con tu historial, por lo que conviene me respondas con sinceridad.

Yael al escuchar esto levantó la mirada y lo miro directo a los ojos.

( Con razón que mi hijo se fijó en ella es una belleza, y por lo que noto educada)

- Si, señor.

- Bien. Tengo entendido que perdiste a tu madre en un accidente cuando tenías 12 años.

- Si así es. Suspiro Yael entrelazando sus dedos, se comenzaba a sentir ansiosa.

En un momento cuando le estaba haciendo la siguiente pregunta, comenzó a escucharse un sonido muy estruendoso que provenía de afuera. Y Yael ya no escuchaba lo que el señor le decía, bajo la cabeza y cerraba los ojos fuerte tratando de soportar aquel estruendo.

- Señorita ¿Se siente bien? Noto el señor Asseph el gesto.

- LA VENTANA. Logro decirle.

- A si, ya la cierro, están construyendo cerca, por eso el ruido. No se preocupe ya está.

¿Tiene algún problema auditivo?

( Mi tío me pidió que no dijera, pero el señor Asseph me dijo que tiene un informe completo sobre mi, por lo que no me conviene mentir)

-Si, señor.

- Si, ya lo sabía, después del accidente con tu madre se te presento. No es un problema.

Por lo que veo te va bien en tus estudios.

- Quisiera poder terminar la carrera.

- Por supuesto, el que te cases no será un impedimento a que termine tus estudios. Pero tendrás personal de seguridad privada contigo, no quiero que te pase nada.

-Esta bien, se lo agradezco

- Quieres un poco de agua, aún te veo incómoda.

- Lo siento, no tengo mis tapones, soy sensible a los sonidos fuertes. Y siento un zumbido.

- Comprendo, mira acá tengo unos auriculares, espero te sirvan. ¿Porque no traes puesto algo, si te molestan esos sonidos?

- Mi tío considero que sería mala educacion, tenerlos puestos.

- Entiendo, no te preocupes, pontelos.

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