16-La paz en tu mirar

Mi trabajo me demanda mucho tiempo, son pocos los momentos que cuento para descansar y siempre apareces tú en esos lapsos de tiempo, como si el destino nos juntara, como si el universo se pusiera de acuerdo y digan estos deben estar juntos. Sin ir más lejos, no creí verte hoy y volví a encontrar la paz en tu mirar.

- Jorge, no puedo definir, ni explicar lo que me haces sentir, pero es como tu lo dices algo fuera de este mundo hace que tú siempre estés ahí cuando siento que me perdí, que no encuentro la luz y al verte se que la esperanza puede existir.

- Yael, siempre me tendrás, puedes contar conmigo.

- Gracias, pero una ves que me case no podré verte, por más que no sienta nada por ese hombre que va a ser mi esposo, debo respetarlo aunque sea por el papel que firmemos. Pero tú siempre tendrás un lugar especial en mi.

- ¿Me reconocerías en la oscuridad?

-¿Porqué lo preguntas?

- Solo dime, ¿me reconocerías?

- Claro que sí, con solo escuchar tu respirar, se que eres tú.

Él se le abrazo más fuerte y pego su oído al de ella, en eso escucho una melodía de fondo, que su letra coincidía con el momento.

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HABLAME SUAVEMENTE

HAY ALGO EN TUS OJOS

NO AGACHES LA CABEZA POR TRISTEZA

Y ,POR FAVOR, NO LLORES

SE COMO TE SIENTES POR DENTRO

HE ESTADO AHI ANTES

ALGO ESTA CAMBIANDO DENTRO DE TI

Y NO LO SABES

NO LLORES ESTA NOCHE

TODAVIA TE AMO, NENA

NO LLORES ESTA NOCHE

HAY UN PARAISO ARRIBA DE TI, NENA

Y NO LLORES ESTA NOCHE.

DAME UN SUSURRO

Y DAME UNA SEÑAL

DAME UN BESO ANTES

DE QUE ME DIGAS ADIOS.

NO LO TOME TAN A PECHO

Y, POR FAVOR, NO LO TOMES TAN MAL

SEGUIRE PENSANDO EN TI

Y EN LOS MOMENTOS QUE TUVIMOS JUNTOS, NENA.

NO LLORES ESTA NOCHE

NO LLORES ESTA NOCHE

NO LLORES ESTA NOCHE

HAY UN PARAISO ARRIBA DE TI NENA

Y NO LLORES ESTA NOCHE

Y, POR FAVOR, RECUERDA

QUE NUNCA TE MENTI

Y, POR FAVOR, RECUERDA

COMO ME SENTI POR DENTRO CARIÑO.

TIENES QUE HACERLO A TU MANERA.

PERO TU ESTARAS BIEN, MI VIDA

TE SENTIRAS MEJOR MAÑANA

CUANDO LLEGUE LA LUZ

DE LA MAÑANA, NENA.

NO LLORES ESTA NOCHE

NO LLORES ESTA NOCHE

NO LLORES ESTÁ NOCHE

HAY UN PARAISO ARRIBA DE TI, NENA.

NO LLORES , NO LLORES NUNCA

NO LLORES ESTA NOCHE

NENA, TAL VEZ ALGUN DIA.

NO LLORES, NO LLORES NUNCA

NO LLORES ESTA NOCHE.

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- ¿Qué temas escuchas?. Le pregunto.

- NO LLORES de Dianita Rose.

- Suena bien, permíteme ponerlo en el alto parlante.

- Bueno.

- Al quitarle los auriculares, vio que eran como los que él tenía.- ¿Donde los conseguiste?

- El señor Assep me los dió.

- ¿Te reuniste con él?

- Si.

- Ok. Ahi está, lo ponemos en un tono no tan grave, como lo estabas escuchando.

El ambiente se envolvió con la música de fondo. Jorge se aproximó a Yael acariciando su rostro, se puso de cuclillas delante de ella que estaba sentada en la cama, toco sus labios con su dedo índice, Yael cerró los ojos sintiendo su rose suave, le tomo del mentón y la beso con suavidad. Cada caricia, cada beso que le brindaba Jorge hacia que el fuego en su interior comenzará a expandirse por todo su cuerpo, la recostó para contemplarla y continuar con su mera tarea de recorrerla con caricias y mimos. En esa cabaña parecía no existir el tiempo, el fuego de la chimenea fue alimentado por esas dos almas en llama, que se devorando en un frenesí sin pausa. Los sorprendió los rayos de sol entrando por la ventana. Jorge se levantó primero y preparo el desayuno, Yael parecía que nada la sacaría de su profundo sueño, pero un rico aroma a café y tostadas la despertaron, se levantó envuelta en sábanas, al verlo Jorge sonrío de lado mirándola con los ojos llenos de brillo, era una belleza sin igual, como una figura tallada por los propios dioses.

- Buenos días. Lo saludo.

- Buenos días. ¿Café?

- Si, por favor.

- ¿Dormiste bien? Pregunto con picardía, porque apenas durmieron como mucho tres horas.

- Si muy bien, lo dijo en un suspiro.

- Hay una piscina climatizada, si te gustaría nadamos un poco.

- Bueno tan solo que no tengo traje de baño.

-Yo tampoco, no necesitamos, estamos los dos nada más.

Ella se sonrojó, al escuchar su comentario. A la noche era una cosa, no había tanta luz, pero de día, le daba pena que él la viera. Jorge noto su expresión y entendió que le preocupaba.

- No debes sentir vergüenza, eres muy bella, pero si quieres no miro cuando ingreses a la piscina.

Yael tomo su café sin decir una sola palabra, no podía describir lo que sentía en ese momento, era una combinación de vergüenza, pena y vanidad por lo que él le dijo.

Desayunaron todo y Jorge al no obtener respuestas de ella se le aproximó, el tenía puesta una remera y un shorts, le tomo de la mano dándole un beso suave en los labios y la encaminó a la piscina, Yael sentía que le recorria un escalofrío, el se quitó su remera delante de ella y la guió para meterse en el agua dejando la sábana atrás, el agua estaba tibia, se sentía bien, la tomo de la cintura guiandola al centro de la piscina donde el agua la cubría hasta el pecho.

- ¿Así está mejor?. Le susurro en el oído.

Los latidos de Yael se aceleraron al 100 por ciento, el sintió como su cuerpo se estremecía y la abrazo a modo de protección, este gesto la calmo y sus manos lo envolvieron por la espalda.

-¿ Quieres sumergirte ? Le consulto a lo que ella asintió y los dos se fueron al fondo de la piscina, una pared de la piscina era de vidrio.

Era una vista espectacular de un lado se veía el interior de la cabaña y del otro el paisaje natural de árboles altos. Yael estába maravillada por ver todo aquello.

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