Habían llegado a un pequeño pueblo pintoresco, de esos que se veían en las películas clásicas o de cuentos de hadas. El suelo estaba cubierto por pequeñas piedras que hacían una especie de camino, las casas y tiendan eran pequeñas cabañas cubiertas de flores.
El olor a comida casera inundaba el lugar, se podía apreciar el aroma ha pan y ha pasteles recién horneado.
— Que bonito lugar — dice Tauro encantada al ver el sitio con tantas flores.
— Es un pequeño pueblo cerca del sello de Aries, creó que no encontramos por una parte de Europa. Ja, ja, ja pero yo sólo soy una estrella — dice el misterioso ser.
— ¿No causará alboroto si la ven de un color morado? — pregunta Virgo a la chica risueña.
— Nop, porque solamente ustedes me pueden ver — responde ella con una dulce sonrisa.
— Virgo — lo llama Leo que estaba delante de todos ellos, mirando el pueblo — ¿Tienes monedas de oro?
— ¿Me ves cara de banco o cómo? — pregunta el signo de Tierra mientras que se cómoda sus lentes — No tengo y no puedo usar mis poderes para beneficio propio.
Leo suspira y mira a Virgo con la paciencia que no tenía — Habla con la madre naturaleza, pídele ayuda para una colaboración. No es para nada malo, pero si me gustaría comprar comida nutritiva y por lo menos aquilar un cuarto para poder bañarme.
— ¡Yo también quiero un baño! — grita Libra acercándose a ellos — Estoy llena de sudor y la ropa ya se me está pegando al cuerpo de forma asquerosa, además que huele feo.
Virgo mira a sus amigos y después a Leo — Dame unos segundos.
Sin decir nada mas, se aleja de ellos y se va a un callejón solitario. Para hacer su magia y que nadie lo mirara.
Los demás signos lo esperan viendo algunas tiendas o saludando a las personas que pasaban por ahí, que se les quedaban mirando de forma extrañada.
Una de ellas se le acerca, era un señor bajito y regordete. Pero en su rostro mostraba amabilidad — ¿Están pedidos? ¿Los puedo ayudar en algo?
Leo con una sonrisa amable le responde — ¿Sabe donde podemos cambiar dinero? Es que somos extranjeros y estamos un poco perdido.
El señor asiente amablemente y señala una pequeña casa, que estaba junto a una relojería y una tienda de piñateria.
— Ese lugar es una casa de cambio, aceptan cualquier monedas y también joyas.
— Gracias — dice Leo con una sonrisa amable.
Ve como el señor se va para su tienda, que al parecer era una panadería. Cuando Virgo un tanto cansado llega a su lado.
— Sólo pude conseguir tres monedas de oro, ve que puedes hacer con ellas — dice el chico de cabello castaño y ojos verde entregándole las monedas.
Leo asiente con seriedad y se acerca a Géminis — Vamonos.
— ¿Yo? ¿Por qué o para qué? — pregunta Géminis que estaba al lado de Acuario y Libra — Que vaya Sagitario o Aries, no quiero ir contigo.
— No te estoy preguntando y de los 12, el más astuto eres tú. Así que para que nos cambie las monedas a un precio justo, tendrás que venir conmigo.
Leo no esperaba repuesta de Géminis y lo toma de la mano, para ir hacia donde le había señalado el amable señor hace unos minutos atrás.
Géminis de mala gana se deja guiar, pero mira enojado a sus amigas que se estaban burlando de él.
Cuando llegan, el chico del elemento aire y de ojos verde esmeralda se suelta de la mano de Leo de mala gana y se acerca al señor de la tienda.
— Buenas tardes, me gustaría hacer un cambio — dice el joven Géminis con una sonrisa.
El señor que tenía un monóculo en su ojo izquierdo, vestía como una especie de relojero antiguo de película y tenía un extenso bigote.
— Claro, ¿cuál es la moneda que desea cambiar? — pregunta el señor con cortesía y elegancia.
Leo se acerca y le entrega las monedas a Géminis.
El chico de cabellos blanco sonríe al señor mostrando las tres monedas de oro — En verdad son minerales, ¿cuánto me puede dar por estas tres monedas de oro?
El señor muy serio toma cada de una de las monedas para examinarla detalladamente, sonríe de forma cálida y le comenta — Son falsas, si quieren las puedo convertir en un lindo anillo para usted.
Géminis se ríe y señala a Leo — Este tipo de aquí, conoce al jefe de este pueblo. Si no quiere que nos quejemos con él, que muy amablemente te recomendó. Es mejor que nos de el precio verdadero de esas monedas.
— Dudo mucho que conozcan...
— Su nombre es Leonardo, tiene 57 años de edad, una esposa que ama mucho, tiene tres hijo y mañana es la boda de uno de sus retoños, si no quiere que llame al jefe que debe estar muy ocupado organizando la boda de su hija consentida. Es mejor que le haga caso a mí amigo.
El señor dejó su sonrisa amable y se puso nervioso — Tranquilo joven, no hay necesidad de eso. Ya le doy el total de las monedas.
— Y en efectivo, no queremos cheque — dice Géminis con una sonrisa, que mostraba todo menos felicidad.
El señor asiente y se mete en su trastienda, para poder buscar el dinero del intercambio.
— Ya nos quería robar este idiota — murmura Géminis de mal humor, luego mira con desconfianza a Leo — En verdad tus poderes para leer a las personas da miedo.
Leo sin tomarle importancia, miraba los relojes y las cosas de valor que tenía la tienda — No es a las personas, es su aura y ya me parecía extraño, que no pudiera ver el aura de Psicis. Odio cuando me ven la cara de estúpido.
— Es la única cara que tienes — dice Géminis casualmente, ganándose una mirada matadora por parte de Leo.
El chico aire, estaba seguro que si las miradas matarán. La de Leo ya se hubiera llevado unos cuantos muertos por encima, hasta Aries le tenía miedo a la mirada feroz del león.
— Aquí está el dinero joven, el cambio se hizo a Euros — comenta el señor un tanto nervioso y mirando a ambos chicos, entregándole un maletín elegante de cuero negro con el dinero adentro de el.
Géminis sonríe y abre el maletín que le dio el viejo, para comenzar a contar el dinero.
— Espero que nos duré en nuestra estadía — comenta Géminis a su compañero, ignorando la caras feas que le hacía el anciano.
— La que es buena administrando el dinero es Capricornio y no está con nosotros — comenta Leo mirando los billetes de Euro, era la primera vez que los veía en personas. Eran más grande que los dólares y algunos coloridos. Les parecía bonito.
Géminis después de asegurarse que todo fuera original y ninguna copia, cierra el maletín y se lo da a Leo.
— Espero que hayas aprendido algo de ella — comenta el chico, para después empezar a caminar y salir de esa tienda.
Leo mira el maletín y luego la salida, con un suspiro pesado comienza a seguir los pasos de Géminis.
"Un rey siempre llora lágrimas de sangre"
El chico de ojos azules detuvo sus pasos al escuchar esa frase, asustado sujeta bien el maletín y mira a su alrededor.
Pero no veía a nadie más , la tienda solo estaba él y el señor del cambio.
— ¿Pasa algo mocoso? — pregunta el señor extrañado por la actitud del joven.
El signo de fuego le da una sonrisa de que no pasa nada y se despide, para después salir de ese tenebroso lugar. Tal vez lo que había escuchando era su imaginación.
Al menos eso esperaba.
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