Los Signos Zodiacales
El fuego arrasaba con todo a su paso, era un fuego violento e inestable, como el de un incendio. Un chico de piel blanca y de cabello dorado se encontraba en el centro de todo ese incendio, sus ojos azules como los zafiros miraban a su alrededor.
Quería salir corriendo de todo ese mar en llamas, pero su cuerpo no respondía y sólo podía ver como todo se consumía en un mar rojo y furioso.
— ¿Por qué estas enojado? — pregunta a la nada o eso pensaría alguien que lo viera desde lejos, pero en realidad el chico se lo preguntaba a las llamas del fuego — ¿Por qué estás tan furioso? ¿Con quién estas enojado?
— El mundo es un caos — dice una voz omnipresente — Todo es un caos.
El joven sólo se quedó mirando el fuego, viendo como tomaba forma humanoide e iban por él, cuando su cuerpo estaba apunto de ser atrapado, sus ojos azules se abren, revelando qué sólo era un sueño.
Leonidas busca su teléfono debajo de la almohada y mira la hora en su teléfono 3:33 am, la hora de los muertos como diría su abuela.
El joven se levanta de la cama y pisa el suelo frío de su habitación, en comparación de su cuerpo y sueño, la habitación de su cuarto estaba en temperatura baja gracias al aire acondicionado.
El joven de 25 años se levanta y sale de la habitación, para ir a la cocina y tomar un vaso de agua, tratando de no hacer mucho ruido para no despertad a su abuela. Ellos dos eran las únicas personas que vivían en la casa, su mamá estaba por el mundo viajando por el extranjero y su padre había hecho su vida con otra familia, sólo sabía de él en fiesta especiales y que pagaba sus estudios universitarios.
Leonidas regresa a su cuarto y se acuesta en la cama, entre el trayecto de la cocina, el baño y perdidos en sus pensamientos, pasó media hora. En dos horas se tenía que levantar y prepararse para ir a la universidad, ya era el último semestre de la carrera y tenía que preparar todo para su presentación de trabajo.
En el fondo no sabía si había escogido bien la carrera y eso que era la segunda vez que estudiaba, con ese pensamiento se acuesta en la cama y mira la palma se su mano, observando la estrella en tenía en ella.
Por alguna extraña razón, sentía que su destino era más que unos simples papeles y carreras universitaria. Pero eso solamente era un sensación, porque su vida era tan aburrida como siempre.
Con ese simple pensamiento, se quedó otra vez dormido, esperando que su día cambiará con algo diferente, aunque en el fondo sabía que todo sería igual que siempre.
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— Mis cartas de esta semana dicen que tú destino cambiará — comenta una chica alegre de cabello rizado y rojizo, el cabello le llevaba hasta la parte baja de la cintura y siempre lucia
impecable, parecían que tenían rizos de princesa, su piel era morena y sus ojos eran de color café, vestía de forma casual, una falda larga hasta los tobillos, sandalias y un top pegado al cuerpo, pero sin mostrar escote exagerado, tenía varias pulseras en ambas muñecas y una tobillera con su signo astral en su tobillo derecho.
Leonidas miro a su mejor amiga Samantha, que siempre traía un aire de gitana y se río por lo bajo — Según las estrellas y mis sueños, estaré consumido por el fuego, aunque eso para ti significa transformación.
Samantha lo mira con un puchero en los labios y se cruza los brazos — Sé que no crees en esto, pero mi tía que es una experta me enseñó a leer la carta y lo que veo siempre se cumple, ¿no?
Leonidas qué estaba caminando por los pasillos de la universidad, se detiene y mira a su amiga los ojos, con una sonrisa le dice — Entonces ve que ganemos la lotería, de esa forma dejamos de estudiar y podemos trabajar en el mundo de las inversiones, aprovechando que estudias el mercado.
— ¿Y si mejor dejas derecho y estudias diseño de moda? Te iría muy bien en esa carrera — le responde ella con otra sonrisa y antes de que su amigo protestara, le da un dulce qué saco de su bolso — Ya sé que lo haces para complacer a tu padre y así ayudar a tu abuela, también a tu mamá. Pegó no deberías sacrificar tus sueños.
Leonidas toma el dulce y se lo lleva a los labios, después de saborear el caramelo, era de café, sus favoritos, mira a su amiga — No es sacrificio, no cuando las personas que lo han dado todo por mí son felices, merecen ser felices.
Samantha lo mira de forma dulce y le comenta del mismo tono — Esa lealtad un día te podía perjudicar.
— Lo sé, por eso mí única amiga eres tú y se que no me fallarías — le dice Leonidas con una sonrisa para después irse y dejar a su amiga pensativa.
Claro que haría todo lo posible para que su amigo fuera feliz, tenía un corazón demasiado noble para ese mundo tan cruel.
Con ese pensamiento, se da la vuelta y va a sus clases de maeketing, ya estaba culminado sus estudios y había recorrido mucho camino para dejarlo ahora, además que el mundo digital estaba evolucionando de una forma veloz y espeluznante.
Ambos amigos se fueron a estudiar, sin saber que sus destinos cambiarían en ese momento.
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Bien no quiero nada
En un lugar rodeado solo por la arena arena, se encontraba un chico de cabello castaño y ojos verde como las hojas de los árboles, su piel era de tonalidad clara — Te dije que era mala idea venir solos, pero tu de necio no me escuchas.
Un chico alto, pelirrojo de ojos café, qué se notaba en su cuerpo qué hacía ejercicio, lo miró molestó — Yo no te pedí que me acompañaras.
El joven lo mira ofendido y toma entre una de sus manos arena, para después tirarsela al otro chico en la cara.
— ¿Y que cometieras otra tontería? — le reclama él — La otra vez, te tiraste al mar sin verificar la información o si el templo de león se encontraba en esa zona.
El chico no le presta atención a sus quejas y se levanta del suelo, para después correr hacía el enorme gusano del desierto que los estaba atacando, esa cosa parecía un parásito gigante con miles de dientes, era asqueroso. Pero esa criatura, no le iba a impedir pasar hacia el otro lado, necesitaba ver si el sello del centauro se encontraba ahí, necesitaba una señal de saber que no estaba sólo.
Estaba cansado de ser el único del grupo que no recibía apoyó, los demás al ser del mismo elemento tenían una complicidad qué en el fondo envidiaba. Necesitaba encontrar a sus compañeros, aunque la mayoría le decía que no era el tiempo aún o que a lo mejor, no era necesario, que tal vez se formaría un caos.
— ¡Aries espera! — gritó el chico al ver como su amigo se iba contra el gusano gigante, ya había llamado a los demás, pero se tardaban en llegar.
Virgo, que era el nombre del joven estaba qué golpeaba al imprudente de su amigo y lo llevaba a arrastra hacia el lugar donde vivían ellos, junto con los demás signos Zodiacales.
Aries ni lo escuchó y con sólo el pensamiento, invoco el fuego en sus manos y de un sólo golpe en la boca venció al gusano, no fue tan difícil. Al menos ese fue su pensamiento, hasta que otro gusano apareció detrás de él y lo atacó por detrás, mandándolo lejos.
El joven hombre rodó hacía abajo de una colina de arena, hasta detenerse. Con dificultad se levantó y se toco por un costado, ese golpe si le había dolido bastante, cansado se sienta y mira hacia el cielo, tal vez por su imprudencia jamás consiguiera a los demás signos de fuego.
No era que fuera necesario, pero estaba cansado de siempre esperar y que los demás lo llamaran imprudente. Se ríe, estando todo cubierto de arena y con la respiración agitada, tal vez ni siquiera se llevaría bien con los otros signos de fuego y tampoco estuvieran de acuerdo con él.
¿Sería una competencia constante? ¿En verdad Sagitario sería tan problemático como lo pinta? ¿Leo sería tan egocéntrico como dicen? Uno sería un rebelde sin causa y el otro solamente pensaría en él.
Aries baja la cabeza un poco deprimido, no sé quería rendir aún. Mira a su alrededor y ve solamente arena, encima podía escuchar los gritos de Virgo llamándolo, diciendo que los demás llegaron y acabaron con los gusanos carnívoro.
Aries suelta un suspiro, por lo menos una buena noticia, cuando de la nada su ojos captan un destello rojizo a unos metros de distancia. Curioso se levanta de la arena y camina hacia él, ignorando los gritos de los demás, se agacha donde salía el brillo y comienza a apartar la caliente arena del lugar, cuando termina se sorprende al ver una especie de baldosa con la símbologia de Sagitario, con una pequeña descripción qué decía: Un alma rebelde siempre llama a otra, enciende el fuego de tu corazón y encontrará la libertad que tantos anhela.
"¿Fuego?"
Pensó Aries, una vez más invoco las llamas en sus manos y la colocó en la baldosa gris, que con el fuego se volvió un anaranjado ámbar.
Brillo tanto que Aries cerró los ojos, cuando los volvió a abrir, se encontró en medio de un bosque. Un poco asustado, pero más sorprendido por el suceso se levanta y del duelo y mira a su alredor, era un bosque iluminado con los rayos del sol, dando unos pocos pasos se tropieza con una roca, se queja por el momento, pero después guarda silencio al ver muh bien lo que era.
Era otra baldosa gris, pero con la símbologia de Leo su descripción era diferente a la de Sagitario; en esta decía: Por más oscuridad que tenga un corazón, la bondad siempre verá la luz. El sol siempre brillará para todo aquel que lo busque.
Aries quería gritar de emoción, ya había encontrado las baldosas que lo llevaría a los dos signos Zodiacales que faltaban.
Trata de ubicarse bien y recordar el lugar exacto donde estaba la piedra, necesitaba salir del bosque y encontrar a sus compañeros de fuego.
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Updated 37 Episodes
Comments
Marys Guanipa
cautivador inicio 👍😃
2023-06-07
0
Delia Consuelo Tami Carreño
súper súper
2023-03-07
1