— ¿Están seguro de que podemos estar aquí? — pregunta Sagitario a sus amigos.
Aries, Leo y Sagitario se encontraban encima de una colina, mirando el horizonte y viendo que a los lejos estaba una ciudad.
— ¿Prefieres quedarte en ese enorme castillo donde reina el silencio? — pregunta Aries mientras que comenzaban a bajar por la colina.
Sagitario los sigue y le agradece a Leo por darle apoyo, sosteniendo su mano.
— ¿La verdad? — pregunta ella tratando de no resbalar — No, el silencio me hace sentir incómoda.
— Extraño la música, pensé que en ese enorme castillo tendría algo de música — murmura Leo teniendo cuidado de no caerse y vigilando que sus amigos tampoco lo hicieran.
— Y los demás chicos no ayudan, no tienen nada interesante que decir o están concertados en otra cosa — es la opinión que tenía Aries sobre la situación, está bien que no estuvieran alegre. Pero el ambiente parecía lúgubre y ya le estaba ocasionando.
— Lo bueno es que tenemos el permiso de nuestra guía y el manual que nos dio — comenta Sagitario sacando un pequeño libro sobre los signos zodiacales.
— Aún digo que me da un mal presentimiento esas supuestas estrellas — comenta Leo sin vigilar el camino.
— Ya es paranoia tuya — se burla Aries, sí empresa le daba un poco de risa como Andrés desconfiaba de las personas y lo más aterrador es que el muy arrogante siempre tenía razón.
Pensándolo mejor, debían tener cuidado con esas personas.
— Cada signo debe hacer un ritual en el mes y hora exacta en que nació, para que se alinee con su planeta y sea oficialmente el signo del zodiaco. También debe ser por orden y si ese orden se altera, tendrán que empezar la ronda una vez más. El primer signo es Aries — explica Sagitario recordando las reglas que les dijo la guardiana del fuego, ignorando las advertencias de sus amigos — Al parecer también hay otros elegidos, pero es la misma energía del zodiaco que elige su representante. Aunque los dioses u otros signos no estén de acuerdo.
— ¿Podemos no estar de acuerdo? — pregunta Aries curioso, no sabía que se podía elegir.
— Yo me negué y estoy aquí — comenta Leo llegando al final de la colina.
— Es que también están los signos del zodiaco chino, como el perro, tigre, cerdo o serpiente — le comenta Sagitario cuando ya habían bajado la colina y ahora tenían que pasar por un bosque oscuro.
— Menos mal que tenemos a alguien que brilla en la oscuridad — comenta Aries divertido y caminando hacia el bosque.
— No le veo el chiste — dice Leo de mal humor y entrando al bosque muy a su pesar, recordando que podía brillan en la oscuridad.
Escucha como Sagitario y Aries se ríen de él.
— Lo siento, es que te pareces a Tinker Belle — comenta Sagitario divertida por la situación, fue tan extraño verlo brillar tan inesperadamente.
Leo solo le saca la lengua y hace una grosería con una de sus manos, algo que tenía que ver con el dedo del medio.
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— ¡Aurora! — grita una de las guías a una chica de cabello negro y largo, de ojos verde — ¡No puedo creer que dejarás que los signos de fuego salieran!
— Se estaban aburriendo — comenta la chica con indiferencia.
Una chica de cabello azul y ojos plateados, que tenía una voz dulce comenta — ¿Y si algo malo les pasa?
— Será culpa de Aurora — dice una chica de cabello castaño y ojos dorados.
— Anastasia y Francia, dejen el drama. Mis signos estarán bien — comenta ella mientras que seguía leyendo una revista de moda.
— ¿Por qué estás tan segura? — pregunta Hope llegando en ese momento — Yo tengo miedo que los signos de aire salgan volando.
Aurora observa a las otras tres estrellas la miran preocupadas y con una sonrisa de superioridad les responde — Por qué mis signos son autosuficiente. Son líderes natos y no necesitan niñeras.
— Si algo malo les pasa, será tu responsabilidad — comentan las tres estrellas al mismo tiempo.
La cuarta estrella solamente sonríe, confiaba en sus signos zodiacales y también el GPS que les colocó.
Sin saber que los signos con ayuda de Cáncer, se quitaron el localizador y lo dejaron en la chimenea que tenía una fogata cuando se fueron.
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— Estás muy serio — comenta Libra a Géminis.
Ambos se encontraba en el Jardín enorme que tenía el castillo, estaban aún lado de un gran rosal de rosas rojas. Se sentaron para sentir la brisa cálida y apreciar las flores.
— No me gusta la idea que uno de los signos fuego nos tenga que dar órdenes —dice Géminis con un tono de enojo e impotencia, además que últimamente tenía dolor de cabeza — ¿Por qué tienen que ser uno de ellos el líder?
— Pero nadie ha dicho algo sobre de tener un líder — comenta Libra pensativa, mirando los hermosos pétalos de las rosas — ¿De dónde sacas eso?
Géminis hace un sonido de burla y la mira — Nadie lo tiene que decir. Es obvio, también es notorio de que si no es Leo por ser supuestamente el rey del zodiaco, sería Aries por ser el primero de todos nosotros.
— ¿Tan malo sería ser liderado por uno de ellos? — pregunta Libra nerviosa por el tema, no le gustaría recibir órdenes de alguien que tome malas decisiones. Más bien, no le gustaría recibir órdenes de una persona en específico.
El chico de ojos verde se queda en silencio, pensando en los signos de fuego. Sagitario era muy distraída y siempre hacía lo que quería, Aries era demasiado intenso y no pensaba en las consecuencias. Y Leo, ni mejor creer en él, no puede aceptar que un día sea un patán que los trata mal y al otro día era un signo generoso.
Ni siquiera él, que representaba al signo de los gemelos. Tenía una actitud tan contradictoria, un signo grosero y patán, a uno que se consideraba un pan de Dios. Vigilando el sueño de los demás y haciendo el desayuno, cuando el muy presumido el día anterior estaba hablando mal de sus amigas y se creía que era el mejor.
— Géminis — lo llama Libra nerviosa y sacándolo de sus pensamientos.
— Dime — responde Géminis mirándola pensativo, analizando sus pensamientos. Pero deja eso de lado, cuando observa a su amiga tan nerviosa.
— No sabes, si por casualidad de la vida. ¿Tenemos un tigre como mascota? — pregunta Libra temerosa y mirando hacia un lado.
Géminis la mira confundido y después en la dirección que ella estaba mirando, se horroriza por lo que ve.
Había un tigre que media más de dos metros de altura, tenía dientes de sable y su pelaje estaba en punta, como si se hubiera electrocutado.
— Libra — dice Géminis nervioso y levantándose del suelo, tenía que buscar refugio antes de ser comedia de tigre.
Libra hace lo mismo y le pregunta sin apartar la mirada del gran felino. — ¿si?
— ¡Corre! — fue lo que grito Géminis para después salir corriendo hacia el castillo, mientras que el tigre lanzaba púas de su pelaje.
Libra los esquiva creando ráfagas de aire, aunque también era mala idea porque en ocasiones las ráfagas no les hacía caso.
— ¡Libra alto! ¡Me mandarás por los aires! — grita Géminis tratando con todas sus fuerzas de correr contra el viento.
— ¡Lo siento! — se disculpa la chica entre gritos, para después correr hacia una de las puertas del castillo y entrar, cuando ve que Géminis entra después de ella cierra la puerta justo a tiempo antes del que el tigre los atacará.
— ¡Que lindo gatito! — dice Piscis que llegaba con una bandeja de galletas en ese momento — ¿De quién es?
Ambos signos de aire se miran, agradeciendo mentalmente que Piscis no fuera la que estuviera al mando. No podía creer lo animada que estaba la pequeña chica.
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Comments
Marys Guanipa
espero con ansias el siguiente capítulo
2023-01-21
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