Lo peor que Francia y Santiago hicieron fue esconderse, ahora son buscados como unos criminales por todo lo que habían hecho, ya no hay vuelta atrás, no pueden reparar la falta que realizaron, se encontraban en una cabaña a lo lejos del pueblo, escondidos para no ser atrapados, pero Francia se lamenta lo que ha hecho, no podía vivir con esa angustia toda su vida.
-A lo que hemos llegado, de la libertad plena a prófugos de la justicia- decía Francia casi llorando.
-Esto será momentáneo hasta que a Tobías se le olvide todo- le dijo Santiago.
-¿Tu eres tonto Santiago?- le grita Francia- ¿cómo se le va a olvidar que nosotros matamos a su madre? Eso jamás sucederá, estamos perdidos, ahora explícame ¿Dónde diablos Estamos? ¿Qué lugar es este?- le pregunta Francia.
Mientras él le da la explicación de lo consultado, a lo lejos se oye sonar unos cohetes, pero Francia llena de miedo se lanza al suelo diciendo.
-Disparos, tírate al suelo, nos encontraron Santiago- muy nerviosa decía Francia.
-Francia ya, esos son cohetes del pueblo que está cerca- le dijo Santiago- levántate ya.
Los nervios de Francia estaban por las nubes, la culpa no la dejaba vivir en paz, lo que más le dolía era que había perdido al amor de Tobías, ahora su vida ha cambiado totalmente.
Ya era de noche y los nervios de la familia aumentan, pero el asesino no se detiene, era el de los anónimos, ahora se disponía a entrar nuevamente a la casa de los Rodríguez, muy lentamente entra al estudio y sobre el escritorio ha dejado una nota para Rigoberto, cuándo va saliendo Salomón lo observa, decide seguirlo pero lo pierde de vista y no logra alcanzarlo. Cuando Salomón regresa a la casa abre de manera abrupta la puerta del estudio, pero Rigoberto ya había agarrado la nota.
-Pagarás por lo que hicistes- Lee la nota Rigoberto.
Cómo había visto que Salomón había entrado de esa manera, piensa que el sabe quién lo ha hecho, por eso escribe en el papel.
-¿Quién dejó esto aquí? Y dime el nombre del asesino- le da el papel a Salomón, quien lo agarra lo lee, lo ve a la cara, luego se le sale una lágrima.
Al momento en que Salomón se disponía a confesar toda la verdad, se oye gritar a Paulina ellos salen a ver lo que le pasaba. Era Sergio que venía herido, el mismo asesino lo hirió en la pierna y como pudo llegó a la casa.
-No es para tanto mamá- decía el chico.
-¿Cómo que no? – dijo Paulina.
-¿Qué pasa aquí?-Pregunta Rigoberto.
-Lo han herido- dijo María.
-No se, a lo mejor es el mismo asesino, venía y me lo encontré, no tengo idea quien pueda ser- dijo Sergio.
-No eres tú- dijo en voz baja Rigoberto.
-¿Qué dijistes tío?- pregunta el chico herido.
- Hay que llevarte de inmediato al centro de salud- dijo Rubén.
Se disponían a llevarse al joven herido al centro de salud, Rigoberto quedaba con la culpa de pensar por un momento que Sergio era el responsable de todo lo que ha ocurrido en esta historia. Ahora está herido, no de gravedad, pero lo está, también está mortificado por sus hijos que ahora están prófugos de la justicia y no tiene idea donde pueden estar.
Su amor de padre era tan grande que en realidad se lamenta no ayudarlos como realmente se merecen, solo ellos han tomado esa iniciativa y decidieron marcharse.
El universo pondrá las cosas de vuelta, era lo que podría pensar, más yo pienso que no hay vuelta atrás está familia está un poco desorientada y cada quien busca su propio equilibrio emocional, ya nada es igual, aunque esconderse no es la solución a los verdaderos problemas.
Han pasado los días y Tobías no tenía ni una idea de dónde estaría Francia, pero solía pensar.
-**Lo que más me duele es que no te negastes, esto me da a entender que si eres culpable, ¿Pero como te digo que te odio si te amo demasiado?**
Y continúa su búsqueda por todo el pueblo.
En cambio en la cabaña, Francia estaba al borde de la locura, los nervios eran mayores cada vez, Santiago trataba de detenerla y controlarla para que no hiciera nada que los perjudicará a los dos.
El silencio le trajo intranquilidad ahora sufren la pena de estar en ese estado y no saber si a la mañana siguiente pueden estar detrás de las rejas, vivos o muertos, el destino te da lo que realmente has construido.
Por su parte Sergio, se ha recuperado, pero Paulina aprovecha esta situación para poder sacarle provecho ya que Sergio es el único Rodríguez que se haría cargo de la zapatería.
Estando Rigoberto en el estudio, ella entra muy coquetamente.
-¿Qué haces aquí?- pregunta Rigoberto.
-Solo quería hablarte de nuestro hijo- dijo Paulina- ya es hora de que el sea el dueño de todo.
-Pues todo a su momento- le dijo Rigoberto.
-¿quiere decir que Sergio podría ser el nuevo dueño de todo?- le pregunta emocionada Paulina- se lo merece, con el susto del asesino loco ese, se merece ser dueño de todo.
- Te dije que todo a su tiempo- le dijo Rigoberto.
Ella se acerca coquetamente, el sonríe con picardía, ella le da un beso, el corresponde, cosa que hace ellos empiecen a tocarse más, pero lo que no se esperaba ha llegado.
Roseta era muy buena amiga de la familia y entraba a la casa con toda la confianza existente, como la puerta estaba abierta pasa directamente al estudio, ve a Paulina que estaba con Rigoberto teniendo relaciones, ella se sorprende tanto que cierra la puerta de repente, pero se detiene asombrada en el mismo sitio, Rigoberto empuja a Paulina, solo cierra su pantalón para ir a detener a Roseta. Pero era tarde, María que venía bajando le dice.
-¿Qué te sucede Roseta? ¿Por qué estás allí?- le pregunta.
Pero ve que Rigoberto sale sin camisa María lo ve de arriba abajo y le pregunta.
-¿Qué pasó aquí?
En eso venía saliendo Paulina, pues venía subiéndose los pantalones, pero la camisa la traía abierta.
-¿Qué significa esto?- pregunta María.
-Los vi, lo siento pero los vi- dijo Roseta.
-¿Qué carajos significa esto?- grita María.
- Déjame explicarte- dijo Rigoberto.
-Déjame decirte que llevamos más de 25 años, si la edad de nuestro hijo, Sergio- aclara Paulina.
-¿Qué?-dijo María.
-¿Por qué lo hicistes?- le pregunta Rigoberto a Paulina.
- Se tenía que enterar de todo esto algún día- le dijo Paulina.
En eso llega Rubén y Sergio, que en realidad no habían escuchado nada.
-¿Qué sucede? ¿ De que son esos gritos?- pregunta Rubén.
-Tu mujer y tú querido hermano nos han visto las caras de tontos toda la vida- le dice María.
-¿ A qué te refieres?- pregunta Rubén.
-Que son amantes chico- le dijo Roseta.
- Tu cállate- le dijo Rigoberto.
-Y que Sergio, es hijo de Rigoberto ¿Eso lo sabías?- le dijo María.
Mientras a Sergio se le ponen los ojos brillosos, en su mente solo podía pensar que era el único heredero de toda la familia, hijo de su tío siempre lo soñó.
-No puede ser, ¿Por qué me has traicionado? Eres mi hermano- le dijo Rubén.
-Déjame explicarte por favor hermano- le pidió Rigoberto.
Ya no había vuelta atrás no se pudo esconder ese engaño que toda la vida hizo un falso amor, ahora se podría vivir con la frente en alto, aunque eso no era un gran orgullo para nadie, además Rigoberto todavía amaba a su esposa, ella tal vez no perdonaría la mentira en que vivía.
Ya entraba la noche, la casa cada vez más sola, Salomón no preparo comida porque sabía que ninguno de ellos estaba dispuesto a cenar, cuando se disponía a cerrar la puerta, el asesino lo agarra por detrás tapándole la boca con un pañuelo lleno de formol, el trata de defenderse pero no puede. Está vez el asesino lo arrastra y se lo lleva.
Una captura muy planificada, ¿Qué sucederá con el pobre chico? ¿Podrá el asesino detenerse en algún momento de la vida? ¿ Podrán salvar a Salomón?.
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