Ya Tobías había informado a la familia Rodríguez del estado en que a encontrado a su primo, para el también existía dolor en su alma era su familiar y lo quería mucho, la tristeza lo embarga al momento de exponerles lo sucedido, mientras todos entristece María era la que sufría más y su llanto era del mismo tono o más sonante que sus demás hijos fallecidos, esto la ha dejado en evidencia a la pobre mujer.
-¿Por qué lloras así? Salomón era solo nuestro empleado- le pregunta Rigoberto discretamente.
-Es que te tengo que decir la verdad- dijo María.
-¿De que hablas?- le pregunta Rigoberto.
-Es que el era…- dijo María, pero Loreto la interrumpe.
-¿Era que?-le pregunta Loreto- es mejor que me acompañes – la toma por el brazo y la saca de la casa.
Estando fuera le dice.
Estás equivocada, la madre de Salomón era Felicia, tu hijo es Adrián- le dijo Loreto- el todavía está vivo, y gracias a dios que lo está.
-¿Qué?- se sorprendió María.
Nunca se había llevado con ese chico, nunca lo había visto con gracia, era como si nada el pobre chico.
Ellos regresan a la casa, y la cosa continúa como si nada, aunque a María en realidad le dolía la muerte de Salomón ya que había compartido mucho con él, era evidente que llorara, fue el compañero fiel de su hijo Fernando, además por un instante llegó a pensar que era su hijo, ahora veía con cara de pena a Adrián, en realidad se lamentaba haberlo abandonado todos estos años, era motivo para que ella llorara también. Rubén que había descubierto a María llorar junto a Salomón aquel día, piensa que es hora de que ella de las explicaciones de ese momento tan dramático y a la vez muy triste.
-Ahora acompáñame, por favor- le dijo Rubén a María.
Ella lo sigue al llegar a la cocina él la aborda.
-¿Me podrías decir cuál era tu relación tan misteriosa con Salomón? ¿Qué te tenía que perdonar aquel día? Ahora lloras como si te doliera más que a tu propios hijos.
Pero las sabías palabras de María fueron las siguientes.
-Lo has dicho, me deja recordar a mis hijos y por eso lo lloro, además a Salomón no lo conocí ayer, no sé tú, pero yo tengo corazón, con permiso- y se retira del lugar.
Rubén continuaría con la intriga, María que ahora sabía la verdad no sé anima a seguir lastimando a Adrián, mucho menos a Rigoberto con esa noticia y prefiere callar.
Por otro lado las cosas para Francia y Santiago seguían totalmente iguales vivían escondidos para no ser atrapados, y no sufrir en la cárcel.
-No aguanto más, ni un día más deseo estar aquí- le decía Francia a Santiago.
-Es desesperante hermana pero tenemos que estar así, es por nuestro bien- le dijo Santiago.
-De verdad que todo me pone mal- le dijo Francia.
-Lo se, pero aguantemos un poco más-le dijo Santiago.
Ellos seguían ocultos, sobreviviendo con lo poco que tenían, a Francia el miedo del encierro la empeoraba y por eso quería salir de allí. Las consecuencias de un secreto, de una mentira están viviendo haciéndolos sentirse menos en este mundo.
Los días han pasado, el asesino se ha aplacado, las cosas seguían cada vez iguales, María no soportaba vivir más allí en esa casa, ver a Rigoberto y a Paulina le recordaba lo feliz que fue engañada todo este tiempo, Paulina lo tomaba igual pero solo era el lugar donde vivía, pero por dentro si deseaba salir corriendo de allí, en cambio los hermanos Rodríguez solo se veían para lo necesario, no habían vuelto a dirigirse la palabra por lo que había sucedido, Rubén se sentía el peor de los hombres, en cambio Rigoberto este fue uno de los secretos que no lo dejaba vivir, pero ahora es libre. En la zapatería, David seguía de encargado, Sergio había pensado que al ser hijo de Rigoberto iba apoderarse de todo pero en realidad no ha sido así, por eso está lleno de dolor y de rencor con su padre, porque no le da el lugar que le corresponde.
Blanca muy contenta había dado a luz a un lindo niño, al bebé le puso por nombre Salomón en honor a su amigo, quien para ella ha muerto de la peor manera.
Por su parte Yohan y Tobías han dado cristiana sepultura a su madre, lo cual estaban llevando les flores a su panteón, pero se lamentan el no haber atrapados a los responsables de su muerte.
-Es increíble que ya son dos meses que te dejamos aquí, cuánto me duele no ha verte visto por última vez madre mía- decía llorando Yohan.
-Pero te aseguro que pronto daré con los responsables de todo esto, eso te lo aseguro madre- Lo decía Tobías con todo el dolor en su alma.
-Perdóname por no creerte al principio hermano- le pidió perdón Yohan.
-Tranquilo hermano, esto no nos ha separado nunca, de hecho cada vez estamos más unidos- le dijo Tobías y lo abraza.
Una herida cerrada en el alma de estos chicos, aunque no descansarían hasta dar con los responsables de esta muerte para que pueda sanar la herida total.
Por su parte Francia y Santiago continúan ocultos, pero tarde o temprano han de salir, no durarán toda la vida en ese lugar.
-Necesitamos alimentos, no nos podemos quedar toda la vida en esta cabaña- le dijo Francia.
-Es lógico, llevamos meses así y es mejor salir un poco aunque sea por más comida- dijo Santiago.
-Nos vamos arriesgar a salir, si quieres voy por comida- dijo Francia.
-No, es mejor que valla yo, tu recuestate, no quiero que salgas, es muy arriesgado para ti- dijo Santiago.
-Bueno está bien, con cuidado Santiago que nadie te vea- le dijo Francia.
Y sale Santiago con el riesgo de ser detenido, pero es necesario, ya necesitaban alimentos para seguir en la cabaña donde estaban, una cosa importante es que sus padres en esos dos meses le han depositado su sueldo semanal, pero no consumían, tenían dinero para satisfacerse.
Cosa diferente de Sergio a pesar que sabe que es hijo de Rigoberto, este no le daba la atención que él merecía se llenaba de odio cada vez más, solo quería que le pusiera un poco de atención como lo hizo con Fer.
-Era yo el que debe de quedarse con la gerencia de la tienda, soy el único hijo de Rigoberto- con furia arroja toda la ropa que había en la cama- No el podré diablo de David, soy el único Rodríguez que le debe quedar todo, yo soy el unicoooo- grita Sergio.
Después de tirar varias cosas más, el chico logra calmarse, ser un Rodríguez de parte de Rigoberto no le ofrecía ningún beneficio, solo rencor, odio y deseos de acabar con la poca familia que queda, el se preguntaba porque Rigoberto quería más a Fer que ha muerto que a él que estaba allí.
En esa misma tarde Loreto ha de llegar a la casa de los Rodríguez, tenía la necesidad de hablar de una vez por todas con María.
-¿Qué haces aquí?- le dijo María- tienes a nuestro hijo, no hay nada tuyo aquí.
-Quiero que me expliques algo- dijo Loreto.
-¿Qué cosa quieres Loreto?- pregunta María.
-Necesito que me expliques ¿De quién era hijo Fernando?- le pregunta Loreto.
En eso llega Rigoberto.
-¿Cómo que de quién era hijo Fernando? ¿Por qué haces esa pregunta?- le dijo Rigoberto a Loreto al ver que María se pone nerviosa decide preguntar- explícame eso, ¿De quién era hijo Fernando?.
-Ya no lo puedo ocultar más, te juzgue por haberme engañado, y yo lo hice también, no solo una, sino dos veces, los 4 años que estuve en Francia realmente estaba en Margarita con Loreto, jamás termine la maestría, esos títulos los compré, tuve dos hijos con él, Adrián nació primero y se lo deje a Loreto, ¿Cómo te podía llegar con un niño de 4 años? ¿ Que explicación te daría? Y me vine y ya estaba embarazada, te hice creer que Fer era tu hijo, y en realidad no lo era, pero lo amastes tanto, creo que más que tus propios hijos, sabía muchas cosas gracias a ti, tú lo educastes, le distes todo, por favor perdóname- todo esto lo dice llorando María.
-Me has engañado toda la vida, yo pensaba que tenía la culpa de lo que pasó con Paulina, fuiste peor que yo, ¿Cómo se te ocurre abandonar a tu hijo? Y si, aunque Fer no llevaba mi sangre, lo ame y lo amo como mi hijo que fue, no te perdonaré que hallas abandonado a un niño, tal vez lo hubiera querido como quise o quiero a mis hijos, lo hecho está hecho y ya nada nos une, solo Santiago y Francia que a estas alturas no sé dónde están- se retira lleno de dolor al saber la verdad.
-Lamento no haberlo disfrutado- dijo Loreto- con permiso- se retira del lugar.
María queda llorando en el sitio por haber revelado la verdad.
Al cabo de un buen rato María había decidido irse de la casa llevaba sus maletas y al bajar por las escaleras solía pensar.
-En esta casa construí una familia con seres maravillosos que no supe apreciar, mi vanidad, mi narcisismo hicieron que todo se derrumbara, que todos me dejarán, Mauricio mi gran hombre, mi hijo mayor cuánto te extraño, espero que el asesino sea atrapado pronto, Francia y Santiago están en el olvido, quien sabe dónde estarán, pues todo eso lo que padecen es mi culpa, no fui una buena madre, tenía que hacer lo correcto y no lo hice los condené a vivir atrapados en sus miedos. Y mi niño Fer fuistes el último amor que salió de mi, no te supimos educar, eras muy consentido y tus caprichos se cumplían, y en realidad no tenía que ser así. Dame la oportunidad Dios de volver todo atrás y que todos incluso Adrián este a nuestro lado. Adrián nunca te tuve, pero siempre te amé. Cada esquina está llena de los mejores recuerdos de la vida en familia, solo me quedaré con eso.
Así se fue de la casa María tal vez en busca de un ambiente acto para su vida o para ponerle fin a la tristeza que la arropó por el último tiempo.
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