Capitulo 12 Secuestro.

La peor tortura estaba viviendo Mauricio, en una cabaña abandonada, las estructuras se desvanecen poco a poco de lo antiguo que es, en el lugar solo había una mesa con muchos materiales de enfermería, frascos, sobres y cualquier cantidad de pastillas y frascos de venenos, detrás había tambores vacíos, y una sola silla que era donde estaba amordazado y encadenado con los ojos morados por los golpes que le ha proporcionado el misterioso asesino que no posee ninguna bondad ni sentimientos positivos en su alma. La víctima cada vez más nervioso, preocupado de la forma en que el canalla que lo ha secuestrado lo puede eliminar.

Por su parte este asesino solo se movía de un lado a otro, tal vez pensando o maquinando la estrategia ideal para acabar con su nueva víctima. Cuando se tienen los sentimientos tan difícil de encontrar así como se pierde una aguja en un pajar, jamás hallaremos algo positivo dentro, para ellos la felicidad se encuentra en hacerle daño a los demás. Y en este mundo existen seres que son felices haciéndole daño a todo aquel que se le ponga en su camino, se alimentan de ese sentimiento que se convierte adictivo porque mayormente no saben vivir sin dañar a alguien.

Las horas pasan, la agonía y la desesperación era notable no soportaba vivir más amarrado, intentaba gritar pero era en vano, Mauricio hacía movimientos con la intención de soltarse, el despiadado asesino que preparaba una inyectadora llena de un veneno que elimina ratas, cosa que llegó a analizar después de tanto caminar en ese pequeño recuadro, alza la mirada observando al hombre moverse sin control alguno, decide caminar lentamente, soltando la inyectadora en la mesa para agarrar una raqueta de tenis que estaba cerca con la intención de seguir torturando y así liberar toda la irá que este le causaba.

No obstante, la estación de policías está revolucionada por la eliminación de sus grandes compañeros, lo peor es que no se sabe aún dónde podría estar Mauricio, y su familia que se preocupaba por el, era lógico que se encontrará en la estación policial para poder recibir de algún modo noticias del chico.

Mientras Tobías pensaba en ponerles custodias a la familia, con la intención de dar con el paradero del hombre, la madre de la víctima está cada vez más nerviosa porque teme que le pase lo que ha venido pasando en la familia.

-Necesitamos que nos des respuestas de la desaparición de mi hijo. Queremos saber dónde esta- María lloraba de la angustia.

-Ya ha Sido suficiente Tobías no vez que mi hijo no es el asesino, con esto queda demostrado, ¿Es que acaso no lo vez?- Molesto reclama Rigoberto.

-Nosotros estamos haciendo nuestro trabajo señor Rodríguez, necesitamos que se calmen todos. No ven que acabamos de perder a dos de nuestros hombres- Agrega Tobías.

-Es mi hijo el que está perdido quiero que lo encuentren sano y salvo- reclama María.

-Por favor mamá calmémonos, es mejor que nos retiremos y dejemos que ellos hagan su trabajo-Defiende Francia.

-Si, sería lo idea, al momento de tener alguna noticia de Mauricio es nuestro deber informarles- les dijo Tobías.

Ellos se disponían a marcharse pero Yohan el hermano de Tobías llega con un nuevo anónimo en sus manos, encontrado en su casa, Francia que todavía estaba allí logra escuchar.

-Tobías- dijo Yohan nerviosamente.

-¿Que te pasa?- Pregunta el policía.

-ha llegado un nuevo ánonimo, decidí venir a traértelo- decía Yohan mostrando el papel.

-Una torre Eiffel ¿ Que es esto?- Pregunta Tobías.

-Y si mamá se fue para Francia- agrega Yohan, bajo un mundo de inocencia.

La chica al escucharlos hablar se puso muy nerviosa, es que la verdad se acercaba y no tenía escapatoria, ella camina para salir de prisa del lugar.

Si, era la madre de Tobías aquella pobre mujer que había asesinado y enterrado esa noche de borrachera ¿Cómo podía Francia ver a Tobías después de lo que le había hecho a su madre? ¿ Cómo lo miraba a la cara? Ella en realidad estaba sintiendo algo lindo por el policía ¿Pero cómo podía estar con el, cuando le ha quitado la vida a la persona que más amaba en la vida?

Al llegar a la casa sube de prisa a su habitación, cerrando la puerta tan fuerte que se podría escuchar al otro lado del mundo, se ve al espejo y conversa con el.

-No merezco que me ames soy un monstruo, le he hecho tanto daño a la persona que me ha amado de verdad ¿Cómo te digo la verdad antes de que sea tarde y me odies más de lo que me amas?- Lo decía mientras sus lágrimas han de caer lentamente por sus mejillas- soy la única culpable, ¿Pero quién más sabe? Y ¿Por qué quieren delatarme?

Esto es una incógnita que le arrebata la tranquilidad. Por otra parte se dio cuenta del amor que le tenía a Tobías muy tarde justamente cuando ve que no podía amarlo todo porque ella ha destrozado su vida y la de su familia. Ella pensaría que es el final de su libertad porque tarde o temprano Tobías daría con el responsable de la muerte de su madre.

Nunca sabemos cuándo el amor llama a la puerta, pero sabemos cuándo lastimamos a lo que nos rodean.

Cambiemos de tema, ahora en la misma casa llega Blanca la exnovia de Fernando, que era notorio su embarazo, lo que sucede es que María no tiene conocimiento alguno del estado en que ella está, mucho menos de quién era, cómo fue la última novia que le conoció a su hijo ha de imaginarse que es de el al momento que la ve.

-Vas a darnos un nieto cierto? Que alegría que Fer haya dejado una semillita en ti.

Sergio le hace una seña, para que le siga la corriente, pero ella trata de negarlo diciendo.

-No señora- Dice nerviosamente.

Sergio interviene rápidamente.

-No quería criar a su bebé sola tía, por eso viene a pedirles ayuda, para que el bebé nazca bien- intervino Sergio.

-Yo estoy muy contenta con esta noticia, es la alegría más grande que nos das a todos, se que ahora no estamos para festejos. Primero lo de Fer, luego Carlota ahora Mauricio desaparecido es algo que nos ha robado la paz del alma a todos en esta casa.

-Señora cuente con que este niño le dará la alegría que tanto desea en su vida. Se por lo que está pasando, la entiendo- le da un abrazo.

- Gracias hija por darme está alegría a mi vida- le decía María.

Después de un alegría cubierta bajo la sombra de una mentira, escureciendo los verdaderos hechos. Las tragedias continúan, ahora la historia se vuelve a repetir para la familia Rodríguez con una nueva víctima.

Atado en un árbol, lleno de moretones, casi cerca de la cabaña donde se encontraban, el cuerpo sin vida de Mauricio se podría ver bajo la luz de la luna, una nueva víctima se sumaba a este juego macabro que ha realizado este ser lleno de maldad, las sombras cada vez oscurecen a la familia como sospechosos o como las víctimas principales.

¿Cómo se podía vivir con tanto odio? Lo más seguro es que alguien puede tener razones fuertes para hacer todo aquello, tal vez problemas psiquiátricos, un trauma infantil o algún motivo muy grande para destrozar poco a poco a los Rodríguez.

A la mañana siguiente un grupo de niños exploradores han de observar el cuerpo, los representantes de los chicos dan parte de inmediato a la policía del pueblo.

Tobías llega con su cuerpo policial a levantar el cadáver, sumándole así una nueva víctima a esta sombra que ha hecho asesinatos muy limpios, los que le frustra a el policía es que no ha dado con el responsable de todo eso.

Una vida menos, un sueño menos, una víctima más ¿ Pero quien es el asesino?

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