La firmeza de su carácter

-Entonces, eso es de lo que yo en el momento requerido no fui capaz de alcanzar a ver con claridad lo que, debí haber mirado realmente aquellas cosas que pasaron desapercibidas, ante mis ojos, para darme cuenta de lo que pensaba hacer. La verdad dicha que, era allí en aquel instante que, debí hacerme un perfil justo y equitativo y una evaluación con toda y proba seriedad y madurez. Pero no fue así de ningún modo pues tenía la visión en tinieblas y la vista demasiado corta. Así que, todo lo que, me sucedió fue que, simplemente, dejé que, mí deseo me arrastrara hacia ese anhelo desmedido de conseguir lo que, más deseaba con desmedida avidez a adquirir sin que, me importara el costo o el precio que en verdad era necesario pagar. Pero la cuestión es que, si uno hace un balance real de como llego a generó todo y que, fue lo que, no sé alcanzo y apreciar así tenemos entonces qué, viéndolo desde sus inicios la niña María Ascensión vio la luz del día por primera vez en esta ciudad, aquí fue criada y aquí recibió educación hasta el tercer grado aquí en esta ciudad del lago de Maracaibo. Todos sus familiares algunos son guajiros y otros no lo son. De manera que, ella ya estaba mucho

más asimilada a la cultura y las costumbres de los alijunas; como ellos suelen decirnos.

Así que no tuve eso en cuenta que ella es más alijuna que guajira; aunque habla los dos idiomas. Y por si eso fuera poco tenemos ese último deseo de su difunto y querido padre; el cual con tanta suplica se lo pidió a la señora Rosa. Creo que, le ofreceré una misa cantada como demostración de respeto. No obstante tendré que empezar de nuevo ahora mismo y comprender que, estoy llevando este asunto, demasiado mal. Así que ya veré cómo hacer; como revaluar mejor mí estrategia además de

qué, sí, se que, me equivoqué no es como yo lo había estado pensando. De manera que, aún lo vuelvo a reiterar; no se como es que, fui capaz de llegar a fraguar en mí mente toda esta tramoya, desde ese momento en que, se me introdujo esta obsesión entre ceja y ceja. Pintandome pajaritos preñaos en el aire con este contumaz deseo. Pero ahora deberé y asumiré esta situación con más realismo con autenticidad. Sin especulaciones o ideas rara preconcebidas. Nada que me haga alejar de la autentica realidad; no puedo permitirme el,

lujo de llegar a que, de nuevo confunda que se trataba de nada más que, de otro asunto que se puede arregla con dinero. Como si acaso todo se pudiera comprar con mucha plata con mucho billetes. Pero no no es así de simple, no es así de fácil. De ningún modo, ni tampoco si se quiere, llegue a verse como si fuera alguna actividad muy placentera.

Más ahora la continuación de esta comedia esta trama que me inventé, en el taller de mí

mente deberé continuar siendo mi empeño. Tengo que conseguir a esta linda mestizita. Lo que me sobrecoge de ella es su estatura; la cual no es de compararse con la estatura de otra niña de su misma edad. Es casi de la misma estatura que, tiene su madre. Nunca antes; pienso, había visto una combinación así. Edad, inocencia, pureza y tamaño; en una sola presentación de niña a mujer.

Pero ahora tengo la impresión de que, esta cayendo una llovizna en todo Maracaibo aquí se puede sentir perfectamente bien el fresco de la brisa fría qué esta acobijando la tarde. Las gotas cayendo sobre este techo de paja se siente como un arrullo que adormece.

Espero que, al menos este tiempo de lluvia me sea propicio. A ver si la naturaleza que se manifiesta ahora puede resultar acogedora, tal vez logré que a la niña María Ascensión se le quite esa seriedad; tan franca y sincera que, me lastima tanto que me lacera el alma y mi rostro. Que cara tenía cuando medio le dije algo y no le dije mayor cosa. Y se podía apreciar más linda, con el rubor que le subió a sus bonitas mejillas a Dios gracias, si logro consigo bueno ya estoy otra vez pensando en demasía. Volviendo entonces a la realidad Arquímedes mostrándose muy solicito casi rogando se dirige a su al menos pequeña anfitriona. Pero más aún dispuesto con estás palabras que le dice con franqueza. Ajá esta muy bien María Ascensión ya no te diré más como te llamé, ya que usted me lo exige y la verdad que, sabe decir las cosas a los demás como a usted le parece que debe decirse las cuestiones sin "pepitas en la lengua". Eso es una actitud muy correcta de parte suya decir nada más que, la verdad y siempre la verdad; me siento en realidad bastante complacido. No imaginé que a pesar de tu edad tuvieras tanta firmeza de carácter. Ahora no se trata nada más que, únicamente su estatura fue lo que me atrajo hacia usted María Ascensión. Cuando la observé por primera vez en aquella ocasión al verla correr detrás de aquella linda mariposa hasta que la logró alcanzar cuando ya se iba aproximando a las casas que están sobre los cerros de Veritas. Me pareció que veía una alucinación; en realidad para este su

servidor incondicional fue increíble verla por allí, por esos lares, ni en mis mejores sueños me imaginé algo así, realmente de ensueño. Por un breve momento observar su talla, escucha su voz como hablaba a la mariposa que se dejará atrapar. Y pude ver que usted ya se veía muy cansada, jadeando, sudando con

gotas; y mucho; usted para correr, en verdad le digo que, es incansable. Más ahora que me propuse vengo a visitarla. Así que ahora voy conociendo otro aspecto de su personalidad María Ascensión y es esa manera que tiene de decir las cosas a quien sea sin importar de quién se traté yo creo que usted sería capaz de hablarle de esa manera al propio presidente del estado Zulia si se le presenta la ocasión, así como así nada más.

Y eso me ha despertado mucho más mi interés por usted María Ascensión y toca ahora hablar de ese asunto con todo que usted no parece estar muy de acuerdo veo que ni con su mamá y por sus primeras palabras parece que usted tampoco está de acuerdo conmigo, con este servidor suyo para siempre disponible a complacerla en lo que usted quiera sin poner límites de ningún tipo. Usted nada más me tiene que decir o que debo hacer o que, es lo no debo hacer lo que sea lo que usted tenga a bien decirme; sean sus más caros deseos serían órdenes para mí. Mucho más que las órdenes que, trasmite un general a todos sus subalternos.