De forma paulatina la lluvia se ha convertido definitivamente en un fuerte chubasco; donde arrecian los relámpagos iluminando la noche de la barriada llenándola en la totalidad de su dimensión con sus resplandecientes fulgores haciendo que esta bien se parezca al día por breves segundos y el rasgando estampido de los truenos acompañando al incesante rumor de la lluvia que cayendo sobre toda la ciudad; celebra exultante que la bella mestizita no fue vendida. Del modo como allá en la alta guajira la naturaleza y sus fenómenos igualmente y con mayor intensidad desata alegremente la celebración del sagrado cumplimiento de la ancestral ceremonia de las doce lunas que es ordenada por Maleiwa Dios de los guajiros.
No obstante, a pesar de la furia de la noche lluviosa y tormentosa; ajenos a ese embate de la atmósfera. Aún así ambos hermanos hijos de Rosa González a la que prefiere el apellido Zuleta aunque ella sabe de sobras perfectamente bien que por mucho que sean
muy queridas por los hombres casados que ellas han preferido amar; resignandose a la oprobiosa condición de amantes, o por la recurrencia habitual de simples concubinas
Aún así, a las tales "querías" o concubinas de ningún modo les asiste un hipotético derecho legal a ostentar el apellido del hombre que las ama y que además ellas aman de verdad.
Sintiéndose que se hallan en este estrecho marco familiar y sentimental. Dan comienzo a su discusión sobre lo que para ellos alcanzan a entender sobre qué estaba haciendo en su barrio el conductor de aquel carro al que, realmente lo vieron salir del frente de su casa y que además de esto encuentran a su consentida hermana menor; aunque mas consentida para Luis Alberto; vestida y arreglada de un modo como si fuera a asistir a un bautizo o a una misa en la mismísima basílica.
Julio quiere iniciar su locución y exponer sus hipótesis haciendo para tal propósito en primer lugar señas con su mano derecha con nerviosisimo vaivenes haciéndola moverse con premura hacia los lados como si del director de una invisible orquesta, se tratara, para así pedirle a su hermano menor Luis Alberto le conceda permiso para hablar él de primero después de todo él es el mayor de los tres y le asiste más ese más bien deber antes que derecho. Luis Alberto accede a la imperativa solicitud de su hermano mayor asintiendo con la cabeza moviendo la barbilla hacia abajo mirando el piso por dos veces; dando la fuerte impresión que parece más bien que esta haciendo genuflexión como los chinos aunque él nunca halla visto a alguien de la tierra de Confucio.
Entonces, Julio es brevemente atrapado por una condición catatónica y dirigiéndo a su hermano menor una mirada tan aguda como estilete, da rienda suelta a aquello que se le ha venido forjando en su febril mente; y que tiene anidado en su corazón y que como un torrente emerge incontenible saliendo de su boca diciéndole con un tono de voz bajo casi afónico ahogado ronquido a su maravillado hermano menor
-mira Luis Alberto yo no se que cosa estaréis pensando vos ahora mismo; yo francamente no me atrevo a decir más nada de lo que nos demuestra los hechos que hasta ahora los dos hemos visto en medio de esta lluvia Pero que más va a pensar uno con algo de cierta sospecha cuando vimos ese carro. Sino que mamá estaba negociando a nuestra hermana y vos debéis de recordar lo que nuestro buen y difunto padre el general Zuleta; que en paz descanse y Dios lo tenga en la gloria; y que mis palabras no ofendan su memoria. Lo qué él siempre le estuvo manifestando con esa manera que tenía él de pedir siempre las cosas y en muchas ocasiones a mamá, una y otra vez se lo decía, repitiendo lo mismo.
Como en aquella ocasión; en la que nosotros también estuvimos presentes en ese crucial momento en que Papa sosteniendo el rosario que le regaló tío Jesus María Zuleta en su mano izquierda, porque ya te acordarás que la mano derecha le temblaba mucho por las heridas que recibió en la guerra del mocho Hernández y que María Ascensión en algunas ocasiones se la sostenía creyendo que así podía parar de temblar. Recuerdo todavía sus palabras como si las hubiera dicho ayer; "Rosa ya sabéis no quiero
que váis a vender a la muchachita por amor a Dios te lo pido"
-Entonces, sí mamá sabiendo eso por qué lo quiso hacer-
No obstante, aunque en un principio accedió a la petición de permitirle a Julio que hable el primero Luis Alberto aún atónito de ver como Julio pareció que por un momento era un hombre petrificado; también lo interrumpe y haciendo un gesto con la palma de su mano derecha levantándola a la altura del pecho como si fuera más bien a empujar hacia adelante una pared invisible. Luis Alberto es más discreto y le habla en voz baja; como si estuviera ronco; pues él al igual que Julio no quieren que su madre les oiga desde afuera del cuarto. En esos tiempos los hijos por muy mayores que fueran no se atrevían a alzar la voz o cuestionar a sus progenitores.
-Pero Julio no podemos afirmar eso así de esa manera; ahora mismo cuando salgamos del cuarto, nos hacemos los desentendidos, como si no hubiéramos sospechado de algún tipo de situación. Entonces así, sí podemos preguntar directamente a mamá; despacito sin levantarle la voz. A Maria Asunción no le vamos a preguntar nada, ni a decir algo; "que por qué está vestida tan bonita"-.
Ante aquel breve opúsculo; Julio deja de lado su acción catatónica y no tiene de otra que escuchar atentamente a su hermano menor más con el ceño ligeramente fruncido, con los ojos entrecerrados ladeando la cabeza un poco hacia un lado, como para captar mejor el sonido que producen las palabras que con
mucha convicción expone Luis Alberto su hermano menor.
Entonces, igualmente Julio hace un gesto muy parecido al de un sacerdote oficiando la misa cuando alza las manos hacia el cielo en señal de consagrar la hostia y exclama:
-ah pero tampoco vamos a dejar así las cosas, esto hay que discutirlo o mejor dicho vamos a hablarlo con mama de la mejor manera para que no vuelva a pasar otra vez-
Julio por un momento se detiene y hace una pausa a su prolífica exponencia; de modo que
puedan terminar de abotonarse la camisa y así poder salir del cuarto. Además acaban de escuchar la voz de su madre anunciado que la cena ya esta servida sobre la mesa. Cosa que los apresura a salir más rápido del cuarto
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Comments
Loida Dameris Uzcategui de Andrade
terquedad de Rosa vender a la niña
2023-11-26
1
Loida Dameris Uzcategui de Andrade
Buenos hermanos, con buenos principios
2023-11-12
1
Arelis T. Uzcategui P.
Esta novela hace q se enriquezca el vocabulario.
2023-07-26
1