La vida dulce

Capítulo 19

A todas esas, Joel no era el único que buscaba a Marta. David también estaba desesperado pues después de encontrarla le parecía una broma del destino volverla a perder por las metidas de pata del supuesto prometido, que ya no lo era, obviamente. 

Él, que secretamente siempre se había sentido menospreciado por Joel y su familia, fue uno de los que más se alegró de verle caer. Los accionistas de la Gorgona habían pedido su cabeza y como consecuencia fue destituido de la presidencia de la compañía. Esto suponía una tremenda ventaja para su propia empresa pues sin la guía de su rival, ellos tendrían mejores opciones de cara al negocio.

Además, muchos de los clientes de Gorgona ya no quieren trabajar con ellos pues les parecía vergonzoso todo el asunto y al final los que dirigen las grandes empresas y los que compran productos y servicios también son personas con valores y principios. Igualmente, todos cometían errores, infidelidades, tenían sus propios fracasos y vivían con sus demonios, pero siempre y cuando nada de esto saliera a la luz, podían seguir viviendo aparentando una perfección que no existe en  lugar del mundo. La hipocresía de lo social y la permanente necesidad de ser políticamente correctos, es lo que tiene. 

David se alegraba de que dejara libre a la mujer que él seguía queriendo y que después de perder se convirtió en una obsesión para él, y también de la pérdida de poder financiero de Joel. Al día siguiente del escándalo él se frotaba las manos feliz y haciendo sus propios cálculos. Aun cuando Marta de momento no aceptaba hablarle, tenía más posibilidades de que lo perdonara si no estaba el otro hombre de  por medio y además podría expresarle apoyo pleno e incondicional en estas circunstancias. Ella quedaría agradecida si él se mostraba como un buen amigo en esos momentos. 

Pero todo lo que pensó, calculó e imaginó se fue al traste cuando fue consciente de que ella no estaba por ninguna parte. De nuevo había desaparecido. Puso a vigilar a sus padres pues fue lo único que se le ocurre y era el único contacto que tenía con ella. No conocía a sus amigos, ni sabía de su vida, hasta que la vio en las revistas a causa de su compromiso con Joel.

Nada le pudieron informar pues los padres no habían recibido la visita de la chica, ni ellos habían salido tampoco apenas de su casa. Así que imaginó que solo hablaban por teléfono para evitar precisamente que alguien la encontrara. No desistiría. Más tarde o más temprano ellos se contactarían y en ese momento ella ya no podría esconderse de él.

No podía volver a perderla.

......................

A Joel le habían traído los resultados de la investigación a casa. El hombre le confirmó que efectivamente la señorita Jenna Campos había sido la artífice de todo. Contrató a un paparazzi para que los siguiera el día en cuestión y además la había ayudado a preparar la habitación con las cámaras estratégicamente colocadas para que se le viera sobre todo a él en plena acción. Ella ya contaba con que sería capaz de llevarlo hasta allí. También había pagado a la recepcionista para que le dieran justo esa habitación y que él pensara que había sido casualidad.

Era un poco estúpido pues las imágenes no dejaban duda de que habían sido preparadas de antemano y era muy difícil que la mujer no estuviese implicada en el asunto. Pero conociendo a su novia todito era posible. Por una parte, nunca fue especialmente inteligente y, por otro lado, lo que sí tenía era gran capacidad de manipulación y estaba seguro de que al encararla le pondría una buena excusa para todo. Pero no, no le dio ninguna excusa sino directamente le dijo la verdad.

—Claro que lo hice aposta, Joel. ¿Qué pensabas?. ¿Que iba a dejar que pertenecieras a otra mujer si eres el único hombre que he amado verdaderamente durante toda mi vida?. —La mujer lloraba amargamente frente a él, contándole como tenía intenciones de regresar a buscarlo tras pasar tanto tiempo viajando para sanarse de su duelo después de perderle. Cuando se encontró lo bastante fuerte y madura, preparó todo para volver y fue entonces que se enteró del compromiso de él con Marta. 

—¿Cómo pudiste hacer esto?¿Sabes el daño que le hemos hecho a ella? —Joel le increpó, con disgusto. —Y eso por no hablar del daño que has hecho a mi reputación. Mi padre me ha sacado de la presidencia de Gorgona por todo esto y la empresa también ha sufrido pérdidas graves. La familia ha visto la reputación de todos socavada, ¡y todo por que tu no podías esperar a que yo solucionara mis asuntos!.

—Joel, perdóname, por favor, no creí que el asunto fuera tan grave. Yo sólo deseaba que volvieras a mí, te amo tanto, mi vida. —Ella se levantó sin acercarse a él. Era un momento clave y debía jugar bien sus cartas si no quería que él la dejara en ese instante. —Haré lo correcto. Confesaré todo delante de las cámaras. Asumiré mi responsabilidad por ti porque te amo y por ella porque la he tratado mal. —Dicho lo cual, se dirigió dignamente hacia la salida esperando que él la detuviera. Cosa que no ocurrió. Así que debía pasar a lo siguiente y justo al abrir la puerta se desmayó teatralmente y esta vez sí funcionó. 

Joel se acercó gritando su nombre y pidiendo ayuda a los guaruras que andaban cerca para socorrerla. El ama de llaves se asomó desde la cocina, elevó las cejas y se marchó sin inmutarse. Impidió al resto del personal ayudar a la mujer pues supo desde el primer instante que el desmayo era más falso que el mismo Judas Iscariote y así lo contó a  todos. Se hizo no una sino tres cruces seguidas pues esta vez sí que tenían al diablo en persona cerca. Y quizá incluso fuera a vivir allí, usurpando el puesto de su adorada señorita Marta, Dios no lo quiera.

......................

Al otro lado del mundo una mujer rubia de pelo corto caminaba alegre y casi saltando por la ciudad bañada por el sol, recorriendo sus calles e impregnándose de olores a salitre y algas, a comida buena, a flores y a gente de piel morena y fragante. Los canarios le parecían gente peculiar. Entre amigables y distantes. A veces una cosa, a veces otra. Pero eternamente amables. Daba igual en qué sitio se encontrara, en que calle, siempre había alguien que le sonreía o alguien dispuesto a darle indicaciones y acompañarla si era necesario para que no se perdiera. Santa Cruz, era una de las ciudades más seguras del mundo y se sentía. De noche y de día casi siempre había gente en la calle. Con un clima como aquel, era normal. Nunca hacía frío, ni calor. 

Las mujeres mayores que se sentaban en los escalones de sus casas a pasar la tarde, la veían salir, al principio curiosas y un poco tímidas, hasta que ella empezó a saludarlas cada día. 

—Buenas tardes —decía sonriente. Las señoras replicaban lo mismo. Al poco tiempo, ya le daban consejos de por donde ir o que calle coger para ir a tal o cual sitio. La animaban a visitar ciertos lugares hermosos que solo los de la isla conocen y le daban señas sobre en cual “guachinche” podría comer bueno, bonito y barato. Y la comida de la isla le encantaba. 

—Coge una rebequita, mi niña, mira que va a refrescar después —le recomendaban al verla, ya que estaba sola, había que cuidar a la criatura, se decían entre ellas. Todo era bueno allí, los sabores, los olores, los colores. Cuando hablaba con sus padres, destilaba alegría y deseaba que llegara el momento de verlos bajar del avión para quedarse. Ellos estaban alargando un poco la ida porque se daban cuenta de que los vigilaban y no querían ponerla en evidencia. Ella entendía. Sus padres siempre la protegerían.

Seguía en contacto frecuente con sus amigas y además de eso, últimamente se hacía más y más presente en su vida el amigo de Joel. Leo la llamaba cada día sin faltar uno, incluso varias veces. Se pasaba el tiempo mensajeándola, enviándole cosas bonitas, canciones, textos hermosos, poesía, recomendaciones para hacer visitas en la isla e incluso le decía que porque no visitaba las otras islas del archipiélago, ya que tenía la posibilidad.

Cada noche la llamaba y hablaban de todo un poco, lo humano y lo divino y así es como él se fue convirtiendo en parte de su vida y de su rutina de forma lenta e inexorable. Para cuando se vino a dar cuenta lo extrañaba si tardaba mucho en enviarle un WhatsApp con los buenos días, o si dormía sin decirle buenas noches. Al contrario que con Joel con el que había sido todo tan agitado y con quien de alguna manera se sintió tan presionada y finalmente decepcionada y herida, con Leonardo todo era dulce y bonito. Se le fue metiendo en el corazón poco a poco y lo sintió sincero y grato.

Hasta que llegó el día en que él fue a verla.

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Comments

Anonymous

Anonymous

mmm romance en puerta/Proud/

2024-05-11

1

Ninhana SL

Ninhana SL

Ojalá que Marta y Leo se enamoren y queden juntos

2024-04-03

3

Mirian Benjamin

Mirian Benjamin

aaaaaaa no puede ser Leo??? bien!!!! me gusta que el idiota de Joel que se quede con la arpía y solos

2023-12-03

12

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