Despedidas

Con algo de duda y vergüenza por no tener esa confianza con la señora Deniska, me llega una leve duda pero esperaba que si aceptara en estos momentos deseaba que sintiera algo de culpa por fallar a las promesas de mi madre.

-Hoy le informe a mi madre que tengo una relación con el señor Benedikt por supuesto es mentira pero tuve que decir eso; que tenemos una relación de hace unos meses para evitar que se enterase de la vergonzosa verdad- me quedo un segundo pensando si la señora sabe del contrato pero no me atrevo a preguntar - En el estado que está la salud de mi madre no vi conveniente decirle que me iré con Benedikt, señora me causa pena pedirle esto pero me gustaría que fuera un secreto, no quiero que se entere de mi ausencia en la mansión- le dedico una apenada sonrisa -Discúlpeme si le causare alguna molestia pero solo le pido eso como último favor en memoria de la salud de mi madre si ella pregunta no le digan la verdad ese favor solo será por un tiempo asta que logré ella logre estar mejor de salud y yo pueda contarle personalmente lo que está sucediendo- la miro mientras ella me escucha atenta pero no se ve molesta todo lo contrario estaba muy serena.

-No te preocupes mañana mismo ordeno que no hablen al respecto, aprecio todo el servicio y años que tu madre trabajo y lo menos que deseo es darles más disgusto, al menos merece estar tranquila en estos momentos tan difíciles además acabo de fallarle cuando prometí cuidarte y no pude hacerlo - por primera vez me toma de las manos y se queda viéndolas haciendo una corta pausa para luego volver a verme.

-Zoe lamento no hacer nada para ayudarte pero Benedikt no es un hombre al que se le pueda llevar la contraria y justo en estos días estábamos en una peligrosa posición se me era imposible desafiarlo espero que te sirva de algo lo que te va a decir esta malvada pero muy experta mujer, niña sé astuta, obedécelo en todo y usa tus cualidades con ellas podrías lograr mucho al lado de ese hombre, por favor cuídate- sentía sinceridad en sus palabras

- No se preocupe señora Deniska, agradezco sus palabras, haré lo que sea necesario - eso último no me gusto pero estaba siendo sincera haré lo necesario por la vida de mi madre y por la mía.

-De nada Zoe, seguro nos veremos pronto, puedes llamarme si necesitas trabajo u otro consejo.

Esa fue una agradable despedida, esa noche me costó dormir de tanto pensar en lo que sería mi vida con Benedikt Filatova uno de los hombres más temido de toda Rusia y las familias rusas que se rigen por antigua reglas como la suya no son nada fáciles de entender, se que pronto reclamaría mi cuerpo y yo aún no me sentía preparada; el solo pensar en esa posibilidad me causaba miedo.

Desperté muy temprano tomé un café muy cargado para comenzar este duro día, hoy me vestí igual de cómoda que el día anterior no sabía hacia donde vamos y preguntarle o hablar con el, es muy incómodo por lo que no importa si mis trapos son adecuados o no, tampoco es como que deseo complacerlo en todo; planeo ser lo más fea que pueda todo lo opuesto a lo que desea para que este contrato acabe lo más pronto posible.

Organice una bandeja con los dos expresos que toma el señor Benedikt y me dirigí a su dormitorio, tome una gran bocanada de aire antes de tocar la puerta, escucho su voz cuando me autoriza entrar.

-Buen día señor Filatova le traje su café- Al terminar la frase y verlo me quedo paralizada.

Se encontraba semi desnudo, la parte baja solo lo cubría su ropa interior mientas su piel se notaba aún humedad, intenté no mirarlo viendo a otro punto pero mi mirada se desviaba como un imán hacia ese musculoso pecho y era mejor ver eso a dejarme llevar por la curiosidad de ver más hacia abajo.

-Déjalo donde puedas- Ordena con una media sonrisa que para mi disgusto era perfecta.

En cuanto dejo la charola en la mesita de noche planeando huir pero se acercó a mi tan rápido que no me da ni tiempo de retroceder.

Acerca su rostro a mi cuello, por instinto cierro fuerte los ojos cuando con delicadeza y suavidad rosa su nariz por mi mejilla derecha, asta llegar a mi oído un escalofrío recorre mi espalda cuando siento su olor y su respiración tan cerca.

-Hueles tan dulce que provoca hacerte mía en este momento - Susurro en mi oído.

Me quedé helada no podía pronunciar palabra alguna, mientras mi corazón latía con mucha fuerza, me encontraba nerviosa y prisionera de su imprudente cercanía.

Su olor de recién bañado y ese perfecto aliento a menta, mas su caro y exquisito perfumé se impregnó en mis fosas nasales mientras mis piernas se bloquean, como ignorar que el también huele delicioso.

Sentí cuando se aleja un poco pero eso fue lo suficiente para abrir mis ojos cuando lo hago nuestras miradas se cruzan, me dedica una extraña y bonita sonrisa, era primera vez que me sonríe de esa manera así que me quedo sorprendida.

Quizás mi cara nerviosa me delata o noto algo en mi nerviosa actitud y esa es la causa de su sonrisa, me parece lo más lógico ¿No?

- Ahora no tenemos tiempo pero pronto serás mía- informa para luego terminar de alejarse

- Iré a servirle el desayuno-Respondo queriendo dar por terminado el incómodo momento para poder marcharme.

-Nos vemos en el comedor, desde hoy siempre desayunarás conmigo después del desayuno nos marcharemos.

No entendí si estaba hablando enserió pero preferí no preguntar para salir de una vez de su habitación.

Estar tan cerca del era un peligro sobre todo por ese cuerpo recién bañado y muy marcado, por supuesto es un hombre físicamente perfecto su manera de vestir y su perfume está de muerte lenta, en resumen el hombre perfecto para cualquier mujer pero yo no soy una mujer fácil de imprecionar para mi el hombre perfecto es mucho más que dinero, vestimenta y olor.

Que carajos estoy haciendo debatiéndome y analizando su apariencia, viéndole su cuerpo y pensando en sus... cualidades, Zoe basta de pensar tonterías, ¡¡es el enemigo!! Eso no se te puede olvidar.

Ya me encontraba lo suficiente lejos cuando sigo tomando bocanadas de aire, mis manos temblaban y ya no comprendo el por qué.

Minutos después de servir la mesa me regreso y quedo parada cerca de las escaleras mientras Benedikt baja nos observamos y sin decir nada caminamos uno al lado del otro en dirección al comedor.

Al llegar todos nos observan, el señor Benedikt me indica que me siente a su lado yo me quedo con la boca abierta sin deseo de aceptar.

Acaso pretende que por primera vez en la vida desayune en la misma mesa Junto a toda la familia Nazarov y su hermano Arman.

Su hermano quien por suerte durante toda la estadía no me dirigió la palabra de hecho era un hombre muy silencioso y reservado parecía una roca, no hacia el más mínimo esfuerzo por sonreír y estoy sospechando que es una enfermedad de familia.

Siento por primera vez el grito de Benedikt repitiendo esta vez en voz alta que me sentara, salgo de mi tonto bloqueo viéndolo con mucho enfado, aun cuando su grito me altera me quedo dudando si quiero obedecerlo o no.

-No hagas que te obligue- advierte con su voz y mirada delante de todos.

Su orden es una ofensa para todos los que estaban en la mesa pero no me quedó de otra que obedecer.

-Siéntate Zoe- me invita con amabilidad la señora Deniska.

Me siento es incómodo y humillante para todos, el rostro de cada uno no dejaba nada a la imaginación, haciendo este momento lo más incómodo que he podido vivir en esta corta vida, bueno sumado a los recientes coqueteos e insinuaciones de Benedikt; Si esto es el comienzo de dos largos años a su lado no puedo imaginar como será el resto.

A este paso seguro moriré de un ataque al corazón.

Por la incomodidad tragué el desayuno sin masticar, cuando el desayuno por fin termino estuvimos listos para el viaje, me despedí de todas mis queridas compañeras y por supuesto de la familia Nazarov.

-Estás lista - Pregunta cuando nos reencontramos en la entrada de la mansión, respondiendo a su pregunta, no nunca estaré lista para vivir contigo.

- Si señor - es lo que sale de mi boca.

-Bien vamos - Salimos de la mansión y entramos en la camioneta el se sienta justo a mi lado y su hermano se sienta en el haciendo de adelante.

Desvío la mirada para observar a Benedikt un par de veces mas, su semblante es tranquilo es primera vez que lo veía de esa manera tan serena.

Quizás soluciono todo y su rostro es de triunfo o quizás este así por llevarse a su capricho y nuevo juguete, o sea yo la tonta que cayó redondita en su juego de cualquier manera ya no importa; esa tranquilidad no sera eterna el no tardara en transformarse en lo que es, un pendejo millonario, arrogante y caprichoso.

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