Diferente a las demás

Al tomar nuestro lugar en la sala VIP, Ordenaron una botella de la mejor champagne y creo el whisky preferido de Benedikt.

-Nunca e tomado alcohol - Le confesé en voz baja sabiendo que me ofrecería porque es evidente que el prefiere el whisky.

-Zoe no haz conocido una disco, no has viajado, no has tomado alcohol eres muy rara, que diablos has hecho para divertirte.

-¿Rara?- sonrió - No Benedikt solo diferente a las mujeres que has conocido, te advertí antes de firmar, no soy ni seré tu mejor opción.

-Pequeña Zoe para mí todas las mujeres son iguales - asegura y otra vez su mirada se vuelve oscura e intimidante.

Fue una respuesta incómoda tenía mucho que decirle pero una vez mas me contengo, presionó mis labios reprimiendo esas ganas de gritarle pero el miedo y respeto que le tengo es mas fuerte que mi orgullo; además no es el sitio ni momento para discutir, la verdad ni siquiera cuento con el deseo y valor para enfrentarlo.

Benedikt suspira y se acomoda en su asiento como si mi silencio le incomodara o simplemente tuvo algo de compasión por sus groseras respuestas.

- Debes acostumbrarte a beber, asistirás a diferentes fiestas y eventos, así que por hoy comienza con una copa – su seriedad no paso desapercibida.

Pongo mis ojos en blando y me remuevo acomodándome en el haciento para no verlo, sintiéndome verdaderamente cansada de tanta presión y apenas es el primer día, nunca había sentido tanta rabia en mi vida.

Fui criada para obedecer a mis superiores, mi educación no fue como la de otros niños; mi madre me enseñó muchas cosas importantes sobre respeto pero nunca me enseñó a defenderme, siempre fui una niña muy tímida y tranquila, mi juventud fue aburrida y monótona, me dedicaba a estudiar y ser la mejor que todos porque ser competente o mejor dicho la mejor en todo era lo único que podía lograr en la vida, enorgullecer a mi madre y salir adelante fue mi único propósito por ello nunca me distraje con amigos y no tuve un novio; pues analizándolo de esa forma si, el ogro de Benedikt tiene razón mi vida ha sido muy aburrida siempre e sido la niña buena en todo y con todos.

Aunque sea paciente y deba obedecer a Benedikt, precisamente el es la única persona que me está llevando al cansancio, estoy arta de sus constantes ataques verbales y pensar que son dos años a su lado, se está convirtiendo en una tortura.

- ¿Qué acabas de hacer?- pregunta levantando una ceja, viéndome con mucha atención, estaba tan distraída en mi mente que no se de que habla.

- A que te refieres - Digo mientras tomaba de la dichosa copa que me ofreció la chica que nos atendía, quien por cierto parece muy interesada en Benedikt, ya que le lanza esa coqueta y descarada mirada sin molestarse en ocultarlas.

Bueno en realidad la mayoría de las mujeres en este lugar lo ven como si se tratase de un delicioso postre.

Pobre de ellas si tan solo se enteraran de lo pesado y grosero que es este hombre, nadie y mucho menos la mesera estaría aquí con su camisa abierta mostrándole sus grandes pechos operados, porque se notan que don de plástico.

No entiendo que le ven a este insoportable hombre, ¡¡No te hagas claro que sabes!! Me recuerda mi subconsciente, Vuelvo poner los ojos en blanco sintiéndome disgustada.

No me había percatado que miraba mal a la chica asta que nuestras miradas se cruzan y ella agacha su cabeza viéndose muy nerviosa y con rapidez se marcha dando tras pies.

-Tu expresión me confunde, pareces estar molesta, me acabas de voltear los ojos de una manera muy molesta pero juro que te ves demasiado sexy cuando lo haces - Comenta Benedikt con una suave voz y con esas palabras me hace volver al mundo real.

Me volteo para mirarlo, nuestras miradas chocan lleva su baso a la boca toma un trago y se lame los labios sin dejar de mirarme, empiezo a sentir un extraño calor en todo mi cuerpo; trago saliva al sentirme intimidada para luego desviar la mirada.

-Bueno mientras los recién enamorados disfrutan su charla yo buscare una traviesa chica que me divierta- Comentó Arman quien se encontraba en completo silencio como siempre, no me causa gracia su comentario.

Lo observó cuando se levanta dándonos la espalda dirigiéndose a la barra.

-Entonces dime qué sucedió hace rato cuando me volteaste los ojos y miraste de esa mala manera a esa sensual mujer- No puede ser en serio le pareció sensual que idiota ¡¡Claro Zoe que esperabas es un mujeriego!! Ya eso lo sospechaban.

-Me molestan tus constantes ataques y ofensas eso es todo, supongo que para ti eso no tiene importancia así que no entiendo porque quieres saber.

-Exacto no tiene importancia, cambiemos este aburrido tema, no sé nada sobre ti que tal si me cuentas todo lo que necesite saber.

Que insoportable es este hombre si no le importa lo que piense o sienta para qué me pregunta de mi vida.

- Eso es muy raro viendo de ti.

- ¿ha que te refieres?- se acerca un poco más

-Que te intereses en otra persona, ¿porque quieres saber de mi vida?, mi vida es muy aburrida

-Es simple tenemos un contrato en común así que necesito conocerte- hace un ruido con su garganta- No es que me interese solo tómalo como un deber entre socios, además tú no me conoces ¿no te causo algo de curiosidad?.

Medio me río ¿que si me causa curiosidad su vida?, la verdad no.

En la mansión lo describieron como un hombre de alma fría que solo le interesa el poder, dinero y sus dichosos negocios, si alguien se interpone en sus propósitos pues a los Filatova no le tiembla el pulso para sacarlo a quien sea del medio, se rumorea que tienen muchos muertos y nada de conciencia, simplemente no, la verdad después de escuchar tantas cosas malas sobre los Filatova, Benedikt no me causaba nada de curiosidad.

-Bueno pregunta lo que te interese saber sobre mi vida - Le digo rompiendo el silencio mientras sigo tomando de mi copa.

-Comencemos con lo básico, ya se sobre tu madre pero tu padre - Me sobresalte y casi me ahogo con el vino en cuanto menciono a mi padre.

Benedikt me observa con suma atención mientras yo de tonta dejo en evidencia que es un tema delicado.

- ¿Qué pasa con mi padre?

- ¿Qué sucede, solo quiero saber quién es?- suspiro decepcionada por su primera pregunta, ahora que digo si hablar sobre ese hombre no me gusta para nada.

-Él no sabe que existo, es un mal hombre quería que mi madre abortara y ella no lo hizo simplemente nunca más supimos sobre el, para mí no existe es lo único que debes saber sobre ese hombre- Digo con expresión molesta esperando que no insistiera, ya que hablar sobre Roberto siempre me ponía de malas a tal punto de sentir las tripas hincharse.

-Bien ¿tienes hermanos?

- No, soy hija única, bueno la verdad no sé si ese hombre tuvo hijos aunque lo dudo mucho, en fin hablar de el no me intensa.

-Casi no has probado tu champagne- Comenta viendo que efectivamente la copa seguía casi intacta, si e tomado pequeños sorbos pero supongo que no es suficiente para yo tener un punto de vista.

Tome la copa y di un sorbo grande, es algo amargo que para nada me gustaba pero que más podía hacer según el debo acostumbrarme.

- No me gusta - confieso arrugando mi cara esperando un poco de compasión.

Benedikt ríe con mucha energía al burlarse de mí, era increíble verlo tan relajado y riendo de esa manera pero se veía muy bien, su risa es perfecta aunque no era para nada agradable que solo riera para burlarse en mi cara.

-Con el tiempo te acostumbras a los sabores, ya verás luego te gustará – No lo creo pero quien soy para contradecirle.

Solo nos miramos en total silencio, tomé otro sorbo más de champagne solo por los nervios que me causa esos profundos e intimidante ojos.

- Supongo que tampoco bailas - Dice después de un rato.

- Supones mal, mi madre me enseñó ¿Tu sabes bailar?

- Un poco.

-¿Quieres bailar?

- Por supuesto que no- niega con la cabeza y nuevamente se pone serio- prefiero que me bailen, disfruto más mirando- Dice levantando su ceja mirando a la nada como si se lo imaginará.

-Esto no es un burdel y yo no soy ese tipo de mujeres- Digo antes que termine pidiéndolo porque en su cara se le nota las cochinas intenciones.

-Si yo te ordeno que bailes lo tienes que hacer y tú harás lo que yo diga– responde molesto.

Me rio -Ni en tus sueños.

Nos desafiamos con la mirada, como si mi mirada le podría dar miedo a un hombre como el, era obvio que eso es imposible, pero no permitiré que me humille más al menos debe saber que tengo algo de carácter.

No es cierto vuelvo a desviar mi mirada y me fijo en la copa de vino ahora que siento el valor de enfrentarlo, comienzo a pensar que ese vino me da ese superpoder que necesito, jajajaja que cosas tan loca pienso.

-Hace un momento un reportero nos tomó fotos y luego ordene que lo sacaran de la disco así que por hoy ya cumpliste con aparentar, ahora quiero que disfrutes, tomate esa copa de vino y ve a bailar - cambia totalmente de tema, habla de una manera agradable pero chasquea los dedos como si fuera su chacha.

Este idiota ya no lo soporto ahora resulta que ya no me quiere a su lado.

-No me fijé que había un reportero y menos que nos tomaron fotos - Me mira como si yo fuera una ingenua.

-Casi siempre frecuento está disco en ocasiones los dejo tomar las fotos que deseen.

Estaba un poco sorprendida y apenada por ser tan lenta y no darme cuenta de nada, hoy me siento como una tonta en un mundo desconocido y supongo que nadie es lo suficiente bueno ni interesante para el.

Solo basta con verlo tratar a cualquier persona para sacar tal conclusión, no estoy acostumbrada a soportar su mal genio y sus malos modales, sin duda el dinero no te hace mejor persona, alguien con poder como el se cree intocable pero el destino y el karma siempre nos da lo que nos corresponde.

La música y la bebida me estaban animando, mi cuerpo sentía esa adrenalina y ganas de bailar, ya que hacia mucho tiempo que no lo hacía.

A los pocos minutos Arman llegó con una rubia muy atractiva de cuero perfecto, ella tenía una actitud divertida, durante un rato estuvimos conversando con su llegada y compañía me sentía mucho más cómoda.

Benedikt y su hermano también conversaban animadamente un rato después llego un hombre, los guarda espaldas lo dejaron entrar por petición de Benedikt.

Ahora eran tres hombres hablando y de seguro se trataba de negocios, de que más podría tratarse.

-Que tal si van a bailar un poco tenemos que hablar en privado - con amable vos me dice Benedikt al oído.

Me levanto, invito a la acompañante de Arman y salimos animadas de ese lugar.

Un guarda espalda estaba cerca cuidando de nosotras mientras nos adentramos al centro de la pista de baile y comenzamos a movernos al ritmo de la música, me sentía más cómoda con la compañía de la divertida rubia había tomado poco vino pero sentía que el ya hacía estragos en mi cuerpo.

Benedikt me observa muy despacio lleva su baso de whisky a su boca, conversa con los demas pero sin dejar de mirarme de esa manera única e indescifrable.

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