—Gabriel...Gabriel!. Empezó a gritar Daya a la mañana siguiente, envuelta en lágrimas, mientras tropezaba con una maceta de flores y caía al piso. —Donde estás? por qué no vienes a ayudarme?—Gritó adolorida, sintiendo que su mundo de fantasías se convertía en una película de terror.
GABRIEL!!!! gritó con todas sus fuerzas, volvió a levantarse y caminó sin importar tener la rodilla herida por la caída, el ardor en su carne no se comparaba con el dolor en su pequeño corazón.
Caminó 5 pasos y volvió a caer, ya que no llevaba consigo su bastón y se movía torpemente a tientas con las manos hacia delante, tropezando con todo tipo de obstáculos.
GABRIEL!: Volvió a gritar y empezó a gatear por el suelo hasta llegar a la casa que ocupaba el ángel. Empezó a tocar con desesperación como si su vida dependiera de tan sólo oír su voz, pero nadie salió en su rescate.
—Gabriel, por qué me has abandonado?—Preguntó con resentimiento— Mamá... Mamá volvió a ser la misma de antes, tengo miedo, ven por favor —Susurró tras la puerta y se derrumbó como si las fuerzas hubieran abandonado su pequeño cuerpecito.
Sus días de luz volvieron a sumergirse en oscuridad, su felicidad desapareció juntamente con el ángel que conoció y todo volvió a ser como a un principio.
Daya abandonó sus esperanzas, pues se había cansado de esperar a su único amigo tras varios meses hundida en llanto, noche tras noche, elevando oraciones, que nunca fueron escuchadas.
Entonces su corazón se llenó de rencor, llegó a odiar a aquel amigo que le había echo probar el sabor de la felicidad, para luego arrebatárselo en tan poco tiempo. Deseó nunca haber conocido a Gabriel, anheló con todas sus fuerzas nunca haber provado la dulce sensación que provocaba la felicidad en su ser, porque una vez que lo experimentó fue mucho más difícil soportar vivir sin ella.
Daya no volvió a ser la misma desde aquel inolvidable día.
******
—Pequeña, bastarda dónde pusiste mi bebida!—Bufó su madre mientras se tambaleaba por la cocina.
—Lo tiré al tacho de basura—Respondió Daya con indiferencia, mientras freia unos huevos.
Era una adolescente de 14 años, cada vez más hermosa con el paso del tiempo, ya no era la conejita asustada del pasado, a pesar de que su madre la molia a golpes en varias ocasiones, ella no se resistía, y tampoco emitía lágrimas, solo se reía como una tonta y eso enfurecía más a su madre quien la golpeaba hasta que le dolieran sus propias manos. Se había vuelto masoquista.
—Maldita mocosa, debí de haberte abortado, no eres más que una ciega mal parida.—Gritó furiosa y se dirigió al tacho de basura de la puerta delantera para buscar su bebida.
Lucia odiaba a su hija porque todo en ella le recordaba al amargo amor de su juventud, en un momento quiso abortarla pero el médico informó que no era posible, ya que Lucia tenía una extraña condición uterina que ponía en riego su propia vida, el doctor dijo que moriría desangrada. Asi que tuvo que arreglárselas cómo pudo para sobrevivir en un lejano pueblo, ya que era huérfana y no contaba con nadie que le tendiera una mano.
Después de la depresión post parto su condición empeoró, nunca volvió a recuperarse y cayó más y más en una profunda depresión que de a pocas fue destruyendo su vida, su único refugio fue la bebida.
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Updated 45 Episodes
Comments
Clara E.
Se que lo de Lucía como madre no se justifica... pero realmente necesito ayuda y nunca consiguió una mano amiga para salir adelante. Todo lo que vivió dejó una marca más que terrible en su vida
2022-10-16
2
Clara E.
Señora eso no. se dice ni en el peor momento 💔💔🥺
2022-10-16
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Clara E.
Daya, no...
2022-10-16
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