Las apariencias engañan.

El carruaje en sí era ostentoso, los caballos blancos perfectamente bien adornados , le daban puntos extras.

En la entrada del palacio, la servidumbre hizo una especie de pasillo, por fuera, los esclavos que trabajaban en los jardines o haciendo otra cosa, también dejaron sus labores para permanecer con la cabeza gacha y mostrando respeto.

El rey Félix se unió a todos , esperando en la puerta principal del palacio.

__ ¡¡Está aquí, la reina María de Valle Escarlata!!.__ Mas de una persona ahogó un gemido.

Del carruaje dorado, bajó una mujer mayor, sus ropas eran lujosas , sus zapatos fue lo primero que vieron , luego su cuerpo y por último su rostro.

Tendría unos setenta años o ¿quién sabría ?, después de todo ella era todo un misterio.

No llevaba una corona, pero si un tocado magnífico, incluso mejor que la propia corona de la reina.

__ ¡¡Abuelaaaa!!, ¡gloria a Dios !, llegaste con bien.__ El rey Félix, pocas veces se mostraba así de amoroso.

__ ¡¡Mi rey!!.__ En todo el reino , probablemente ella era la única que no mostraba reverencia al rey.

Se fundieron en un largo abrazo, la señora dió una magistral mirada por el exterior del palacio que alguna vez fue suyo.

__ ¿Acaso no soy digna de la presencia de tu madre aquí ?.__ Recriminó la abuela, con su voz ronca y profunda.

__ Lo siento, su majestad no está enterada de su visita abuela, tengo demasiado trabajo y mis visitas al pabellón de la reina , son nulas.

La abuela levantó sus cejas y llevó su bastón al pecho del rey.

__ Tu mama , no tiene carácter, si Federico hubiera dejado de ir cada día a verme, lo hubiera golpeado con esto...__ La reina María, se levantó el faldón de lino , dejando ver una pierna de marfil adornada seguramente con oro.

__ Lo siento abuela, voy a redirigir mi vida...pero pasa , iremos a verla ahora mismo...

__ ¡¡No!!__ El rey se detuvo en seco.__ Que venga ella a mi habitación, soy vieja y estoy magullada hasta las posaderas.

Un guardia del rey vino corriendo, no se fijó en la distinguida visita.

__ Su majestad...mi señor...la princesa__ Tosió.__ La princesa desapareció.__ Soltó las palabras.

El rey Félix fijó su fría mirada en el hombre.

__ Guzuk, escolta a la reina hasta el pabellón de la reina , la habitación junto a mi corredor será para ella.

Y salió despavorido. No sabía exactamente qué, pero algo le presionaba el pecho y su ira aumentó rápidamente.

__ Ella escapó...estoy seguro que fue así.

__ No tenemos indicios majestad, se hallaron gotas de sangre y mechones de cabello en su habitación, creemos que fue raptada...

Otra vez el rey sintió esa extraña sensación de incertidumbre combinada con dolor.

En Montebello, Mirna despertó, miró a su alrededor y no reconoció el lugar.

Vió la pequeña daga en la mesita y algunas hierbas, su instinto le decía que tenía que salir de ese lugar.

La reina Larissa, junto a su sobrino, que más bien había adoptado como su hijo y su Caleb salieron en busca de hierbas y agua , el joven fue más allá buscando troncos secos para hacer fuego. Dejaron sola a Mirna, debían encontrar leña y las hierbas para antes que despertara , creyeron que no despertaría en mucho tiempo, debido al frío y a su débil pulso.

Grave error... Mirna se levantó y salió despavorida de la vieja choza.

Corrió sin rumbo, sin siquiera fijarse a sus pies , descalza, sin ropa adecuada que le protegiera de los rasguños de las ramas.

Llegó hasta un claro, su débil cuerpo no pudo más y se desvaneció.

El rey Félix escuchó un aullido, Isco lo conocía, era el llamado de Luna, así que dirigió su caballo hacia el aullido.

Ahí estaba la joven princesa, sus labios azules indicaban lo mal que se encontraba.

__ ¿Que esperas para levantarla ?, quítate inútil...__ El rey veía atónito como ningún guardia la podía levantar.

La tomó en sus brazos y un gran nudo se formó en su garganta, ¿cómo podía ser tan delgada ?, sintió pena por la princesa y algo en su corazón se rompió.

Cabalgaron hasta el camino ancho , en dónde estaban los carruajes .

El cochero fue terriblemente amenazado...

__ ¡¡¡Si no haces correr a ese caballo hasta su límite, te cortaré las piernas !!!.

El rey estaba fuera de sí.

Mirna no mostraba signos de mejoría, todo lo contrario, sus dedos se estaban tornando de un leve color azul.

Isco le hizo saber a su majestad, que la princesa estaba sufriendo de hipotermia, si no lograban subir su temperatura ella no sobrevivirá.

El rey ordenó parar en una villa , había una casona de hospedaje, Isco ya había arreglado todo y el rey bajó con Mirna en sus brazos.

La habitación era hermosa, demás espaciosa y con una gran chimenea.

El cuerpo de la princesa no entraba en calor, así que el rey mandó sacar a todos e hizo lo que jamás pensó.

Desnudó a la princesa, que de por sí no tenía muchas ropas, la puso sobre la alfombra cerca de la chimenea y acto seguido el se despojó de su ropa también, excepto sus calzoncillos.

Se estremeció ante la gélida piel de la princesa, estaba por demás muy fría.

__ ¡¡Isco !! .__ Llamó a su guardia, este entró rápidamente, la imagen frente a él lo dejó estático y con la mandíbula caída.

__¿Que miras?, esto es solo para darle calor, pásame ese cobertor y tiendelo sobre mí...__Sus ojos brillaron con un leve rastro de maldad.__ Isco, ni una palabra de esto, si me lo repites te voy a matar.

Isco solo sonrió, el conocía al rey mejor que nadie y ese comportamiento definitivamente no era normal.

Félix no solo estaba desafiando las reglas con respecto a las mujeres, estaba desafiando sus propios límites, " nunca tener contacto físico con ella". Y sin embargo estaba piel con piel , tratando de hacer que las llamas de su cuerpo pudieran dar calor al de ella . No había visto hasta entonces, que su reina era hermosa, estaba casi congelada pero conservó su belleza y ¡por Dios !, su cuerpo era perfecto, con las medidas exactas para encajar en sus grandes y músculos brazos.

Dejó que sus pensamientos impuros vinieran a su mente, se imaginó cosas que merecerían el pase directo al infierno solo de imaginar y con esos pensamientos se quedó perdido respirando profundamente en la nuca de Mirna.

Al día siguente, continuaron el viaje de vuelta al palacio de Valle Escarlata.

Al llegar, la habitación de la princesa estaba lista, ella aún no recuperaba la conciencia del todo y solo despertaba a ratos .

La dejó al cuidado de la reina madre y se marchó hacia su pabellón, luchando con la voz en su cabeza que le gritaba volver con ella.

__ ¿Yo no te enseñé lo suficiente ?...

__¿Perdón madre , como dice?.__ Dijo la reina Leonor volviendo su mirar hacia la reina María.

__ Enséñale a esta creatura a luchar, afila sus uñas y dientes...por qué si no las paredes de este palacio se la tragaran viva y las bestias que viven aquí no dudarán ni un poco en aplastar uno a uno sus huesos, ¿entiendes lo que digo Leonor ?.

Las palabras de la reina María, dejaron helada a la reina madre, ¿tenía razón?, pero claro que la tenía , ella era el ejemplo perfecto de supervivencia dentro de las paredes de este palacio, ella fue la única mujer sobreviviente que logró ver a su hijo tomar el trono y seguía con vida presente en el reinado de su nieto.

__ Me encargaré madre, voy a hacer todo lo que pueda...

La abuela levantó su dedo índice y la hizo callar.

__ Sabes que aquí no luchamos contra nosotras mismas, los malditos hombres de la corte siempre querrán tener todo el poder y control del reino, pero por amor de Dios, son unas bestias... debemos proteger a esta niña , su sangre es pura y noble, has tu trabajo...por qué yo, no perdí tanto para que tú no logres ser más de lo fuí yo.

La reina María dió un suave beso en la frente de Mirna , era una mujer de aspecto soberbio, la reina madre le temía, pero ella más que nadie conocía su legado y todo lo que hizo para llevar a su único hijo sobreviviente al trono.

La reina María tenía fama de ser cruel, despiadada, amargada y muchas cosas más , pero las apariencias engañan, esas canas y arrugas en su piel, no eran más que los azotes del tiempo cruel que la alcanzó, todo lo que vivió solo la hizo mas fuerte e indestructible...y ella quería que Mirna fuera la primera en vivir y disfrutar de su reinado sin tener que pelear por sus derechos como reina consorte, de un reino que estaba creciendo muy rápido y que inevitablemente despertaba las ganas de conquistarlo por los que querían esas tierras y su trono.

El príncipe Javier azotó su cabeza en la pared, haciéndose un ligero corte en la frente.

__ ¿Cómo diablos sobrevivió ?, esa perra tiene más vidas que un gato, pero no sobrevivirá otra vez...la mataré yo mismo, no sin antes comer primero de ese manjar que el maldito de Félix no quiere...

Lo dijo , frotando su hombría contra su mano, imaginando como sería entrar en la princesa, que tan solo era una niña, que podía fácilmente ser su nieta y que era además era mas importante que él, ella era la reina.

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