La llegada de la más fuerte.

La reina Larissa, estaba por cosechar algunos tomates y unas cuantas berenjenas, su niño jugaba a corretear las mariposas, el hermoso niño rubio tenía tanta energía que a veces la cansada reina terminaba dormida mucho antes que él.

Su aspecto ya no era el de una reina, sus ropas estaban rasgadas y su cabello rubio estaba muy seco y maltratado, sus manos ya no eran suaves y tersas , ahora tenían grandes cayos y algunas traidoras arrugas se formaron en sus brazos.

Había cambiado, pero su corazón latía tan fuerte y su espíritu se transformó en un gladiador. Todo lo hizo por salvar a su bebé.

Todas las noches le rezaba a la madre de los afligidos para que le quitara la pena de su alma.

__ Mi diosa , se que debo agradecer por la vida de mi hijo Caleb, pero ... sagrado Dios, ¡mi hija , está por ahí, sola o peor aún, tal vez esté muerta...señor, hazme saber si ella está viva , si vale la pena salir a buscarla...por piedad te suplico, si es que me oyes , dame una señal...quiero saber si tengo todavía a mi otra mitad...

Sus lágrimas caían sobre su rostro, que ya se notaba cansado, las grietas en su piel se notaban , sus cincuenta años le pesaban mucho.

Ese día estaba particularmente extraño, ella salió como cada tres días a traer agua al río, cuando vió a lo lejos unos hombres abriéndose camino por la maleza, decidió volver a su choza, después escuchó el sonido de una explosión, quizá esos hombres habrían pisado alguna de las bombas.

Había llenado su canasta y justo cuando apuraba al pequeño Caleb para entrar...un movimiento captó su atención.

__ ¡¡Sal ahora de ahí!!...__ Ordenó nerviosa y apuntando con su rústica daga de piedra.

__ ¡¡Gloria a Dios !!, su majestad, la encontré...por fin la encontré...

En Valle Escarlata, los días pasaban como siempre, Mirna sobrevivió de nuevo a la muerte, todo seguía su curso natural, excepto que el primer ministro y sumo sacerdote de la iglesia, había pedido reunirse con los reyes , ya habían pasado doscientos treinta y cuatro días de matrimonio y la reina no había sido coronada ante la corte. A eso hubo que sumar el hecho de que la reina , jamás era vista en público, el sacerdote también recibió la queja, de que la reina no habría concebido un heredero aún.

__ Princesa, hoy vendrá el máximo líder de nuestra iglesia, quiere cerciorarse que sigues con vida , tienes apenas tiempo justo para lucir presentable.__ La reina madre le llevó vestidos y dos criadas para que le ayudaran a prepararse.

__ Pero...su majestad la reina sabe que el rey no querrá verme ...yo tampoco sé que hacer.__Y aquellas palabras eran muy ciertas , la princesa fue entrenada por la reina madre, pero nunca se le dió la oportunidad de poner sus conocimientos en práctica.

__ Yo estaré contigo Mirna, solo debes hacer lo que yo, tranquila chiquilla hoy será tu primer encuentro con el trono .

Un hermoso vestido color azul cielo, con transparencia en los brazos y espalda, adornaba el cuerpo delgado de Mirna.

No usaba maquillaje, así que solo puso un toque ligero de color para labios, la reina le colocó una de sus muchas diademas, por qué el rey Félix no le había dado las joyas que la reina debía tener.

Se veía demasiado linda , ella era hermosa , sus dieciséis años le hacían justicia.

Parecía un gatito asustado cuando entró al gran salón de la corte real.

Al entrar todos lo presentes contuvieron la respiración, la niña descuidada y desaliñada se fue , dando paso a una mujercita.

No era una belleza extravagante, tenía cabello castaño, ojos color miel, piel blanca y delgada, pero había algo en ella que dejó tieso al rey Félix.

__ ¡Su majestad, la reina Mirna de Montebello !__ Se anunció su entrada.

La mirada lasciva del príncipe Javier se posó en la joven reina.

El trono se sintió muy frío y grande.

Félix la vió de reojo y se dio cuenta que el color de sus ojos combinaba con el dorado del trono.

__ Sus majestades, me temo que debemos cuestionar la falta de un heredero, la nula participación de la reina y la ausencia de su corona, ¿hay problemas con la pareja real?.

El rey apretó los labios, sabía que si su matrimonio no era validado por la iglesia, lo obligarían a buscar otra mujer , esta vez una influyente y muy seguramente escogida por los viejos nobles de su corte, el no quería una mujer extraña, se había acostumbrado a el fantasma de Mirna, ella no le daba problemas y eso le funcionó.

__ Estamos bien su excelencia, solo que la reina aún es joven , concebir un niño ahora pondrá en riesgo su vida y la de el bebé, su mente todavía no madura del todo y es por eso que ella no toma por completo sus responsabilidades, nuestra reina madre se ocupa de enseñarle todo lo que una reina consorte debe saber...deben permanecer tranquilos , nuestro matrimonio está en buenos términos.

La princesa sintió una terrible necesidad de golpearlo, era un mentiroso de lo peor. El príncipe Javier, notó que la reina no levantaba la cara , lucía como si le temiera al rey y claro que iba a aprovechar eso.

__ Su alteza, se de muy buena fuente, que el rey tiene muchas amantes, lo justo sería que como dictan las normas , su majestad la reina, tome un amante igual.

Los ojos del rey se abrieron, de hecho las normas dictaban, que si el rey tenía amantes, la reina podía tener los suyos.

Pero esas normas no se aplicaron desde que sus padres estaban al mando, una vez que se casaron, ellos fueron fieles uno al otro hasta que el rey Federico dejó este mundo.

__ ¡¡¡Bastaaaaaaaaa!!!, que insolencia de su parte príncipe, la reina no tiene que tomar un amante, yo no tengo una concubina oficial y no la tendré, la reina Mirna es mi esposa y es mí propiedad...__ Gruñó, el brillo en sus ojos cambió, sus palabras estaban llenas de posesión...el mismo quiso morder su lengua después de semejante discurso.

La reina se levantó del trono, bajó la cabeza en señal de reverencia y bajó los escalones hacia la salida de la corte , antes de salir, habló como nunca antes lo hizo , fuerte y claro.

__ Su excelencia, debe disculpar tanta discordia, el rey Félix y yo, navegamos en aguas llenas de tiburones, cada uno esperando a entrar en nuestra barca, sepa que hasta que sea mayor, será mi coronación, no esperen mucho tiempo y hasta entonces todos aquí deberían apresurarse a llevar sus planes a termino ,por qué después de que el rey me de su mano , no habrá nadie que pueda detenernos...

Y salió de la corte.

Sabía que aquellas palabras le iban a costar un buen castigo, sabía que el rey se la querría arrojar a los perros , la odiaría todavía mas pero, ¿acaso no era eso lo que quería ?, el quería hacerle ver al sumo sacerdote que eran una pareja de verdad...

Llegó a su habitación tan rápido como pudo, abrazó a su única amiga, la mantenía escondida por miedo a que se la quitaran, acarició su piel suave y se quedó ahí escondida esperando que vivieran por ella.

No supo cuando se quedó dormida, solo sintió una fuerte punzada en su cabeza.

Luego vió a un hombre grande, con una cicatriz horrible en la cara.

Le dió una patada y pronunció unas palabras.

__ Su majestad el rey , le manda sus saludos.

En el límite de su inconciencia comprendió esas palabras.

Esas palabras se decían cuando el rey ordenaba matar a sus enemigos. El la había mandado a asesinar.

La princesa Mirna fue arrojada al bosque , en la más densa obscuridad, Luna su loba mascota la encontró enseguida y se acurrucó en su pecho, pensó que su muerte sería rápida, pero no, su cuerpo temblaba de frío y sus heridas parecían cientos de pequeños clavos en su piel, ¿ Por qué él rey me odia tanto? , se preguntó, cerró sus ojos y esperó hasta que él aliento de la muerte le susurró al oído.

Por el viejo camino al antiguo palacio de Montebello, un apuesto joven se detuvo al escuchar un aullido desgarrador, cuando encontró el origen del sonido vió con horror a la frágil niña recostada en el frío musgo, echa un ovillo y llena de moretones, la tomó en brazos y se la llevó hasta su choza, sentía una necesidad inmensa por protegerla...la madre del joven se apresuró a ayudarle, pero cuando vió a la pobre chica cayó de rodillas al suelo, esa lastimada niña era su hija...

La reina Leonor, ordenó buscar por todos los rincones a Mirna , incluso puso una bolsa de monedas como recompensa para quién la hallara. Supo que alguien se la llevó por las pequeñas gotitas de sangre en la alfombra y por que llamó tantas veces a la mascota de Mirna y esta no salió de dónde se escondía.

Salió al balcón para tratar de tranquilizar su mente, lo que vió solo hizo que sus nervios se dispararan.

En la entrada del palacio entró un carruaje ostentoso con un banderín y un escudo visible, rodeado de guardias.

La reina madre conocía ese escudo ...lo conocía muy bien.

Era la llegada de la más fuerte, el mito en persona estaba llegando a Valle Escarlata, todos en el palacio comenzaron a correr, hasta hoy ella solo fue una leyenda.

__ Que Dios misericordioso se apiade de mí y de mis muchachas...__ La reina puso sus manos en su pecho tratando de encontrar los latidos de su corazón.

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