capítulo 7- cumpleaños

El cumpleaños de Livius había llegado, se festejará en los jardines de la mansión, donde los emperadores y el príncipe han sido invitados: desde la ventana Livius observa todo el movimiento de los sirvientes, esforzándose para tener todo listo a la hora, supone que el banquete de esa noche, será la última cena familiar que tendrá.

- ¿no estás emocionado? Mañana en el templo se sabrá que eres un alpha como tu padre.

Maximiliam había llegado antes, pues estaba ansioso por ser el primero en felicitar a su amigo.

- no soy un alpha...

- no puedes saber eso.

- entonces tampoco puedes saber si en verdad lo soy.

- lo eres ya verás y seremos siempre amigos.

- ¿si no soy un alpha ya no me consideraras tu amigo?

- n-no es lo que quise decir...

- esta muy claro lo que has dicho. Al menos así estaré tranquilo por el resto de mi vida.

Livius se encerró en el baño, debe estar listo para cuando la fiesta empiece, estando dentro de la tina, agacha la mirada llevando ambas manos al pecho, es horrible ese sentimiento de ser despreciado por todos, lo sabe más que nadie, se imagina cuan doloroso debió ser para el verdadero Livius perder de un día para el otro el cariño de la familia que decía amarlo tanto.

Maximiliam baja pero se veía desanimado, así que solo se sentó en el sofá de la casa casi a punto de llorar.

- ¿que paso? ¿Tu amorcito rechazo tu declaración de amor?

Era Ofelia quien se ha parado ante él mostrando una sonrisa de burla, para ella, pese a su edad, esta segura que su hermanito y el príncipe se quieren mucho más de lo que se quieren los amigos.

- no molestes...Livi, él piensa que no quiero ser su amigo si resulta no ser alpha.

- mmm...¿dejarás de serlo? Supongo que tu mamá te prohibirá verlo si no es alpha.

- ¿eh?

- todas las damas saben que la emperatriz desprecia a los omegas y betas. Tu madre no es buena persona, por eso no me gusta que seas amigo de mi hermanito.

- yo no soy como mamá, a mi ni me importa lo que sea, Livi siempre Livi.

- no olvides eso, si hieres a Liv te daré con mis puños.

Aunque Ofelia sea una niña, ha visto lo suficiente como para saber que los omegas son los seres más despreciados entre la sociedad noble, por eso espera que su hermanito no lo sea, porque no quiere ver que sea despreciado y hecho menos. Los preparativos habían acabado, la fiesta dio inicio con los invitados llegando para saludar a los Duques y al pequeño Livius, entregando también sus regalos, cosas costosas por supuesto; finalmente se anuncia la llegada del emperador y la emperatriz, el Duque con su esposa se acercan para saludar haciendo una reverencia y agradeciendo su presencia, Livius estaba con ellos y dio una reverencia ante ambos emperadores.

- pequeño Duque, te felicito, espero Maximiliam le haya entregado el regalo que enviamos.

- por supuesto, estoy agradecido majestad.

La emperatriz no dejaba de verle, para su edad el niño era demasiado delgado con rasgos muy fino, esta casi segura que ese pequeño Duque resultará un omega. Livius la miro a los ojos y sonrió con burla sin que nadie se de cuenta excepto la emperatriz que desvía la mirada molesta por esa expresión.

- Duquesa dígame ¿no ha pensado en tener otro hijo? Aún es joven.

- por el momento no hemos pensado en ello.

- debería, estoy segura que será bueno para la familia.

La emperatriz no dejaba de observar a momentos a Livius, pero el niño solo mantiene su expresión sería, hasta que Maximiliam se acerca a saludar a su madre y después toma de la mano a Livius para llevarlo con él. Ambos van hacía la mesa del banquete para servirse los postres.

- tus favoritos son las fresas con chocolate ¿verdad?

- claro.

No tiene un postre favorito, pero las fresas son ricas. Maximiliam agarró un plato con fresas y otros con budín de chocolate, ambos va a sentarse para poder comer, pero pronto son rodeados por otros niños, quienes hablan con el príncipe, también le hacen platica a Livius aunque le es un poco difícil de hablar con ellos. Ofelia se acerca a Livius para decirle que debe ir con ella pues sus padres lo están buscando, así que el niño debe ir con ella, ambos se paran junto a los Duques.

- agradezco a todos que hayan acudido a esta fiesta y nos honren con su presencia, pues es un día especial, nuestro pequeño Livius cumple once años, pronto sabremos que tipo de magia despertará en él.

- así es, pero sin importar cual sea, como madre, me siento feliz de ver a mi hijo crecer y agradezco que nos acompañen en este día.

Todos levantan sus copas brindando por Livius y deseándole salud y éxito, Maximiliam se acerca para darle un abrazo.

- gracias también a sus majestades por honrarnos con su presencia.

- lo que sea por mi buen amigo y espero nuestro pequeño Duque, sea tan grandioso como su padre.

La celebración sigue, pasando todos a sentarse en sus lugares ya que la cena esta siendo servida.

- has estado muy callado mi niño ¿te sientes mal?

- estoy bien madre, gracias por la fiesta.

La Duquesa y el Duque se miran entre si preocupados, su hijo ha estado un poco extraño desde hace un año, ya no es el mismo niño alegre que corría por todos lados haciendo travesuras, aunque el doctor les dijo que no tenía nada malo, los tiene preocupados.

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