capítulo 12- reencuentro

Maximiliam estaba sorprendido al ver como esas bestias eran derrotadas en un instante, los hombres que iban con Livius auxiliaban a los caballeros del príncipe. Un hombre se acerca a Livius mientras que el príncipe observa, hasta que se fija bien en el color de los ojos, no muchos en ese país tienen ese color violeta.

- L-Livi...¿eres Livi?

Livius reacciona al escucharlo, solo había una persona que le llamaba así, al fijarse mejor ese cabello castaño y ojos esmeralda, era sin duda Maximiliam, realmente no había mucha diferencia a cuando eran niños.

- alteza...entonces, son sus escoltas.

- s-son mi tropa...pero Livi...todo lo que sucedió...

- algo extraño esta pasando, no debería venir a este sitio si no esta preparado para enfrentar a las bestias. Vamos saquen a estos hombres de aquí.

Livius ignora a Maximiliam y va dando la orden de guiar a los caballeros del príncipe a un pueblo cercano para que sean atendidos por un médico. Maximiliam se acerca de nuevo a Livius y le sostiene la mano.

- espera Livi...¿podemos hablar? ¿Donde has estado estos años?

- alteza, le pido que no me llame de esa manera, no soy un niño.

- respondeme...sabes lo preocupado que he estado estos años pensando que jamás te vería de nuevo...

- no se porque lo estaría. Creo que su preocupación es innecesaria.

Aparta la mano al notar que todos se han fijado en ellos, sin decir nada se aleja para subir a su caballo, todos los heridos han sido subidos a las carreta donde transportan alguna provisiones, los guardias de Maximiliam le traen el cabello al castaño para que se den prisa, no puede quedarse solo en ese sitio peligroso, durante el camino el príncipe observa a Livius quien va hablando con el capitán de los guardias del imperio, este le comenta a Livius que venían a revisar los reportes de ataques a aldeas cercanas, algo que no ha sucedido durante años, por lo que es extraño que pase ahora, las bestias se estaban portando muy agresivas, lo normal es que estás huyen al ver humanos, pero esas fueron directamente contra ellos.

- recientemente hay un aura extraña rodeando el bosque, creo que es eso lo que tiene alterado a esas criaturas. Venía a investigar cuando notamos el ataque.

- realmente se lo agradezco, sin su ayuda no se que habría pasado. Por cierto soy el capitán Samuel.

- mucho gusto Livius Stefan, soy el nieto de la condesa Renard.

- ¿Stefan? ¿De casualidad su padre es...el Duque Stefan?

- así es...

La expresión del capitán cambió un poco, algo que no le extraña a Livius seguramente es porque saben que el hijo mayor de esa familia es un omega.

- perdón por mi atrevimiento pero, decían que el hijo de los Stefan no tenía magia y lo de hace un momento.

- en efecto no manifesté mi magia cuando recién cumpli los once, pero si la tengo.

- comprendo, eso no es muy común. Pero usted es un muy fuerte joven Duque, no cualquiera acaba con tantas bestias a la vez.

- he dedicado a entrenarme, no puedo ser menospreciado por nadie.

El camino hasta el pueblo fue un poco largo pero apenas llegaron los caballeros heridos fueron llevados de inmediato a un pequeño hospital para ser atendidos, mientras que Livius y su tropa van en busca de un sitió para quedarse, regresaran al bosque después de descansar.

- Livi espera, quiero que hablemos.

- debería ir a que le revisen, el golpe fue fuerte.

- iré pero primero hablemos. Quiero saber porque te fuiste, tus padres también estaban preocupados porque no enviaste ninguna carta.

Livius aprieta los puños ante las palabras de Maximiliam.

- si estuviesen preocupados entonces debieron enviar ellos las cartas. En primer lugar fueron ellos los que se decepcionaron de mí.

- ¿de que hablas? Ellos jamás se han sentido de esa manera...si de algo estoy seguro es que ellos te quieren sin importar nada, para mi también eres importante.

- alteza, usted lo dijo, no puede ser amigo de un omega, así que mejor no finja. Si me disculpa tengo mejores cosas que hacer.

- ¿que? Yo jamás te dije eso, no se de donde sacaste esa tontería.

- como sea, mejor marchese, lo del bosque me haré cargo yo.

Antes que Livius se aleje de nuevo le jala de la mano y le sostiene con fuerza.

- dime ¿en que momento dije que no me gustas por ser omega? Dime porque yo jamás dije algo así.

- creíste que no te escuche porque estaba dormido, pero fue muy claro lo que dijiste.

- Livi...no es así, lo entendiste mal, lo dije porque no quería que mi madre me prohibiera verte, a ella no le gustan los omegas.

- perfecto, a mi tampoco me gusta ella. Y sinceramente no me importaba si te alejaban de mí, era molesto tenerte cerca.

- Livi...

Maximiliam se mostró decepcionado y triste al escuchar esas palabras porque para él, Livius siempre mucho más importante que lo que dijera su madre, incluso ha estado dando lo mejor se si mismo, para que cuando sea emperador, cambie las leyes y le pueda dar mejores oportunidades a los omegas y betas. Livius aparta la mano del castaño.

- no me moleste más alteza, no me quiero ver involucrado en problemas solo porque lo tengo cerca.

Dicho esto Livius se aleja para entrar a la posada, donde descansarán. El vicecapitán de Livius se acerca a Maximiliam.

- me disculpo alteza, el joven es un poco arisco con gente de fuera y más si son alphas.

- descuide...yo me retiro.

Maximiliam se fue de ahí cabizbajo, después de tantos años por fin lo veía de nuevo y se había convertido en un chico mucho más hermoso, pero al parecer también se había amargado más, recuerda la última vez que le vio, con heridas en la cara y brazos, era tan delgado y aún así había soportado mucho en tan poco tiempo; el Duque Stefan una vez habló con él y dijo lo arrepentido que estaba por no haber apoyado más a Livius, la noche que supieron que era un omega, en lugar de abrazar a su hijo y decirle que aún así lo amaban, solo le dejaron solo en la habitación, siendo eso lo que probablemente ocasionó que Livius se sintiera rechazado.

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