CAPITULO # 18

A veces la vida era cruel y bondadosa a la vez, que difícil sería para emily, no poder tener hijos, pero al mismo tiempo le daba la oportunidad de seguir viviendo.

mientras iba camino a mi habitación, surgió una emergencia, estaban ingresando una paciente en un estado delicado, Jhon se detuvo a mitad del pasillo para observar que era lo que ocurria.

-Anna, puedes llegar sola a tu habitación? - pregunto nervioso y algo alterado.

-si, no te preocupes ya no falta mucho

-gracias, prometo que iré en unos minutos. - dijo mientras se marchaba dirección a donde se encontraba la paciente.

mientras empujaba la silla de ruedas, pude escuchar a Jhon decir el nombre de Isabella.

entre a mi habitación y me quedé algo preocupada, será que era la misma Isabella de la que me había hablado Jimmy? ¿se pondrá bien?.

mientras esperaba pacientemente a Jhon en mi habitación llegaron mis padres.

-oh, cariño como te sientes.? por qué no nos avisaste?.- pregunto mi padre algo molesto.

-no ha pasado nada grave papá. - respondí restandole importancia.

-claro que si, has tenido una hemorragia mientras conducias, pudiste tener un accidente.- reprochó mi madre.

-bueno, pero estoy bien, que es lo importante, tome las medidas adecuadas para evitar cualquier tragedia. - le dije orgullosa de mi responsabilidad.

-bueno, toma.tus cosas que nos vamos a la casa- dijo mi padre muy serio

-papá debo permanecer aquí.

-no, no tienes porque permanecer ni un minuto más en este lugar tan cutre.- dijo mi padre.

-si, tengo q terminar el tratamiento que me están aplicando y además tengo que estar en observación.

-que ridiculeces dices cariño no tienes que estár aquí.- dijo mamá, con tono dulce y envolvente

-yo quiero que terminen de colocarme el tratamiento aquí- me queje.

en ese momento entro Jhon a la habitación, por un momento todos se quedaron en silencio.

Jhon se acercó y comenzó a pasar el medicamento intravenosa.

-Anna, puedes hacer eso en casa.- volvio a insistir papá.

-como está Isabella - le pregunte a Jhon ignorando a mi padre.

-como sabes?- el guardó silencio un minuto y prosiguió.

-esta estable.- dijo afligido

-se pondrá bien?- pregunte algo asustado por su respuesta.

-esperamos que si.

-hija, por favor, vamos a casa.- dijo mi madre

-necesito terminar con esto mamá- le dije señalando la aguja intravenosa, con la manguera que estába en mi mano.

-pueden colocar eso en casa, podemos llevarnos a un enfermero que se encargue de ti.- sugirió mi madre.

sentí un alivio, podía decirle a Jhon, que fuera conmigo, así estaría a mi lado.

-no cambiarás de idea cierto?- le dije mirando directamente a mi padre.

este bego con la cabeza, así que yo me gire a Jhon y le pregunté si el podía ser el enfermero que se hiciera cargo, trabajaría de domicilio, y la.paga sería buena, mi padre sería generoso.

-no, no puedo Anna.

escuchar su respuesta hizo que mi corazón se desinflara, una gran depresión amenazaba con apoderarse de mí, las lágrimas querían salir.

el debió de notarlo por qué tomo mi barbilla e hizo que lo mirara a los ojos.

-Margaret, es una buena enfermera, se que te cuidara muy bien Anna, yo no puedo ir, Isabella me necesita aquí.

pude ver cómo el brillo de sus ojos se apagaba cuando dijo el nombre de Isabella, pude entender en ese momento que no me rechazaba a mi, el no podía dejar a Isabella sola en este momento tan delicado.

tome su mano, y la apreté.

-te entiendo, ve con ella, yo estaré bien.

Jhon me vio de una manera tan tierna, que me provocaba besarlo en ese mismo momento, sin importar que estuvieran mis padres presentes.

-te prometo que estaré ahí contigo- dijo mientras depositaba un beso en el dorso de mi mano y salía de la habitación.

cómo era de esperarse mi padre pago para que me dieran de alto, y pidió una enfermera a domicilio, para el no había nada que el dinero no pudiera resolver.

realmente Margaret era una señora muy atenta, estuvo pendiente de mis comidas, y las medicinas, hacia lo posible para que me sintiera cómoda, pero ella no era Jhon.

-deseas algo más Anna?- me preguntó por tercera vez en la noche.

-no, estoy bien gracias.

mi madre había hecho subir un sofá cama para que descansara junto a mi, por. si se presentaba alguna emergencia.

-porque está triste?- me preguntó curiosa.

-desea que le diga a sus padres que vengan a verla?

mamá y papá, me dejaron en la habitación como.un muñeco, desde que llegamos a casa no volvieron a ir a mi habitación.

Alex paso a ver cómo estaba, era extraño ver su preocupación, pero al final salió con una de las suyas y se fue enojada

-no, estoy bien gracias, es solo que me quede preocupada por esa niña

-por Isabella?

-si, por ella.

-Jhon dijo que está fuera de peligro, está aceptado el tratamiento y parece que es buena su evolución.- dijo sonriendo.

-has hablado con Jhon?- pregunté sorprendida.

-si, me ha escrito toda la tarde.

sentía como la decepción se apoderaba de mi, yo quería hablar con el, pero el no había podido decirle a Margaret que me pidiera el número y marcarme, era tan egoísta de su parte, el había dicho que estaría conmigo, pensé que por lo menos iba a tratar de llamarme.

-el no ha dejado de preguntar por usted señorita.- dijo Margaret interrumpiendo mis pensamientos.

-de... de verdad?- dije derritiendome y olvidando esa rabia que había surgido hace poco.

-si, el se ha notado un tanto interesado en usted.- dijo Margaret con picardía.

no pude evitar sonrojarme.

-ahora descanse un poco señorita, eso la ayudará.

no supe en qué momento me dormí, pero sentí una sed que quemaba mi garganta, abrí mis ojos y espere que se adaptaran a la tenue luz que había en mi habitación, pero para mí sorpresa estába el celular de Margaret junto a mi mesita de noche y en el había una video llamada de Jhon.

-te dije que estaría contigo.- dijo sonriendo.

-hola! -dije avergonzada.

-como te sientes?

-creo que un poco mejor.

-disculpa que no te había llamado, estuve algo ocupado y se me hizo tarde...

-no te preocupes - le dije en un bostezo.

-te dije que estaría contigo, y aquí estoy

-cuanto tiempo llevas ahí? - dije aun avergonzada.

-una par de horas quizás.

me sorprendió su respuesta, pero no dije nada, alargue mi brazo tome el vaso con agua que Margaret había dejado ahí para mí y calme mi sed.

-te ves hermosa mientras duermes.

-no digas mentiras- le reproche.

-por que no le dijiste a Margaret que me despertara?

-debes descansar, eso te hará bien, cuando logré llamarlas tu ya dormías, no quise incomodarte.

-como sigue isabella.- dije en un bostezo

-esta mejor, es una fuerte guerrera.

-quisiera visitarla.

-por el momento no se podrá, pero le diré que estás esperando para conocerla.- me dijo con una enorme sonrisa.

sentía como mis ojos amenazaban con cerrarse de nuevo, pero yo luchaba por mantenerme despierta, quería seguir viendo a Jhon.

-descansa, yo estaré aquí.

-tu también deberías descansar.

-lo haré, cuando Margaret se despierte, colgaré la llamada.

-pero quisiera seguir hablando contigo.

-mañana te volveré a llamar mi dulce princesa ahora duerme y sueña.

sentía la voz de Jhon como un eco, y por más que luchaba mis ojos no podían abrirse, pero mi corazón estaba alegre de saber que el estaba cuidando de mi.

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