CAPITULO # 11

Ahora que había comenzado el tratamiento, no me sentía muy bien, iba a comenzar las quimioterapia y sentía un vacío en la boca del estómago, tenía nervios, miedo, pánico, pero debía hacerlo.

-mama en serio tenemos que venir a hacer esto?

-Anna, cariño es por tu bien, nada hacemos si no completamos el tratamiento como debe ser.

-bien- dije de mala gana mientras bajaba del auto.

entramos a la clínica y enseguida me llevaron a una habitación con una silla reclinable

-espera aquí un momento, pronto serás atendída.- dijo la enfermera mientras me dejaba sola en esa habitación.

de pronto entro un chico lindo, con unos ojos color miel, al verme sentía que me atravesaba el alma, me sentí más nerviosa de normal, pero está vez no era por la quimioterapia, era por este apuesto Dios griego de ojos marrones que estaba hablandome, pero mientras el lo hacía yo seguía sumergida en mis pensamientos.

-hola, estás aquí? o aún sigues en marte? - dijo juguetón.

-ah, hola... yo... lo que pasa es que... lo que pasa es que estoy muy nerviosa por todo esto, es mi primera vez... osea, mi primera vez no, por qué yo no soy... quiero decir...- me sentía muy nerviosa.

-diablos Anna controlate deja de hablar estupideces, respira profundo y organiza tus ideas.- me autoregañe en mis pensamientos.

-esta bien, entiendo - dijo con una hermosa sonrisa que hacia que volviera a perder el control

-he, si, así mismo- dije sin pensar realmente lo que salía de mi boca

-es tu primera quimio, y yo seré tu enfermero personal, estoy a cargo de tu tratamiento, así que si necesitas de mi, solo llámame.

-gracias, eres muy amable- dije con total sinceridad.

-mi nombre es Jhon por cierto.- dijo al fijarse que no nos habíamos presentado.

-el mío es...

-Anna, Anna Pevensil, hija del famoso empresario automotriz, Arturt Pevensil- dijo con total naturalidad, como si recitara el himno.

-como es que sabes tanto de mi?- dije algo sonrojada.

-quien no conoce de tu familia?, es un placer poder ser tu asistente.- dijo devolviendome la sonrisa.

-muy bien, extiende tu brazo- me indico. Mientras el se encargaba de canalizar mi vena, yo solo podía observarlo en silencio, había algo en este chico, que me hacia perder, la noción del tiempo, quizás su cabello castaño, sus ojos miel, sus labios rosas que provocaban besar...

-un momento Anna, deja de pensar en esas cosas, te recuerdo tienes novio, y es lindo, tierno, y... y aunque también es guapo, no es tan parecido a un Dios griego, como lo es Jhon

-listo terminamos aquí- dijo mientras retiraba su mesa de apoyo.

-y ahora que hago?- le pregunte.

-ahora, solo relájate hasta que termine el proceso, puedes sentir, náuseas, fiebre, mareo, o cualquier síntoma extraño, es algo normal, es producto del mismo tratamiento, no vayas a asustarte, de todos modos si me necesitas puedes llamarme- dijo mientras caminaba hacia la puerta.

-nooo... no te vayas por favor- le pedí, algo nerviosa de escuchar una respuesta negativa.

-necesitas algo?- me preguntó muy curioso.

-no, es solo... podrías hacerme compañía?- me atreví a preguntar.

-por supuesto - dijo mientras me dedicaba una hermosa sonrisa.

-gracias - le dije sinceramente.

-no te preocupes, es mi trabajo -sus palabras aunque fueron sinceras, las sentí como un látigo que me azotaba, una gran decepción se instalo dentro de mi.

-era de suponerse, no tiene porqué interesarse en alguien que está a punto de morir, el solo está cumpliendo con su trabajo Anna, así que no te ilusiones, piensa es Rob, aunque también tengas que dejarlo ir- pensé.

-Anna, estás bien? -preguntaba algo alarmado.

-lo, siento, estaba pensado- me excuse

-es que te Vi llorar, pensé que te sentías mal.

-me siento mal desde que me enteré que iba a morir.- le dije amargamente.

-no tienes porqué pensar así, eres muy linda y tienes una vida por delante.

-como puedes decir eso, cuando el cáncer está consumiendome poco a poco- trataba de no llorar pero mis lágrimas amenazaban por salir

-no llores, por favor- me dijo, mientras se acercaba a mi y tomaba ni rostro en sus manos para limpiar las lágrimas que sin darme cuenta ya había derramado.

-eres más linda de lo que pensé - dijo pasando su dedo pulgar por mi labio inferior.

no sé que estaba pasando conmigo, pero quería, que acortará la distancia y planta su labios con los míos, y juro que eso era lo que iba a pasar, pero en ese momento entro la enfermera que me había llevado a esa habitación.

-oh, disculpen, lamento interrumpir- dijo apenada.

-solo quería venir a decirte que tu madre tuvo que irse, pero vendrá por ti más tarde.

-muy bien gracias- dije sin apartar los ojos del apenado chico que ahora estaba al otro extremo de la habitación, revisando los apuntes que traía en su carpeta.

-muy bien, señorita, cualquier cosa puede llamarme- dijo y salió de la habitación.

-te encuentras bien? -pregunte al ver que Jhon no reaccionaba.

-si, discúlpame por lo de hace rato, no fue mi intensión.- dijo y camino hacia la puerta.

-vuelvo enseguida- dijo y salió fuera de mi alcance.

la soledad y yo estábamos hechas para estar juntas, ultimamente se estaba convirtiendo en mi única compañera; el tiempo pasaba y yo moría de aburrimiento, aparte de que mi cabeza no dejaba de pensar en Jhon, y en qué hubiese pasado si me hubiese besado.

pasaron alrededor de una hora, antes de que Jhon volviera a la habitación.

-como vamos?- pregunto profesionalmente.

-mejor ahora que estás tú... quise decir, ahora que no estoy sola.- corregí mientras sentía mi cara que estaba roja de vergüenza.

-me alegra, saber que por lo menos mi presencia no te incómoda.- dijo mirandome con ternura.

-creo que nos llevaremos bien.

-tambien lo creo.- dije feliz

-nos veremos muy seguido, es buena idea que nos llevemos bien, solo... te pediré un favor.

-cual?- pregunto curioso.

-no vuelvas a dejarme sola de nuevo- dije mientras bajaba la mirada al tuvo que estaba conectado a mi brazo.

-esto no es fácil para mí, y no quiero...

-prometo jamás dejarte Anna, me quedaré siempre contigo.- dijo tomando mi mano.

sabía que lo decia por mi tratamiento, pero me gustó pensar que lo hacia por algo más.

-me parece perfecto!- dije mientras apretaba su mano.

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